Covid-19: por qué no es necesario un test de anticuerpos luego de vacunarse
Una persona que ha recibido la pauta completa de vacunación tarda alrededor de dos semanas en desarrollar la máxima protección contra el Covid-19.
Lionel Messi, durante el cobro del penal que derivó en el gol 700 de su carrera, el martes 30 de junio de 2020.
EFE
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Las personas vacunadas con Pfizer llegan al pico de la inmunidad a los siete días de la segunda dosis, mientras quienes reciben la vacuna de AstraZeneca tardan alrededor de unos 28 días.
En este sentido, no es necesario someterse a un test de anticuerpos después de vacunarse para confirmar la inmunidad, según varios expertos médicos.
José Ángel Hernández, vocal de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas, dijo a las agencias internacionales que "la eficacia de las vacunas es muy alta".
Por ello, no ve necesario comprobarlo, "salvo en pacientes inmunodeprimidos con alteraciones graves del sistema inmunitario o que reciben tratamientos que pueden comprometer la respuesta serológica".
Mientras que Marbel Torres, directora del laboratorio de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE), explica que es necesario verificar los tipos de test que se aplican, "no es lo mismo las pruebas neutralizantes, que las de antígenos".
Además, la experta dice que en el pasado la sociedad nunca se sometió a un test tras la aplicación de una vacuna, ya sea de influenza o de sarampión.
Pruebas no evalúan respuesta inmune
Por su parte, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) confirma que si bien un resultado positivo del test identifica a quienes han pasado por la infección, "se necesita más investigación para reconocer a las personas que han recibido una vacuna".
La FDA también menciona que "las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 autorizadas no se han evaluado para conocer el nivel de protección proporcionado por una respuesta inmune a la vacuna".
Es decir, la mayoría de los test serológicos se han diseñado para detectar los anticuerpos, que forman parte de la respuesta inmunitaria a la infección.
Así, estas pruebas se focalizan en los anticuerpos contra la proteína N, que genera el organismo después de una infección natural, y no por la vacunación.
Riesgos potenciales
Según la FDA, si los resultados de la prueba de anticuerpos se interpretan como un indicador específico de inmunidad o protección contra la infección, existe un riesgo potencial de que las personas tomen menos precauciones.
Esto provocaría el aumento del riesgo de contagios y puede resultar en una mayor propagación del coronavirus.
Además la experta de la ESPE, Marbel Torres, explica que la mala interpretación de los resultados "podría generar un rechazo a las vacunas, aunque está comprobado que todas son seguras y eficaces".
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