Una ruta por los cócteles que saben a Cuenca
En Cuenca es posible beber un trago que evoca el frío del Cajas, las hierbas andinas de los mercados, la frescura de la Plaza de las Flores, hasta el espíritu de sus personajes urbanos.
Cristian Hinojosa prepara el cóctel Negroni andino en Rosée, en Cuenca.
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La coctelería de autor vive un gran momento en Cuenca. Hay propuestas innovadoras, que aprovechan los destilados ecuatorianos- que cada vez son más- y combinan técnicas modernas con las más tradicionales.
El uso de productos locales en los macerados es parte del éxito de las barras. También la creatividad de una nueva generación de bartenders, que buscan servir una experiencia más allá de un trago.
Las propuestas son variadas. Hay bares que sirven buena coctelería clásica, pero la búsqueda de una identidad propia es la que predomina.
A propósito de las fiestas de independencia de la capital azuaya, les dejamos un 'aperitivo' con esta ruta de cócteles que les dejarán un sabor a Cuenca, para que se animen a descubrir la renovada gastronomía que tiene la ciudad.
El Cajas y una cúpula junto a la calle Santa Ana
Cuando la cajita en la que llega el cóctel se abre, la ‘neblina’ que se logra con el ahumado de ramas y hierbas se esparce como si empezara a caer la tarde en el Parque Nacional Cajas.
Hace frío y el primer sorbo llega con un sutil aroma a chuquiragua, una planta que abunda en este páramo andino, ubicado a unos kilómetros de Cuenca.
La sensación de frío, la neblina y el perfume de las plantas hacen sentir al Cajas en cada sorbo. Por eso, el nombre de este cóctel, que es uno de los favoritos de Distrito Taller Gastronómico.
El destilado base del cóctel Cajas es el Canuto, la versión premium de la Zhumir, el aguardiente cuencano más tradicional. Se combina con bitter de café, zumo de arándanos, zumo de naranja, sirope clásico y limón.
Distrito ofrece una amplia carta de coctelería de autor y comida de alta cocina. Está ubicado en la que fue la primera calle de Cuenca, la recuperada Santa Ana, junto a la Catedral de la Inmaculada, en el centro de la ciudad.
Santa Ana es también el nombre de otro de sus cócteles inspirados en la ciudad. Se sirve en un vaso de cerámica con forma de la icónica cúpula de la Catedral y está hecho con dos tipos de ron.
Este local atiende 12:00 a 24:00 y por fiestas de Cuenca tendrá actividades todas las noches, del 2 al 4 de noviembre. Se puede ver el menú y más información en este link.
Negroni andino y un recuerdo kañari
Puede sonar extraño. Pero este negroni -uno de los favoritos de la coctelería clásica- tiene el poder de llevarnos a varios rincones populares de Cuenca. A la plaza San Francisco, a los puestos de las hierbateras en el mercado Diez de Agosto, a las orillas del río Yanuncay, a la plaza donde "curan el espanto".
Y la explicación es esta: la base del negroni andino de Rosée Isakaya es un vermut elaborado por la casa, con vino tinto y especies andinas, matizado con eucalipto, ese árbol que abunda en los ríos cuencanos, y las notas ahumadas del palo santo, como el que antes llenaba de aroma la plaza San Francisco y aún está en las tantas fiestas religiosas que hay la capital azuaya.
El vermut que se usa es un secreto del bartender creador del cóctel. Se alcanza a percibir unos toques de anís y clavo de olor. Y mucho sabor a hierbas, a mercado, explica Cristian Hinojosa, administrador de Rosée.
Entre los cócteles que tienen sabor e identidad cuencana también está el Kañari Puka, un tiki frutado, con base de ron, syrup de frutos rojos, naranjilla y especies andinas. La palabra kañari hace referencia a la cultura preincaica de la región.
Este lugar está ubicado en la avenida 12 de Abril y Esquina de las Artes. Su concepto es el 'isakaya', como se conoce a los típicos bares o restaurantes japoneses. En su menú destaca el sushi de autor y las preparaciones de pescados y mariscos que llegan de Galápagos.
El horario de atención se Rosée es jueves a sábado, de 12:00 a 22:30 y los domingos de 12:00 a 17:00. Las reservaciones se pueden hacer en su página web. La carta tiene cócteles que van desde los USD 10.
Pítimas y el Suco del Cenáculo
De las manos de las monjas Carmelitas nació una de las bebidas más populares de Cuenca: el agua de pítimas. Una infusión refrescante y de un tono rosa profundo, que se consigue únicamente en la Plaza de las Flores.
Es una bebida elaborada con pétalos de rosas, claveles y plantas medicinales como la valeriana y la hierba luisa. Llegó a ser tan popular que, cuando la gente la compraba, para pedir más decía: "Deme un piti más", porque "piti" en Cuenca significa "poco".
Es necesario saber eso para entender por qué Guanchaka, el bar del restaurante La María, tiene un cóctel llamado Pítimas y, por qué viene en dos copas: una de tamaño normal y otra más pequeña. Pura inspiración en la ciudad.
En La María hay una coctelería de autor completamente inspirada en la capital azuaya. Y la base de su barra son las mistelas de la casa, que se usan en las preparaciones y se pueden servir solas, como aperitivo.
En esta temporada, hay un cóctel de colada morada, que tiene como base una mistela de la tradicional bebida de difuntos.
En su menú hay una variedad de bebidas inspiradas en las tradiciones de la ciudad o sus personajes, como "El suco del Cenáculo", un mítico personaje urbano de Cuenca.
Para lograr este cóctel, se infusiona té du hamman con miske y lo agitan en una coctelera con miel de abeja, naranja y hierba luisa. El resultado es una bebida que tiene "la ternura del Suquito", cuenta Verónica Herrera, bartender oficial de La María.
El horario de atención es de 12:00 a 22:00 y los precios de los cócteles van desde los USD 5,50. Se puede conocer más de la carta y reservar en su página web. Está ubicada en la Casa Yangoe, en Benigno Malo y Larga.
Miske Power y mucha chicha
El poder de dos poderosas bebidas andinas en una sola copa. En la coctelera se ha echado un destilado que nace en los Andes de Ecuador: el miske y que, combinado con chicha de piña, miel de agave y un toque de limón, resulta en una bebida equilibrada y refrescante.
El toque final lo pone la sal de flores en el vaso. Así es el Miske Power que sirve La Chichería.
Las notas que deja el miske ahumado hacen recordar a los paisajes donde crece el agave andino, la planta de la que sale este destilado que tiene denominación de origen y que empieza a aprovecharse en la coctelería nacional.
En la carta de La Chichería hay, por supuesto, mucha chicha. Esa bebida tradicional que viene del maíz, pero que en este restaurante no encuentra límites.
Utilizan productos propios de la localidad para elaborar cócteles de temporada, como la chicha de mucílago (la sustancia blanca que rodea las pepas del cacao). O la de eugenia, una planta que crece en las orillas de los ríos de Cuenca y tiene un fruto de un hermoso color violeta.
La Chichería está ubicada en la avenida 12 de Abril, en la Plazoleta del Farol. Su horario de atención es de miércoles a sábado, de 12:30 a 22:00. Los domingos, de 12:30 a 16:00. Las reservas se pueden hacer en su página web. El costo promedio de los cócteles es USD 7.
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