Lorena Ballesteros, la lectora ecuatoriana de los 100 libros por año
¿Es posible leer 100 libros al año? Lorena Ballesteros se planteó ese reto durante la pandemia, y ahora es la gurú de los hábitos de lectura.
Lorena Ballesteros, la ecuatoriana que lee cien libros al año.
PRIMICIAS
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Hay gente que sube a las redes sociales fotos de sus platos de comida. Otros comparten imágenes de paisajes o de mascotas. Aquellos con buen pulso y filtros, arman galerías vistosas en Instagram. Lorena Ballesteros, probablemente la ecuatoriana más lectora de esta década, sube las fotos de los libros que ha devorado. Son cien por cada año.
Para Lorena Ballesteros, leer esa cantidad de libros de literatura es un reto, no de TikTok, sino de vida. Por eso puede pensarse que a todos nos falta vida para leer tanto, por más voluntad que se le ponga. Esa cantidad de texto implica leer 8,3 libros por mes. O, prácticamente, dos libros por semana.
Pero se puede. Lorena Ballesteros, nacida en Quito en 1981, ha ideado una estrategia para disfrutar de novelas, cuentos y ensayos, y no por eso descuidar las demás actividades cotidianas. Ella es madre, esposa, periodista y comunicadora 'freelancer'.
Todo comenzó en la pandemia, a finales 2020, cuando perdió sus trabajos, se quedó encerrada y con mucho tiempo libre. Como todos. Entonces, Lorena Ballesteros, que siempre fue de aquellas personas con un libro bajo el brazo, aumentó el ritmo de su lectura. Tenía un librero con obras pendientes.
Y eso llevó a querer más libros, porque el confinamiento se alargó. Lorena Ballesteros también lee en inglés, así que aprovechó la tendencia pandémica en la que mucha gente ofertaba cosas, incluyendo lotes de libros, y así aumentó su 'stock' de textos en ese idioma.
También aumentaron sus posteos en su cuenta de Instragram. Ahí, puntualmente escribía una reseña sobre el libro que había leído. Y sucedió que sus contactos comenzaron a interactuar con ella. Le hacían más preguntas sobre esos libros. Le pedían recomendaciones.
Su cuenta personal comenzó a desbordarse, así que Lorena Ballesteros creó Booksbylolita, solo para literatura. Eligió 'Lolita' porque ese era su apodo de niña y encontró que era una forma divertida para reflejar a la Lorena lectora.
Porque una persona es, en realidad, muchas personas, como madre se actúa diferente que como estudiante o periodista. Y 'Lolita' le parecía perfecto para evocar su parte lectora, abierta, sensible, que no discrimina y que se conecta con otras realidades. Esas cualidades procura reflejarlas en sus reseñas de libros.
Plantearse el reto lector de los cien libros al año vino en 2021. El país ya se estaba reactivando y Lorena Ballesteros, que retomó sus obligaciones laborales, se propuso no fallar a sus seguidores.
Autocomprometida con Booksbylolita, aprovechó todos los resquicios de tiempo para leer y mantener al día su contenido. Al que madruga Dios le ayuda, dice el refrán, y ella se acostumbró a leer en ese momento del día en que el frío y el silencio son la antesala al amanecer.
Y ocurrió que abrió un perfil en Goodreads, la comunidad de lectores de Amazon. Ahí existe la opción de que el usuario se plantee algunos retos lectores. Lorena Ballesteros se propuso leer 50 libros al año. Pero en mayo iba por el 54, así que extendió la meta a 100 libros, un número "más interesante". Desde entonces, cada 31 de diciembre quema el Año Viejo con la satisfacción de la prueba superada.
Pero no leyó 100. ¡Leyó más! En 2021 alcanzó los 106 libros. El año siguiente llegó a 127. Y el 2023 reseñó 102. La mitad en físico, la mitad en digital. Aunque ella prefiere el papel, porque le da valor a la portada y porque puede anotar, algo valioso cuando se entrevista con un autor. Sí, la versión digital permite resaltar frases, pero ella se hace bolas con el 'kindle'.
Lorena Ballesteros no le da tanta importancia al número, sino a las posibilidades que el reto ofrece. Vino un club de lectura virtual, llamado Cuatro Esquinas, que actualmente reúne a lectoras para cumplir un reto mensual: un libro de romance, una novela sobre Londres, un autor ecuatoriano menor de 40 años o lo que la comunidad se plantee.
En 2022, estudió una Maestría en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana, cuyo cartón está recién llegado. Lo hizo para darle más seriedad académica a su proyecto y también porque descubrió que las personas necesitan que se les explique sobre un libro, y recibir una recomendación basada en algo sólido, no solo en un difuso "me gustó".
Si los algoritmos son los que recomiendan los contenidos a los usuarios, Lorena Ballesteros recomienda libros según la personalidad de cada lector. No es lo mismo recomendar a conocidos que a extraños, y a estos últimos les formula algunas preguntas antes de emitir su receta. "Le recomiendo esta novela, pero consúmala despacio" o "toma este libro, no lo sueltes y dedícate tres días a disfrutarlo".
Esto ha convertido a Lorena Ballesteros en una gurú de los libros. Ya es habitual verla presentando libros y, en ocasiones, entrevistando a autores de Ecuador y otros países. En enero, entrevistó a Julia Navarro en Cartagena. Y es asesora literaria de una cadena de librerías del país.
Sus métodos para leer 100 libros al año los comparte en un taller online de hábitos de lectura, que va por su tercera edición. Al contrario de la leyenda negra que afirma que se lee poco (el promedio nacional en 2022 fue de un libro completo y dos a medias), Lorena Ballesteros siente que existe mucho interés por la lectura.
Hay personas que buscan alimentar el alma. Otras, desean leer sobre un tema específico, el 'Boom' Latinoamericano, por ejemplo, y necesitan una guía. Y hay quienes desean incentivar la lectura en sus hijos, voraces consumidores de pantallas azules.
Por supuesto, hay estrategias y decisiones para leer o, mejor dicho, para adquirir el hábito de la lectura. El hombre es animal de costumbres, y Lorena Ballesteros ha forjado las suyas con el mismo amoroso cuidado de un encuadernador de novelas de tapa dura.
Apenas se despierta, alrededor de las cinco de la mañana, extiende la mano y toma el libro que aguardaba en el velador. No revisa el celular. Lee.
Luego de unas páginas, se levanta. Va por un té de jengibre, limón y miel. Se acomoda en el sillón de la sala de estar, donde una cobija está lista. Se sienta. Abre el libro. Y continúa leyendo.
Compartir: