El debate está servido: ¿Deberían prohibirse los celulares en las escuelas?
España acaba de prohibir el uso de los celulares en clases y en general en toda actividad de los colegios, pero ¿por qué los expertos están vetando los móviles? Estas son las razones.
Imagen referencial de una joven con dos celulares inteligentes en las manos.
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En Ecuador, un país donde el conflicto armado interno revivió las clases virtuales, los celulares son para muchos la única herramienta para recibir educación. Pero en España, que sigue el ejemplo de las naciones nórdicas, los móviles están vetados en los colegios.
Así ocurrió el 26 de enero, cuando la ministra de Educación del país europeo, Pilar Alegría, anunció que el Consejo Escolar del Estado votó por unanimidad la prohibición y limitación de los celulares en los planteles.
Según declaró Alegría, los celulares no podrán ni ingresar en las escuelas primarias. Mientras que en la secundaria "solo se usarían cuando el profesor o el tutor lo indique porque su proyecto educativo lo necesite".
La discusión del uso cero del móvil no es nueva: diversos estudios de universidades españolas y la propia Unicef han advertido de los efectos, algunos negativos, de los celulares en la atención, aprendizaje y relaciones de niños y adolescentes.
Amados por muchos y odiados por otros, los celulares llevan más de 50 años conviviendo entre los seres humanos, cambiando las formas de relacionarse o de obtener información. Pero en las escuelas el debate ahora es otro: ¿son realmente necesarios en las clases?
Más bullying y menos atención
La ministra de Educación española, Pilar Alegría, añadió que la restricción del móvil será durante todo el horario escolar y no solo en el momento que se esté dictando la clase
“Desde que entran hasta que salen; también horarios de recreos y del comedor”, dijo Alegría el viernes pasado.
La nueva normativa en España, cuyas regiones autónomas como Madrid y Galicia ya habían adoptado antes, se base en varios estudios de la Unesco y otros organismos.
La Unesco, por ejemplo, en el informe GEM 2023 titulado "Tecnología y Educación" estableció que "los teléfonos inteligentes en las escuelas han demostrado ser una distracción para el aprendizaje, pero menos de una cuarta parte de los países prohíben su uso".
El declive de la atención de los estudiantes, que usan celulares en clases o haciendo las tareas, proviene de las constantes interrupciones y notificaciones de redes sociales, dice el organismo.
A esto se suma la necesidad de aprobación en los adolescentes, que cuando publican una fotografía o videos en una red social, están pendientes de comentarios y reacciones de sus pares.
Otra revelación del informe es que los estudiantes pierden su capacidad de recordar y retener información, a medida que utilizan más los celulares para buscar contenidos en Google y más recientemente, el ChatGPT.
Se halló que les lleva hasta 20 minutos enfocarse en el contenido del estudio, una vez que usaron el celular o atendieron una llamada.
Ante estas revelaciones, el psicopedagogo español Alberto Soler, asegura que desechar los móviles es una obligación para el sistema educativo, porque mejora las notas o puntuaciones en los exámenes.
"Prohibir los móviles en las escuelas es una medida eficaz y necesaria", aconseja Soler, quien comenta que en Galicia los dispositivos están prohibidos desde 2015 y con buenos resultados.
Un estudio de la Universidad de Valencia analizó las puntuaciones del examen PISA en Galicia y en el resto del país, y encontró que durante los tres primeros años que los celulares se quedaron fuera del aula, las calificaciones mejoraron.
En el área de Matemáticas, las puntuaciones de los alumnos de Galicia incrementaron 10 puntos, y otros 12 puntos en la materia de Ciencias, en el mismo periodo de tiempo.
Otro hallazgo interesante, según Soler, es la relación entre móviles y el bullying o acoso escolar.
En Galicia, donde los teléfonos ya no se usan en las escuelas, los casos de acoso escolar bajaron entre 15 y 18 puntos.
"Prohibirlos es casi imposible"
Ecuador tiene más de 17,8 millones de líneas celulares, de las cuales más del 50% son teléfonos inteligentes, es decir, conectados a Internet, según el Ministerio de Telecomunicaciones, con datos de 2023. ¿Cuántos están en poder de adolescentes y niños en edad escolar?
Las cifras más actualizadas sobre el comportamiento de los jóvenes y los celulares son de 2019 y señalan que 11 de cada 100 menores, entre cinco y 15 años, ya poseen un móvil.
Y la mayoría de los más jovenes, flamantes integrantes de la generación Centennial, no se imaginarían una vida desconectada a Internet y redes sociales como TikTok.
Por ello, pese a que existe una disposición en la Ley Orgánica de Educación, que prohíbe el ingreso de celulares en las actividades de las aulas de clases, esto no se cumple.
"Prohibir los celulares es casi imposible, porque pueden ingresar con los equipos al colegio, siempre que no los usen en el salón, lo que tampoco se puede controlar", dice la psicóloga guayaquileña María Augusta Bermeo.
Para Bermeo, los impactos negativos que pueda tener la tecnología no se acaban con la prohibición, "mucho más si hablamos de adolescentes a quienes si les dicen no usen, lo harán".
La profesional destaca que la tecnología por sí misma no encierra un daño o efecto negativo, sino más bien depende de la falta de límites y reglas claras de los adultos: padres y docentes.
El reglamento de la Ley de Educación señala que es el docente el responsable de autorizar el uso del teléfono celular, en las actividades diseñadas para el efecto y solo en cursos a partir del octavo año de básica, es decir, ya en la secundaria.
Y una prohibicion total del celular en los colegios de Ecuador, como ocurre recientemente en España, encuentra su resistencia en los propios padres de familia.
Teresa Gómez tiene un hijo de 15 años, que desde hace tres utiliza un celular inteligente, regalado en una Navidad. Al igual que otras madres, dice que el móvil es una herramienta para saber si su hijo se encuentra bien o en peligro, y si ha llegado a casa luego del colegio.
"No se me ocurriría dejarlo ir sin su celular, porque ya es una necesidad", asegura Gómez.
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