Moras y gripe aviar: el paraíso de Galápagos está en peligro
Científicos alertan sobre la creciente amenaza de las moras para la emblemática Scalesia, mientras que la sombra de la gripe aviar ronda a cuatro especies de Galápagos.
Una mariposa se alimenta de los árboles de Scalesia, una planta en peligro por una especie invasora: los arbustos de mora.
Fundación Charles Darwin
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Las flotas pesqueras industriales, en especial las de bandera asiática, acechan las islas Galápagos cada cierto tiempo. Animales domésticos, como perros, gatos y chanchos, le ganan terreno a la fauna y hasta destruyen los nidos de especies emblemáticas del archipiélago.
Estas dos amenazas no son las únicas, la lista incluye a especies invasoras impensables, como las plantas de mora y una temida gripe aviar.
Un nuevo estudio realizado por científicos de la Fundación Charles Darwin (FCD), en colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) de Ecuador, alerta sobre la creciente amenaza que representan las especies de plantas invasoras para el bosque endémico de Scalesia en las islas.
La investigación destaca que en la parte alta del archipiélago, el bosque de Scalesia, alguna vez dominado por la especie de margarita gigante Scalesia pedunculata, "ha visto significativamente reducida su área debido a cambios en el uso de suelo en el pasado".
Y, actualmente, su población ha disminuido debido a una invasión creciente de especies de plantas introducidas, como la mora.
Mientras que desde septiembre de 2023, Galápagos está en alerta por casos de gripe aviar entre sus especies. Solo el pasado 18 de marzo, se descartaron nuevos casos de esta enfermedad, y se reabrieron dos áreas turísticas, que fueron cerradas como medida preventiva.
El arribo de la gripe aviar es de gran preocupación para Galápagos, puesto que alberga 78 especies de aves endémicas y nativas, muchas de las cuales migran hasta las costas continentales para alimentarse.
¿Por qué la mora es tan 'letal'?
El problema de los cultivos de mora, una fruta introducida en las islas por colonos, no es nuevo para Galápagos. Desde 1968, ambientalistas luchan contra este arbusto frutal que acaba con la flora propia del archipiélago.
Hay una planta en particular que está severamente afectada por la mora, según el nuevo estudio de la fundación Charles Darwin.
Se trata de las plantas de Scalesia, una especie endémica de las islas, que tienen un ciclo de vida corto, de aproximadamente 15 a 20 años, y persiste produciendo numerosas semillas que germinan en espacios abiertos y despejados del bosque.
Pero, si el hábitat propio para que florezcan la Scalesia está repleto de arbustos de mora, su crecimiento es complicado.
Debido a sus características naturales, la mora forma un espeso matorral que obstruye la transmisión de luz solar, y por lo tanto, inhibe la germinación de las semillas de Scalesia. Es decir, no permite que se regeneren y las mata.
Heinke Jäger, autora principal del estudio e investigadora del programa de Restauración del Bosque de Scalesia de la FCD, asegura que, "sin una intervención inmediata para controlar las especies invasoras de plantas a gran escala, la margarita gigante enfrenta una extinción inminente en la isla de Santa Cruz dentro de los próximos 20 años".
Para proteger a la Scalesia, los guardaparques del Parque Nacional Galápagos, junto con los asistentes de campo de la FCD, han hecho un control manual y químico de plantas invasoras durante más de 20 años.
Es un esfuerzo intenso y costoso que requiere acción continua durante un largo período de tiempo. Estos métodos de control son los únicos disponibles ahora, mientras avanzan estudios para encontrar métodos de control viables a largo plazo, incluido el biológico.
Una gripe que mata a las aves en 48 horas
Gustavo Jiménez Uzcátegui, investigador del proyecto de aves marinas de la Fundación Charles Darwin, indicó que tras varios monitoreos y la toma de cientos de muestras, han identificado cuatro especies de aves afectadas por la gripe aviar: el piquero de patas rojas, el de patas azules, el nazca y fragatas.
Los exámenes arrojaron 34 casos positivos en aves, pero de las restantes muertas “no se comprobó” que fueran por gripe aviar.
Y la “zona cero” de la enfermedad fue Punta Pitt, en la isla San Cristóbal, y también hubo casos en las islas Genovesa, Darwin, Wolff y Lobos.
La enfermedad, explican los técnicos del Parque, se dispersa de forma mecánica (traslados de equipos o por el ser humano), y directa (de un animal enfermo a uno sano).
Según Jiménez, el virus llegó al archipiélago por individuos afectados, “que vinieron posiblemente de las zonas de alimentación hacia Galápagos”.
Lo grave de la gripe aviar en la islas es su efecto fulminante: el animal muere en prácticamente 48 horas.
La 'buena noticia' o más bien hipótesis es que el fenómeno de El Niño, hoy en un aparente declive, ha favorecido a que la enfermedad no se propague con gran facilidad.
Durante el episodio de El Niño, las temperaturas han subido y esto, estiman los expertos, ha impedido que la gripe sea más virulenta o activa entre las aves.
Ahora, comentan los técnicos ambientales, deberán esperar a que el evento climático se desvanezca a mediados de 2024, para comprobar si en la época más fría, la gripe aviar tendrá mayor impacto.
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