Nicolas Cage se convierte en un Rambo jubilado en el Caribe
En Ecuador se estrena 'Plan de retiro', la nueva película de Nicolas Cage, con la participación de Ron Pearlman y Jackie Earle Haley.
El actor Nicolas Cage, en una escena de 'Plan de retiro'.
Productivity Media
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Nicolas Cage, el actor de las mil películas y los mil papeles, actualmente disfruta de un renacimiento, aunque la calidad de las películas en las que participa desde 2018 suele ser irregular. Ahora está de estreno en Ecuador 'Plan de retiro', una de esas películas que pueden calzar en el rubro de 'buenas' y 'entretenidas', aunque sin llegar a la excelencia.
En esta ocasión, el buen Nicolas Cage, con 60 años, debe interpretar un jubilado de más de 70 que disfruta de su apacible retiro en las Islas Caimán. Sí, el Caribe y todo lo maravilloso que implica vivir en ese paraíso fiscal, aunque en su caso sea una vida modesta.
Todo se complica cuando recibe la visita de su nieta de 12 años, quien huye de peligrosos narcotraficantes afincados en Miami. Entonces, muy a su pesar, el jubilado debe olvidarse de su plan de retiro y convertirse de nuevo en una máquina de matar. O, como en la misma película lo llaman, el maestro de Rambo.
Divertida, digerible y llena de clichés, 'Plan de retiro' es una película ideal para los espectadores que busquen en los cines algo ligero, entretenido y sin mayores pretensiones. Cage, un actor versátil que incluso ganó el Óscar, no tiene problemas en representar este papel, lejos de su maravillosa 'Leaving Las Vegas' de 1995, pero con opciones para desarrollar su vis cómica.
El elenco ayuda a que la película fluya. Ahí está Ron Pearlman, que con sus 73 años interpreta a un asesino que lee a Shakespeare y Charles Dickens -la referencia a 'Otello' es muy sugestiva-. Y está Jackie Earle Haley (el Rorschach de 'Watchmen') en un papel de mafioso muy ocurrente, por sus ropas y sus exabruptos.
Al final todo el conflicto se resuelve de forma demasiado veloz y queda la sensación de que faltó un poco más de desarrollo. Pero quizás la decisión del director Tim Brow era adecuada y fue mejor parar en ese punto para permitir que el espectador arme en su cabeza qué pudo ocurrir con la familia del jubilado y qué pasará con los políticos, los 'buenos' de este relato y que, como en la vida real, son los que terminan ganando.
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