Guayaquil cada vez más caliente: Cinco preguntas para entender por qué hace tanto calor

¿Por qué hace tanto calor? Sobre la actual temporada de calor se ha indicado que obedece al fenómeno de El Niño, según la OMM. En efecto, El Niño se caracteriza por una elevada temperatura superficial del mar, empujando los termómetros en el mundo entero. Aunque también hay otras razones, como lo explica la docente investigadora de la Escuela Politécnica Litoral (ESPOL), Pilar Cornejo. Cuando llegó El Niño encontró un cambio climático y estación lluviosa en Ecuador, "entonces tenemos además de las altas temperaturas, mucha humedad que eleva la sensación térmica", dice Cornejo.

Esta es una pregunta complicada, porque todos los informes apuntan a que 2024 sea el año más cálido desde que hay registros, después de que el decenio finalizado en 2023 rompiera un récord de calor. Por ello es que la ONU advierte que la actual situación empuja al planeta "al borde del abismo".  

¿qué dice la ciencia? Que las temperaturas seguirán aumentando. Visiten https://t.co/djm1fArgRg y vean lo que nos espera pic.twitter.com/nfLdNi9PdA

— PilarCornejo (@PilarCo70133476) March 19, 2024

La docente Cornejo recuerda que en el mundo se han eliminado superficies verdes, rellenado canales de agua y cubierto con cemento las grandes ciudades. "Si no cambia la planificación urbana con el crecimiento de las urbes, seguirán aumentando las temperaturas y el viento disminuyendo", agrega Cornejo. Estas variables hacen que en Guayaquil se hable del efecto de 'isla urbana de calor', que significa la variación de temperatura que existe entre entorno urbano y el rural. Estudios demuestran que el centro de Guayaquil presenta de uno o tres grados más de diferencia con respecto a las zonas agrícolas. Esto se debe al tipo de material con que se construye en el centro (en su mayoría cemento y hormigón), la poca cantidad de áreas verdes y el tránsito vehicular.

"Tendremos más eventos extremos, y esto afectará los cultivos y la seguridad alimentaria", dice la docente. Según el informe de la OMM, la cantidad de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo pasó de 149 millones de personas antes de la pandemia a 333 millones de personas en 2023.

La clave está en reducir la huella de carbono personal, una indicador mide todas las actividades que el hombre realiza y su impacto en el ecosistema. Esta huella es la forma más sencilla para visibilizar la relación del ser humano con la naturaleza.  Y la mala noticia es que todo y todos contaminan: desde el transporte que usó para ir al trabajo, el papel higiénico que compró, la carne o pescado que comió y cuántas veces a la semana lo hizo, hasta el tipo de cocina que usó, si fue a gas o eléctrica.  Por ello, para minimizar esta huella personal es necesario cambiar varios hábitos cotidianos.  "Siembra y cuida al menos un árbol, reduce el agua que usas, no compres tanta ropa, consume productos que no hayan ‘viajado’ mucho, y come menos carne", aconseja la profesora de la ESPOL.