El fenómeno de La Niña viene en camino, pero las temperaturas no bajarán como se espera
Tras un Niño casi desapercibido en Ecuador, llega una etapa en que el fenómeno meteorológico La Niña regresa al país y al planeta.
Imagen referencial de una niña jugando con agua en medio de la ola de calor en México, mayo de 2024.
AFP
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En el campo científico, a La Niña le pasa lo que a muchas mujeres en la vida laboral: son poco escuchadas, algunas veces menospreciadas. Le llaman inequidad de género, pero este año, la otra parte del ciclo ENOS será sentida en Ecuador y el planeta entero.
Las siglas ENOS, en inglés, corresponden al llamado fenómeno de El Niño-oscilación del sur, y su influencia es mundial.
Después de un Niño que empujó los termómetros hacia arriba y provocó olas de calor sin precedentes, su némesis, La Niña tendrá un impacto de enfriamiento que podría ser muy débil, advierten los climatólogos.
Es decir, a causa del impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, la Niña no refrescará los ambientes de zonas como Ecuador como era lo esperado.
Y es que el cambio climático ya es responsable de un aumento de las temperaturas mundiales de al menos 1,2° C en promedio en comparación con finales del siglo XIX.
Pero, ¿qué es la Niña?
Si el temido Niño se refiere al fenómeno cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, justo frente a Ecuador, la Niña es todo lo contrario.
Durante el Niño, los vientos y las corrientes juegan juntos y esto provoca más lluvias, y aumento de temperatura.
Aunque este 2024, El Niño, que comenzó a gestarse a mediados de 2023, se sintió atenuado en Ecuador y hasta pasó casi desapercibido.
En cambio, La Niña representa para el mundo, dentro de lo previsto, un enfriamiento del océano Pacífico oriental durante un período de aproximadamente uno a tres años, produciendo los efectos inversos de El Niño en el clima mundial.
¿Cuándo llegará La Niña a Ecuador?
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), hay una probabilidad del 50% de que el trimestre junio-agosto se produzca una transición hacia los inicios de La Niña.
Y las posibilidades aumentan al 60% para que el fenómeno se manifieste a partir de julio a septiembre; y hasta el 70% para el periodo de agosto a noviembre.
Es decir, en algunas de las fases de estos meses, La Niña arribará a Ecuador.
¿Cuáles son los efectos del fenómeno?
La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, y el sureste de África.
Mientras que en el norte de Brasil, y otras regiones de Sudamérica, las condiciones son más secas, es decir, hay pocas lluvias.
Esto último contribuye a las sequías, una mala noticia para los países como Ecuador que dependen de las lluvias para la generación de energía hidroeléctrica.
Y en el país, el estiaje es sinónimo de cortes de luz prolongados, como los que ya ocurrieron en 2023 e inicios de 2024.
Por otra parte, La Niña también puede contribuir a una temporada de huracanes más violenta en el Atlántico.
La agencia estadounidense NOAA anticipa una temporada 2024 excepcional, con entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.
El factor del cambio climático
Pero, un regreso de La Niña no es suficiente para alimentar la esperanza de un alivio rápido para regiones como el Sudeste Asiático, golpeadas ya desde esta primavera por olas de calor extremo.
"El planeta se está calentando y el ENSO solo juega un papel secundario", insiste Michelle L'Heureux, climatóloga de la NOAA.
"Incluso con el posible desarrollo de La Niña a partir de este año, todavía esperamos que 2024 se sitúe entre los cinco años más calurosos jamás medidos".
Mayo de 2024 ya fue el mes más caliente de su historia, alertó con cierta desesperanza la propia Organización de las Naciones Unidas, el pasado 5 de junio.
Por lo que si bien en Ecuador, ciudades como Guayaquil o en la Costa experimentan mañanas consideradas ‘frías’, las temperaturas promedios son elevadas.
El pasado 4 de junio, Guayaquil registró temperaturas de 21 a 22 grados centígrados, pero solo en las noches y madrugadas. Mientras que en la Sierra, hay noches inusualmente cada vez más calientes.
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