Día de la Madre: Diez poemas especiales para dedicar a mamá
Gabriela Mistral escribió con especial atención a mamá, también García Lorca, Olegario Víctor Andrade e incluso Edgar Allan Poe. Aquí versos para dedicar en el Día de la Madre.
Día de la Madre 2024
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La poesía, con su poder emotivo, es un regalo perfecto para honrar a mamá en su Día y demostrarle el amor que le tenemos.
Este domingo 12 de mayo se recuerda en Ecuador el Día de la Madre, con eventos, comidas especiales, regalos y mucho más.
Para quienes deseen acompañar estos momentos con poesía, recopilamos versos clásicos y contemporáneos para conmover a mamá.
1. 'Cuando se abre la mañana' de Federico García Lorca
Cuando se abre en la mañana
roja como sangre está
el rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abierta en el mediodía
es dura como el coral,
el sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
Cuando en las ramas empiezan
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal;
y cuando toca la noche
blanco cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro
se comienza a deshojar.
García Lorca es uno de los poetas más influyentes de la literatura española del siglo XX. Este poema forma parte de su obra más conocida, 'Poeta en Nueva York', escrita durante su estancia en 'La Gran Manzana' entre 1929 y 1930.
'Poeta en Nueva York' refleja la profunda angustia y desolación que Lorca experimentó durante su tiempo en la ciudad estadounidense, influenciado por la Gran Depresión, la industrialización y la soledad urbana.
Lorca utiliza imágenes vívidas para transmitir la idea de un nuevo comienzo y la posibilidad de encontrar belleza y serenidad, incluso en medio de la desesperación. Este poema es el indicado para el Día de la Madre, ya que, la figura materna es un símbolo de esperanza y renovación en la vida de sus hijos.
Así como el amanecer trae consigo la promesa de un nuevo día, la presencia y el amor de una madre ofrecen consuelo y fortaleza en los momentos oscuros y difíciles.
2. 'Consejo maternal' de Olegario Víctor Andrade
Ven para acá, me dijo dulcemente
mi madre cierto día,
(aún me parece que escucho en el ambiente
de su voz la celeste melodía).
Ven y dime qué causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas
como gota cuajada de rocío.
Tú tienes una pena y me la ocultas:
¿no sabes que la madre más sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos
como tú en la cartilla?
¿Quieres que te adivine lo que sientes?
Ven para acá, pilluelo,
que con un par de besos en la frente
disiparé las nubes de tu cielo.
Yo prorrumpí a llorar. Nada, le dije,
las causa de mis lágrimas ignoro;
pero de vez en cuando se me oprime
el corazón, y ¡lloro!...
Ella inclinó la frente pensativa,
se turbó su pupila,
y enjugando sus ojos y los míos,
me dijo más tranquila:
Llama siempre a tu madre cuando sufras
que vendrá muerta o viva:
si está en el mundo a compartir tus penas,
y si no, a consolarte desde arriba.
Y lo hago así cuando la suerte ruda
como hoy perturba de mi hogar la calma,
invoco el nombre de mi madre amada,
¡y entonces siento que se ensancha mi alma!
El poeta argentino Olegario Víctor Andrade, conocido por su participación en la vida cultural y política de su país durante el siglo XIX, retrata en 'Consejo maternal' la relación entre madre e hijo, y transmite los sabios consejos que una madre le brinda a su hijo a lo largo de su vida.
El poema describe cómo una madre guía a su hijo en su camino hacia la madurez, ofreciéndole palabras de aliento, consejos prácticos y lecciones de vida.
Insta a su hijo a ser valiente y perseverante en la adversidad, a ser honesto y compasivo con los demás, y a valorar las cosas simples y preciosas de la vida.
3. 'Caricia' de Gabriela Mistral
Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...
El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.
Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...
'Caricia' es un poema emblemático de la ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945, Gabriela Mistral. Este poema es un canto de amor maternal que celebra el vínculo profundo entre una madre y su hijo.
En este poema, Mistral despliega una delicada y tierna atmósfera al describir el acto cotidiano de acariciar a un niño. La caricia, para Mistral, es un gesto lleno de ternura, un acto de amor desinteresado que trasciende las palabras.
A lo largo del poema, Mistral profundiza en la importancia de la caricia como expresión de amor y protección. Para ella, la caricia es un vínculo sagrado que une a la madre con su hijo.
4. 'A mi madre' de Manuel Gutiérrez Nájera
¡Madre, madre, si supieras
cuántas sombras de tristeza
Tengo aquí!
Si me oyeras, y si vieras
Esta lucha que ya empieza
Para mí
Tú me has dicho que al que llora
Dios más ama; que es sublime
Consolar:
Ven entonces, madre y ora;
Si la fe siempre redime,
Ven a orar
De tus hijos el que menos
Tu cariño merecía
Soy quizás;
Pero al ver cual sufro y peno
Has de amarme, madre mía
Mucho más.
¡Te amo tanto! Con tus manos
Quiero a veces estas sienes
Apretar
Ya no quiero sueños vanos:
Ven ¡oh, madre! que si vienes
Vuelvo a amar
Solo, madre, tu cariño,
Nunca, nunca, se ha apagado
para mí.
Yo te amaba desde niño;
Hoy… la vida he conservado
para ti.
Muchas veces, cuando alguna
pena oculta devora
sin piedad,
Yo me acuerdo de la cuna
Que meciste en la aurora
de mi edad.
Cuando vuelvo silencioso
Inclinado bajo el peso
De mi cruz,
Tú me ves, me das un beso
Y en ni pecho tenebroso
Brota luz
Ya no quiero los honores;
Quiero solo estar en calma
Donde estás;
Solo busco tus amores;
Quiero darte toda mi alma…
Mucho más.
Todo, todo, me ha dejado;
En mi pecho la amargura
Descansó;
Mis ensueños me han burlado,
Tu amor solo, por ventura
Nunca huyó.
Tal vez, madre, delirante,
sin saber ni lo que hacía
Te ofendí.
¿Por qué, madre, en ese instante?
¿Por qué entonces, vida mía,
no morí?
Muchas penas te he causado,
Madre sana, con mi loca
Juventud:
De rodillas a tu lado
Hoy mi labio solo invoca
La virtud.
Yo he de ser el que sostenga
Cariñoso tu cansada
Ancianidad;
Yo he de ser quien siempre venga
A beber en tu mirada
Claridad.
Si me muero —ya presiento
que este mundo no muy tarde
Dejaré, —
En la lucha dame aliento,
Y a mi espíritu cobarde
Dale fe.
Nada tengo yo que darte;
Hasta el pecho me salta
De pasión:
Solo, madre, para amarte
Ya me falta, ya me falta Corazón.
Manuel Gutiérrez Nájera nació en 1859 en Ciudad de México y es considerado uno de los principales exponentes del modernismo en la literatura mexicana.
Su poesía se caracteriza por su delicadeza y musicalidad, así como por su habilidad para capturar las emociones humanas.
En "A mi madre", Gutiérrez Nájera elogia la bondad, la ternura y el sacrificio de su madre, reconociendo su papel fundamental en su vida y en su desarrollo como persona. El poema está lleno de imágenes que evocan la belleza y la importancia del amor maternal.
5. 'Dulzura' de Gabriela Mistral
Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo,
deja revolverlo
sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío,
y en tus brazos locos
tenme suspendido.
Madrecita mía,
todito mi mundo,
déjame decirte
los cariños sumos.
Este poema es un canto a la dulzura y la ternura en las relaciones humanas, especialmente en el contexto del amor.
En 'Dulzura', Mistral evoca la imagen de la dulzura como una fuerza poderosa y transformadora del espíritu.
Invita a reflexionar sobre la importancia de cultivar la dulzura en las relaciones, como una forma de nutrir el alma y fortalecer los lazos.
'Cuando sea grande' de Álvaro Yunque
Mamá: cuando sea grande
voy a hacer una escalera
tan alta que llegue al cielo
para ir a coger estrellas.
Me llenaré los bolsillos
de estrellas y de cometas,
y bajaré a repartirlos
a los chicos de la escuela.
Para ti voy a traerte,
mamita, la luna llena,
para que alumbre la casa
sin gastar en luz eléctrica.
'Cuando sea grande' es un cuento escrito por Álvaro Yunque, seudónimo de Mario Carvajal González, escritor colombiano conocido por sus obras para jóvenes.
Este relato es parte de su libro 'Cuentos de todos los colores', una colección de cuentos que abordan temas relevantes para los más pequeños.
En 'Cuando sea grande', Yunque narra la historia de un niño que imagina todas las cosas que hará cuando sea mayor: piloto, médico, astronauta, músico.
A medida que el niño va creciendo, sus sueños van evolucionando, pero su deseo de alcanzar grandes logros y hacer cosas extraordinarias sigue siendo el mismo.
Este cuento transmite un mensaje de perseverancia y determinación y muestra cómo una madre motiva a su hijo a seguir adelante y nunca rendirse en la búsqueda de sus sueños
7. 'Amor filial' de Amado Nervo
Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.
Si duermo, ellos velan mi sueño;
si lloro, están tristes los dos;
si río, su rostro es risueño;
mi risa es para ellos el sol.
Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser bueno y feliz.
Mi padre por mi lucha y piensa,
mi madre ora siempre por mí.
Amado Nervo, reconocido por su estilo lírico, en este poema, explora el vínculo único y sagrado entre padres e hijos, así como el profundo amor que une a una familia.
A lo largo del poema, Nervo enfatiza la importancia del amor y el afecto en la crianza de los hijos, así como la responsabilidad de los padres de cuidar, proteger y educar a sus hijos con amor y dedicación.
El poema transmite un profundo sentido de gratitud y admiración hacia los padres, reconociendo el sacrificio y el compromiso que implica criar a un niño.
8. 'Hay un lugar en el mundo' de Alda Merini
Hay un lugar en el mundo donde el corazón late rápido,
donde te quedas sin aliento por la emoción que sientes,
donde el tiempo se detiene y ya no tienes edad.
Ese lugar está en tus brazos donde tu corazón no envejece,
mientras que tu mente nunca deja de soñar.
La destacada poeta italiana del siglo XX, Merini es conocida por su estilo lírico y exploración de temas como la muerte, la locura y la espiritualidad.
Este poema en particular captura la esencia de la búsqueda de un lugar propio en el mundo, tanto física como emocionalmente.
Merini describe cómo, a lo largo de la vida, se busca ese lugar donde se pueda sentir seguridad, amor y comprensión.
A veces, se encuentra este lugar en el amor de otra persona, en la belleza de la naturaleza o en la paz interior. Otras veces, no se consigue y el sentimiento de soledad, de estar perdidos en el mundo perdura.
Aunque 'Hay un lugar en el mundo' no está centrado en la figura materna, puede dedicarse en el Día de la Madre porque la mamá es a menudo considerada como el primer lugar en el mundo para un niño e, incluso, llega a ser el lugar seguro.
'Apegado a mí' de Gabriela Mistral
Velloncito de mi carne
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!
La perdiz duerme en el trébol
escuchándote latir:
no te turben mis alientos,
¡duérmete apegado a mí!
Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir
no te sueltes de mi pecho
¡duérmete apegado a mí!
Yo que todo lo he perdido
ahora tiemblo hasta al dormir.
No resbales de mi brazo:
¡duérmete apegado a mí!
Este poema forma parte de su obra 'Ternura' de 1924. 'Apegado a mí' se destaca por utilizar una prosa delicada para transmitir la belleza y la ternura de la relación entre una madre y su hijo.
Mistral describe cómo el niño se aferra a su madre, buscando consuelo y refugio en sus brazos, y cómo la madre, a su vez, lo envuelve con su amor y su cuidado.
El poema resalta la importancia de la cercanía emocional en la crianza de un niño, así como el impacto que tiene el amor materno en su desarrollo emocional y psicológico.
10. 'A mi madre' de Edgar Allan Poe
Porque creo que en los cielos, arriba,
los ángeles que uno a otro se susurran
no hallan entre sus palabras de amor
ninguna tan devota como “Madre”,
desde siempre te he dado yo ese nombre,
tú que eres más que madre para mí
y llenas mi corazón, donde la muerte
te puso, libre el alma de Virginia.
Mi propia madre, que murió muy pronto
no era más que mi madre, pero tú
eres la madre de a quien yo quería,
y así eres más querida tú que aquella,
igual que, infinitamente, a mi esposa
amaba más mi alma que a sí misma.
Edgar Allan Poe es conocido por sus cuentos de terror y poesía melancólica y oscura. Poe escribió este poema en honor a su madre, Elizabeth Arnold Poe, quien falleció cuando él tenía solo tres años de edad.
La muerte de su madre le dejó una profunda marca y tuvo un impacto duradero en su obra literaria, que a menudo explora temas como la pérdida, el duelo y la mortalidad.
'A mi madre' es un poema cargado de emoción y nostalgia, en el que Poe reflexiona sobre la ausencia de su madre y expresa su amor y admiración hacia ella.
A lo largo del poema, recuerda con cariño los momentos felices de su infancia junto a su madre y lamenta la soledad por no tenerla a su lado.
Este es un poema que resuena con aquellos que han perdido a sus madres y desean rendirles homenaje y expresar su amor y gratitud hacia ellas. Es una obra conmovedora que captura la universalidad del vínculo entre madre e hijo, trascendiendo el tiempo y la distancia.
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