Miyazaki lo vuelve a hacer: 'El niño y la garza' es una obra de arte que todos deben ver
Este jueves se estrenó en Ecuador la película 'El niño y la garza' (The boy and the heron), del director japonés Hayao Miyazaki.
Parte de uno de los posters oficiales de la película 'El niño y la garza' de Hayao Miyazaki.
Poster
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Sin spoilers. Este fin de semana se estrenan en Ecuador varias de las películas nominadas en los premios Oscar, entre ellas 'El niño y la garza' (The boy and the heron), del director japonés Hayao Miyazaki.
Debo decir que amo las obras de Miyazaki y fui al cine con entusiasmo, dispuesta a salir por completo de la realidad y sumergirme en el mundo mágico de uno de los fundadores de Studio Ghibli.
Después de ver 'Mi vecino Totoro', 'El viaje de Chihiro', 'La princesa Mononoke', 'El castillo ambulante de Howl', 'Ponyo', 'Porco Rosso', entre otras, las expectativas son muy altas.
Esta película animada, ganadora de un Globo de Oro a la Mejor Película Animada y varios otros reconocimientos, cuenta la historia de Mahito Maki, de 12 años, quien en el año 1943, durante la Guerra del Pacífico, pierde a su madre en un incendio.
Años después su padre se casa con la hermana menor de su madre, se mudan al campo y descubre ser parte de un linaje con una misión muy grande.
En esta aventura, una garza muy particular lo acompañará y vivirá también una transformación importante.
Una pausa necesaria
La industria comercial está repleta de películas que repiten los colores intensos, el ritmo acelerado en que ocurren los hechos, uno tras otro y tras otro. Además de los efectos especiales.
'El niño y la garza' es una pausa necesaria para contemplar los detalles de cada escena, que aparece ante ti como un cuadro de acuarela que se funde con otro mientras avanza la historia.
Colores suaves, matices intensos, ojos grandes llenos de emociones, misticismo japonés, magia, mezcla entre el mundo de los vivos y los muertos.
Miyazaki recure a su esencia: un personaje valiente que tiene un propósito claro, mujeres fuertes que lo ayudan (un recurso que el director japonés viene implementando en sus obras desde hace décadas) y personajes secundarios que aportan sobremanera.
Es, tal vez, su película más metafórica. La historia podría ser difícil de comprender, pues no solo hay un cambio de mundos, sino que también algunos personajes saltan en el tiempo.
¡Pero basta de facilismos! Ir al cine también puede ser ir a un museo inmersivo que narra una historias que llevan a la reflexión y que resultan en diversas interpretaciones.
Además, los fanáticos de Studio Ghibli podemos jugar a reconocer personajes o referencias al universo mágico creado por Miyazaki a lo largo de los años
Y por favor, quédense en la sala del cine a escuchar la canción final.
La historia detrás
De acuerdo a declaraciones del productor de 'El niño y la garza', Toshio Suzuki, Miyazaki aceptó hacer una nueva película con la condición de poder contar una historia sobre él y su vida.
Entonces, ha explicado que Miyazaki se representa en Mahito (el niño); Suzuki es la garza; e Isao Takahata (cofundador del Studio Ghibli ya fallecido) está representado por el tío abuelo de Mahito.
La razón para ello, ha explicado Suzuki en entrevistas, es que Takahata descubrió el talento de Miyazaki, mientras el productor y director se empujan a ser mejores.
Además, Suzuki menciona que Miyazaki les dijo que hizo la película para que su nieto lo recuerde cuando él ya muera.
La película está inspirada en la novela '¿Cómo vives?', de 1937, escrita por Yoshino Genzaburō, el libro favorito de la infancia de Miyazaki. Sin embargo, la película guarda muy poca relación con el texto.
La polémica de Geraldine Fernández
Por este lado del mundo se volvió viral la noticia de una colombiana que dijo haber trabajado en la producción de 'El niño y la garza' y resultó ser mentira.
Hablamos de Geraldine Fernández, quien mintió en su 'Hoja de Vida' para obtener un trabajo, lo consiguió y luego todo se descontroló. Decenas de medios la entrevistaron y ella continuó con la mentira hasta que, como era de esperarse, la descubrieron y enfrentó el repudio virtual global.
Queda la lección para los medios. Revisar los créditos (aunque en el cine aparecen en japonés y no tienen traducción). Ya existen las herramientas tecnológicas para que esto no sea una excusa.
Quienes sí trabajaron verdaderamente en esta obra de arte, comenzaron en julio del 2016, les tomó aproximadamente siete años producir la película y se dice que es la más cara que se ha hecho en Japón hasta el momento.
¡Corran a verla!
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