El polémico Peso Pluma y por qué sus corridos coquetean con los narcos
El mexicano Peso Pluma se ha consolidado como una estrella mundial gracias a sus corridos, que cuenta realidades y coquetea con el crimen organizado.
Peso Pluma en una aparición en la alfombra roja de los Grammy, el 4 de febrero de 2024.
AFP
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Peso Pluma volvió a los titulares de la prensa rosa, aunque nunca se fue del todo. El mexicano es 'noticia' por la ruptura con la rapera argentina, Nickie Nicole, y por una supuesta infidelidad del cantante.
Pero en realidad, el artista es más polémico y conocido por sus corridos, un género musical 100% mexicano y que con la incursión del narcotráfico ha ganado fama de honrar a líderes delictivos.
Hassan Emilio Kabande Laija, nombre de Peso Pluma, era un desconocido para la mayoría de mexicanos hace poco, aunque amantes del género lo vieron surgir desde 2022.
Su voz grave y estilo franco, que recuerdan el ímpetu "ranchero" del desaparecido cantante Valentín Elizalde, contrastan con su aspecto desgarbado y adolescente, apuntan expertos.
Lejos del tradicional macho de botas y sombrero, Peso Pluma prefiere usar ropa extragrande, zapatillas y gorras de diseñador, de estilo rapero o reguetonero.
Y en 2023, seis de sus temas -uno en solitario, cinco con otros artistas- escalaron en el Hot 100 de la revista Billboard y el Top 50 de la plataforma Spotify, referentes de la industria.
Ahora en 2024, su actuación en Viña del Mar está en duda precisamente por su presunta asociación con la narcocultura.
¿Narcocultura?
Aunque el corrido cuenta con grupos consagrados como "Los Tigres del Norte", el boom se apalanca en las plataformas digitales, apunta el especialista en música y cultura Julián Woodside.
También se da al calor de una "latinización de la industria del entretenimiento estadounidense" que incluye la consolidación de sellos y productoras hispanas, pilares del suceso además de figuras como Natanael Cano o Eslabón Armado.
El auge del regional mexicano se explica además por una "norteñización" del país, derivada del desplazamiento de personas por la violencia del narcotráfico.
Como parte de la dinámica del género musical, el narcocorrido ensalza las peripecias y el poder de criminales.
Incluso, Peso Pluma admitió que escribió varios de sus llamados corridos bélicos "por encargo" de narcotraficantes.
"Todos los artistas del regional mexicano que cantan corridos hay gente que les llama y de repente: 'oye, ¿cuánto me cobras por hacer un corrido? Ah, pues tanto'. Es mi trabajo, ¿sabes?", dijo en una entrevista en octubre pasado.
"No es que estemos apoyando o haciendo apología, es simplemente trabajo".
Peso Pluma
La encomienda incluye eventualmente videoclips. En los de "El Belicón", a dúo con Raúl Vega, o "Siempre pendientes", junto a Luis R Conríquez, los cantantes aparecen con armas largas celebrando al cártel del encarcelado Joaquín "Chapo" Guzmán.
A este polémico flanco, Peso Pluma y otros artistas de su generación suman la ostentación: carros lujosos, ropas de marca, "elementos que te hacen pensar que hay muchísimo dinero invertido y eso te lleva también a (...) conquistar otros públicos", comenta Juan Antonio Fernández, historiador de la Universidad Autónoma de Sinaola.
Y en ese mundo voraz, violento, ostentoso, consumista e individualista, Peso Pluma 'conecta' con las nuevas generaciones.
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