Muñecas ecuatorianas llegan a Rabat para exposición internacional
Un museo en el corazón de la capital marroquí, Rabat, expone más de 2.500 muñecas 'vintage' que representan el folclore y las tradiciones de 90 países, incluyendo Ecuador.
Varias de las muñecas en el museo de Rabat, Marruecos, el 22 de diciembre de 2023.
EFE
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Barbie no es la única muñeca famosa en el mundo o con colecciones infinitas. Ya es posible dar la vuelta al planeta y hasta conocer Ecuador en pocos minutos, gracias a un museo en el corazón de la capital marroquí, Rabat, que expone más de 2.500 muñecas 'vintage' que representan el folclore y las tradiciones de 90 países.
En una de las callejuelas de la ciudad antigua, a unos pocos pasos de la famosa calle de los Cónsules, un cartel que pone 'Muñecas del Mundo' no deja indiferente.
Cuelga cerca de un riad donde Abdeljalil Haffar y Marie-Michèle Haffar viven y exponen las muñecas que han ido reuniendo a lo largo de 50 años.
Este sigular museo de muñecas en Marruecos abre al público todos los días menos los viernes, con tarifas de USD 2, y las muñecas se exponen en vitrinas distribuidas en tres habitaciones según un criterio geográfico por países y temático.
De Mauritania a Rusia, de Francia a Ecuador y de Japón a Mali, estas figuras representan unos 90 países del mundo y reflejan el patrimonio cultural de cada nación.
Llegan de todas partes
Entre las muñecas expuestas en el museo figuran bailarinas de la danza folclórica francesa del cancán, cortesanas japonesas con kimono, mujeres rusas con sarafán y kokoshnik.
Además, hay otras figuras de soldados de la infantería francesa de la época napoleónica o miniaturas de músicos tradicionales marroquíes con su chilaba larga blanca y su laúd.
La pareja Haffar ha ido reuniendo estas muñecas -realizadas de manera artesanal con lana, celuloide, madera, baquelita, tela y otros materiales- en sus diferentes viajes por más de una veintena de países buscando entre mercadillos y lugares donde se venden estos objetos.
Pero hay muñecas que hicieron el viaje hasta el museo a través de los regalos de los amigos de la familia y gracias a los propios visitantes de la galería, que contribuyen a enriquecerla.
"Una vez vino un turista de Jamaica y vio que faltaba una muñeca de su país. Dos meses después me mandó una", recuerda Abdeljalil, quien subraya que la colección nació en Francia, de donde es su esposa, pero creció en Marruecos, donde la pareja se trasladó a vivir en los años 80 con sus tres hijos.
En 2012, cuando llegaron a acumular más de 1.000 muñecas, el matrimonio decidió organizar una primera exposición en la Biblioteca Nacional de Rabat, seguida de otra en Marrakech en 2016 con motivo de la cumbre climática COP22 y una tercera muestra en Kelaat Sraghna, ciudad natal de Abdeljalil.
Con estas tres exhibiciones, dice, descubrieron el interés por el mundo de las muñecas de personas de diferentes edades, sexos y ámbitos. Decidieron entonces vender su apartamento y comprar una casa más grande donde vivir y acoger un museo abierto de manera permanente al público.
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