Resurrección Digital: Cuando la inteligencia artificial ‘revive’ a los muertos
La inteligencia artificial apunta hacia un nuevo nicho, denominado resurrección digital, que reproduce las voces de quienes se fueron al más allá.
Imagen referencial del famoso robot Sofía, en una feria de inteligencia artificial, Grecia, el 26 de abril de 2024.
AFP
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Los polémicos deepfakes, que alguna vez suplantaron la voz de Joe Biden en la campaña presidencial o la de Elon Musk para vender bitcoins, se han vuelto más potentes que nunca. Apoyados en modelos casi perfectos de inteligencia artificial están reviviendo la voz de familiares fallecidos.
Se trata de un concepto reciente, que empezó tras el furor del lanzamiento del chatGPT en noviembre de 2022. Es la llamada ‘resurrección digital’, una tecnología que básicamente crea chatbots que imitan la voz de un ser humano muerto y que son hasta capaces de mantener una conversación con cierto grado de conciencia.
Así ocurrió en un programa de televisión de la cadena española Antena 3, llamado El Hormiguero, cuando unas cinco personas se sometieron a un experimento ‘real’ para hablar con sus seres queridos que murieron.
Hubo lágrimas, emociones, risas y sorpresas. “La echaba mucho de menos, quería volver a escucharla”, decía una joven tras ‘conversar’ con su abuela sobre sus estudios, el novio y los problemas en casa.
“Sabías que estoy hablando gracias a la inteligencia artificial”, le preguntaba otro chatbot con voz de abuelo a una joven, quien lloraba emocionada en el estudio de televisión.
Pero, ¿Cómo funciona esta resurrección digital? Y ¿cuáles son sus riesgos y dilemas éticos? Esto es lo que debería saber.
Un mercado millonario
Sin duda, la resurrección digital es el nuevo nicho de mercado de la IA, que se lucra de la nostalgia de tener cerca o volver a sentir a un ser querido.
Estados Unidos y China ya tienen decenas de empresas y startups dedicadas a crear y entrenar chatbots para hablar con los muertos.
Lo llaman también el negocio de los ‘humanos digitales’ y se estima que en 2025 esté valorado en USD 6.000 millones, según consultoras de mercado.
¿Qué es y cómo se hace?
Los deepfakes son una de esas invenciones que han crecido con el ChatGTP y la IA. Hay programas que permiten a los hackers suplantar identidades para atacar a sus víctimas o fomentar la desinformación.
Incluso, hay apps ‘gratuitas’ para crear voces a partir de audios de cantantes y artistas.
Para crear un deepfake del más allá, básicamente, hay dos formas, explica el investigador de la empresa española Vicomtech, Ander González Dosacal.
“Hay dos modelos de audio, los de síntesis que son entrenados con texto. Le metes el texto de lo que dijo una persona o el texto deseado, le das play y sale una reproducción de voz robótica”, dijo Dosacal, entrevistado en el podcast de la radio Euskadi en febrero de 2024.
Pero hay un segundo modelo más sofisticado que solo necesita una conversación de voz, “partimos con un audio de una persona real y obtenemos la muestra”.
Dosacal y Vicomtech entrenaron un modelo de IA capaz de recrear la voz de Francisco Franco, y para esto utilizaron los discursos del dictador español que había pronunciado en una navidad.
“Para recrear la voz de Franco tomamos unas seis horas de sus discursos, pero cada vez la tecnología avanza y se van necesitando menos horas. Hay modelos capaces de clonar voz con 10 segundos de una voz original”, aseguró Dosacal.
En el caso del experimento del programa de televisión El Hormiguero, los familiares entregaron ‘voices notes’ o mensajes de voz que tenían guardados en los celulares. Y a partir de esto, se recrearon los dobles digitales de sus seres queridos.
¿Cómo responden estos chatbots del más allá? Todo depende de cuán entrenado esté el sistema de diálogos del modelo de IA, es decir, de cuánta data o información se haya ingresado.
Algunos chatbots han probado mantener conversaciones, como se observó en el programa, con bastante naturalidad sobre momentos triviales y preguntas de fácil comprensión.
¿Dónde queda el duelo y la ética?
En el centro del debate sobre la resurrección digital está cuán ético es revivir a una persona fallecida, para ‘conversar’ por algunos minutos.
“Esta práctica abre un debate profundo sobre sus implicaciones éticas, filosóficas y jurídicas”, escribe el profesor Damián Tuset, investigador de la universidad Oberta de Catalunya, en el portal académico The Conversation.
Según Tuset, la resurrección digital corre el riesgo de crear falsos recuerdos para los vivos.
“Podría considerarse un intento de preservar la memoria, de mantener viva la presencia de aquellos a los que hemos perdido. Pero ¿es ético aferrarse a una representación artificial en lugar de dejar que la memoria evolucione y se transforme con el tiempo?”, se pregunta el investigador.
Otro riesgo del fenómeno es qué pasa con el duelo, que cada ser humano debe atravesar cuando pierde un ser querido.
“Al tratar de mantener una conexión con los fallecidos (...)¿estamos interfiriendo con este proceso vital? ¿Podría esto impedirnos avanzar y encontrar paz en la aceptación de la pérdida?”, añade Tuset.
Finalmente otro aspecto no menos importante: ¿Dónde queda la ética en esta práctica de la resurrección digital?
El investigador se cuestiona si los vivos tienen realmente derecho a recrear la voz digitalmente de su ser querido, y sin su consentimiento.
La voz, al igual que la identidad, son datos personales y únicos, que solo deberían cederse o prestar con un consentimiento firmado y por escrito.
“Esta práctica parece transgredir los principios fundamentales de respeto y dignidad que deberían guiar nuestras interacciones humanas”, asegura Tuset.
Y usted, ¿qué opina? ¿Le gustaría ‘conversar’ o sentir la presencia de aquel ser querido, por un instante, pese a que no es real?
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