Música y rebeldía: cómo una 'multinacional' llamada Taylor Swift mueve la economía de EE.UU.
Con 34 años, cumplidos este 13 de diciembre, la rubia y delgada cantante de 'country', Taylor Swift es un fenómeno mundial por sus canciones y los millones que generan.
La cantante estadounidense, Taylor Swift, en un concierto de su gira The Eras Tour, en California, agosto de 2023.
AFP
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Por María Porcel
Taylor Swift es un fenómeno tan arrollador que resulta casi inexplicable. ¿Cómo, cuándo y por qué una cantante de 'country' estadounidense se ha convertido en la máquina de hacer dinero más grande del planeta? ¿En qué momento, después de ser vista por más de tres millones de fans en el último año ganó USD 1.100 millones? Y además, ¿cómo ha logrado levantar la economía de Estados Unidos, según la propia Reserva Federal?
La rubia cantante de 34 años, cumplidos este 13 de diciembre, no va a desvelar el secreto. Ella es hermética y a excepción del diálogo con la revista Time, que la nombró personaje del año, Swift no concede entrevista ni charlas a la prensa. Por ella, hablan sus casi 250 canciones que ha compuesto y cantado durante 17 años de carrera. Aunque también hay algunas publicaciones en redes sociales, para sus 475 millones de seguidores.
Para comprender por qué este 2023 se ha convertido en su año hay que ir a los hechos y a los datos. En estos meses Swift ha demostrado que es mucho más que una cantante: es una artista de las cifras.
Solo en la plataforma Spotify destronó a Bad Bunny como la artista más escuchada, la primera vez en una década que una mujer ocupa ese trono. Amazon y Apple también la colocan como la más oída de 2023. Y para esto hay dos razones: la primera es su música que habla de rebeldía y empoderamiento femenino, pero también está su exitosa gira 'The Eras Tour', que empezó en marzo y acaba de terminar, y que retomará en febrero de 2024. Todo sostenido por una fidelísima base de fans, que observan, analizan y, por supuesto, compran, porque ella les trata como si fueran de la familia.
Su gira The Eras Tours provocó terremotos, económicos y reales: recaudó USD 1.300 millones, pero además en julio, en Seattle, EE UU, un medidor de actividad sísmica calculó que sus fans habían provocado un sismo de 2,3 grados.
“En Chicago rompió el récord de ocupación hotelera de la historia del Estado [Illinois], con 44.000 habitaciones”, repasa el doctor Alfredo Valadez, profesor e investigador de negocios de la universidad Cetys de Tijuana, al norte de México, en un resumen sobre la actividad económica de la artista realizado para este artículo que titula Swiftconomics: una potencia económicomusical.
También las universidades estudian a Swift. Berkeley, Stanford y Harvard impartirán clases sobre ella en 2024, donde repasarán sus letras, su literatura o su impacto cultural.
La revista Forbes, que al igual que Bloomberg le estima una fortuna de USD 1.100 millones (el doble que en 2022), la sitúa como la quinta mujer más poderosa del mundo, también la primera mujer de la industria del entretenimiento en entrar en ese ranking.
Y fue la primera persona del mundo del entretenimiento, de cualquier categoría, en ocupar la prestigiosa portada de la revista Time desde su creación en 1927.
"Me subo al escenario enferma o herida"
Buena parte de la culpa la tiene su imponente gira, 'The Eras Tour', un despliegue musical, artístico, técnico y logístico sin parangón que la ha llevado por EE UU (con 53 conciertos en 20 ciudades), y, por primera vez, por América Latina: México, Argentina y Brasil.
Con una media de 60.000 espectadores por ciudad, eso implica que la han visto alrededor de cuatro millones de personas. Canta 44 canciones exactamente en el mismo orden, a excepción de dos temas sorpresa de los otros 200 que ha publicado durante su carrera.
Ella se dedica en cuerpo y alma, porque sabe lo caro y complejo que es conseguir entradas. Se preparó para la gira cantando el setlist sobre una cinta de correr y, tras la actuación, se queda en la cama, sin apenas hablar, hasta la siguiente.
“Me subo a ese escenario enferma, herida, con el corazón roto, incómoda o estresada. Ahora mismo es parte de mi identidad como ser humano. Si alguien ha comprado una entrada para verme, tocaré excepto por causa de fuerza mayor”, dijo a la revista Time.
Lo cierto es que cada vez que la vocalista pisa una ciudad hay asegurada una lluvia de millones. El organismo que monitoriza la economía en California estima que sus seis conciertos en agosto aportaron USD 320 millones al Estado. Incluso la Reserva Federal ha reconocido que su actividad inyectará alrededor de USD 5.000 millones en la economía estadounidense.
Discos regrabados
Pero los ingresos de Swift no vienen únicamente de esta gira. También está su música. Es una empresa musical forjada con tiempo, poder y mano izquierda. Si Bloomberg pensaba en octubre que sus reproducciones habían aportado USD 120 millones a su fortuna, ahora Billboard cree que solo este año y con Spotify ha ganado otros USD 100 millones.
Pero eso viene dado, también, porque ella misma se fue de la plataforma en 2014 quejándose de sus pagos injustos. Regresó en 2017 cuando los consideró válidos. También en 2015 amagó con marcharse de Apple Music por no querer pagarle derechos a los artistas durante el periodo de prueba de tres meses para el usuario. Tras su amenaza, la compañía se lo repensó.
También es que su modelo es distinto al de otros cantantes: ingresa más, puesto que tiene los másters (grabaciones originales) de ocho de sus 10 discos, y tiene más derechos, al ser vocalista pero también compositora.
Todo empezó en Pensilvania, cuando Taylor Swift comenzó a cantar desde bien pequeña con un talento nato. La descubrió un productor, Scott Borchetta, y en 2006, sin cumplir los 16 años, lanzó su primer y homónimo álbum junto a su productora, Big Machine.
El trance más complicado para Swift fue en 2018, cuando perdió su música. Entonces Borchetta vendió al empresario Scooter Braun, manager (entre otros de Justin Bieber) y archienemigo de Swift todo Big Machine por unos USD 330 millones.
El paquete incluía esos masters, sus derechos de autor, sus letras, sus vídeos y más material de la cantante. Según la versión de la artista, le rogó a Borchetta que se lo vendiera a ella, y que si no lo hacía no lo pusiera en manos de Braun.
Swift demostró su ira y su dolor en la plataforma Tumblr, en una larga carta donde hablaba de sus discos “robados”, como siempre los denomina, y acusaba a Braun de hacerse con sus temas.
A través de un vacío legal, a partir de 2020 Swift logró empezar a regrabar todo ese material, porque no tenía derechos sobre los discos, pero sí sobre la composición de los temas.
Swift ya ha regrabado cuatro de esos álbumes, a los que ha llamado igual pero con el apellido Taylor’s Version: Fearless y Red, en 2021; y Speak Now y 1989, este 2023.
Con 33 años y millones de dólares, ¿qué le queda a Taylor Swift por hacer y por cumplir? ¿Hay un techo?
*Artículo publicado el 9 de diciembre de 2023 en El País, de PRISA MEDIA. Lea el contenido completo aquí. PRIMICIAS reproduce este contenido con autorización de PRISA MEDIA.
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