Ranas, moras y guayabas amenazan el ecosistema de Galápagos
Las islas Galápagos no tienen un anfibio endémico o nativo, y el único que está presente en el archipiélago es un invasor con manchas color café. Esta rana, junto a la mora y la guayaba, es tan letal como la pesca incidental.
Imagen de las tres especies invasoras más peligrosas para las islas: la rana de árbol, y los cultivos de mora y de guayaba.
Primicias
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Una diminuta rana, con manchas de color café, es una invasora reciente en las islas Galápagos. Sus primeros hallazgos datan de 1998, cuando quizás llegó al archipiélago durante el fenómeno de El Niño que azotó la parte continental de Ecuador.
Y la rana de árbol, cuyo nombre completo es Scinax quinquefasciatus, es tan adaptable que se sigue reproduciendo en las islas. Se cree que también pudo llegar a través de cargamentos de comida o de cemento.
Tanto el Parque Nacional Galápagos como la Fundación Charles Darwin, en colaboración con la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL) le siguen la pista a este anfibio invasor.
“Es una rana chiquitita y que representa un gran peligro para las islas”, dice la presidenta de la Fundación Charles Darwin (FCD), Yolanda Kakabadse.
Pero no es la única especie invasora de cuidado, dice Kakabadse: “Desde hace mucho tiempo se estudia cómo erradicar los cultivos de mora y de guayaba”.
A diferencia de lo que comúnmente se piensa, las plagas y especies invasoras de Galápagos no solo son animales domésticos como gatos, chanchos o chivos. En la última década, la expansión de frutas como la mora y la guayaba son también una amenaza.
Incluso, según la FCD, estas frutas y la diminuta rana arbórea son tan letales para las islas como la pesca incidental.
Le ganan terreno a otras especies
El principal problema de las especies invasoras es que le ganan terreno a la fauna y flora nativa de las Galápagos.
Y esto tiene sus consecuencias para el equilibrio ecológico, porque insectos, aves y otras especies endémicas dependen de la vegetación natural del archipiélago.
Cuando un pinzón, ave emblema de las islas, se alimenta de una mora está rompiendo su dieta natural. Además, lleva las semillas en sus picos extendiendo los cultivos de esta fruta.
En Galápagos, la mora introducida produce flores y frutas a los tres meses de edad. “No se conoce por cuánto tiempo sus semillas continúan viables en el suelo, aunque se asume que hasta 10 años”, señala un reporte sobre las amenazas en las islas, de la Fundación Charles Darwin.
Esta fruta invasora impacta principalmente a las comunidades de plantas nativas, como el bosque de Scalesia pedunculata.
Con respecto a la rana arbórea, según el mismo reporte, el anfibio compite por el hábitat y alimento de otras especies endémicas.
“Es capaz de depredar hasta 76 especies de invertebrados y puede ser un vector de enfermedades para las aves de lagunas”, agrega el informe.
Por qué es tan difícil erradicarlos
Aún se conoce poco sobre la biología y ecología de la rana arbórea en Galápagos. Y para llenar esta brecha, la Fundación Charles Darwin y técnicos del Parque Nacional realizan una investigación sobre cómo este anfibio se alimenta y usa el hábitat.
El proyecto sigue en marcha, puesto que aún no se ha podido erradicar a esta rana, presente en Santa Cruz y en Isabela.
Mientras que los cultivos de mora y de guayaba son monitoreados hasta con drones por técnicos del Parque, y se realizan erradicaciones continúas. La más reciente fue en octubre de este año.
Guardaparques eliminaron 12 kilómetros de sendero llenos de cultivos de ambas frutas, en la isla Isabela.
Pero incluso estas erradicaciones son complicadas, puesto que no es posible usar agentes químicos en la vegetación natural de las islas.
El método más común sigue siendo manual o con machete, junto al uso de un herbicida adecuado.
Y luego de esto, se requiere un control constante por el gran banco de semillas de la mora, su alto índice de germinación y rápido crecimiento de los tallos cortados, señala el informe de la Fundación.
Compartir: