Museo de Loja atesora cuatro nuevas especies de ranas: ¿Por qué es importante conocerlas?
Ecuador es un país de ranas y donde Paul Székely, director del Museo de Zoología de la UTPL, halló un laboratorio viviente para salvar los ecosistemas del mundo entero.
El profesor Paul Székely, director del Museo de Zoología de la UTPL, julio de 2024.
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En medio de brillantes escarabajos y mariposas multicolores, hay cuatro especies de anfibios del Museo de Zoología en Loja que resaltan por sus grandes ojos y manchas armoniosamente dibujadas. Son las cuatros ranitas descritas por investigadores y alumnos de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), en el último año.
Tres de ellas pertenecen al género o familia de las Pristimantis y fueron nombradas así: Pristimantis paladines, Pristimantis sagedunneae y Pristimantis numbala.
Mientras que la cuarta especie es una de aquellas fascinantes ranas de cristal, a la que se ha denominado Centrolene zarza, reconocible por su lomo de color verde y su vientre translúcido.
"Ecuador es el país de las ranas y en los últimos años se conoce que es el país con la mayor cantidad de anfibios por kilómetro cuadrado en todo el mundo. Trabajar aquí es un interés personal y un milagro", dice el profesor rumano Paul Székely, a cargo del museo de la UTPL y el cual no está abierto al público.
Se trata más bien de un museo con fines de investigación y ubicado al sur del país, un sitio estratégico para analizar anfibios y una colección de 29.000 animales vertebrados e invertebrados.
Según el profesor Székely, que llegó a Loja gracias a las becas Prometeo en 2014, en el país se describen al menos 14 especies de anfibios cada año, y la mayoría son ranas, lo que demuestra una vez más la vasta biodiversidad inexplorada de Ecuador.
Seguro y se preguntará por qué vale la pena conocer y proteger a especies que parecerían 'multiplicarse', y de las que cada año se descubren nuevos ejemplares.
Primero, Székely explica lo siguiente: "Si las especies no tienen nombre, no existen para la humanidad, porque no sabemos su estado de conservación, los países no invierten para conservarlas y las perdemos".
Y en cuanto a la protección, el profesor rumano señala que el mundo entero está corriendo contra el tiempo, "porque perdemos biodiversidad".
"Hasta que no logremos colonizar Marte y vivir afuera, dependemos de los ecosistemas en la Tierra para sobrevivir, y por eso, debemos cuidarlos".
Paul Székely, director Museo de Zoología de la UTPL.
Tres 'hermanas' de la familia Pristimantis
Para el mundo de la Biología, el género Pristimantis es la familia más numerosa de ranas en el mundo, y unas 600 de estas especies viven en América Latina, siendo Ecuador el país donde ha encontrado un hogar casi perfecto.
Las Pristimantis se han adaptado con destreza a las montañas y cordilleras de los Andes ecuatorianos.
Además, durante su reproducción, asombrosamente, los renacuajos de estas singulares ranitas no necesitan agua en abundancia. "Ponen huevos en la vegetación y en par de semanas o meses, la ranita sale ya formada porque tiene un desarrollo directo", detalla el director del Museo de la UTPL.
¿Por qué es importante y fascinante esta forma de vida? Székely indica que la familia de las Pristimantis han desarrollado una 'estrategia propia de supervivencia', y se han adaptado a vivir en aguas de corrientes y quebradas.
Este instinto las ha convertido en un género 'exitoso', pese a las amenazas que pesan sobre su hábitat, como la deforestación o la minería ilegal.
Nuevas especies y ya en peligro
Si bien la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) evalúa cada dos años el estado de las especies descubiertas y actualiza su listado de riesgos, los investigadores que describieron a las ranitas en Loja ya anticipan que están en peligro.
De acuerdo con el profesor Székely, dos de las ranitas Pristimantis se encuentran en peligro de extinción, porque habitan en el parque Nacional Podocarpus, que pese a su categoría de área protegida sufre los embates de la pérdida de bosque.
Mientras que la cuarta ranita descrita, denominada Centrolene zarza, fue incluida en la categoría de peligro crítico de extinción, porque vive en una especie de 'oasis' muy cerca a una concesión minera y a otros yacimientos.
El refugio donde habita la especie se llama El Zarza, en Zamora Chinchipe, y está apenas a dos kilómetros de una mina.
"En la zona hay mucha minería ilegal y mucha presión por sacar oro, pero la vida de esta especie depende de la calidad del agua, lo cual se ve afectada por la actividad minera", añade Székely.
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