Seis momentos en los que Pixar cambió el cine, antes del entreno de Intensamente 2
Pixar cambió el cine. Aquí seis momentos y películas que marcaron la historia de Hollywood, justo antes del estreno de Intensamente 2.
La película Intensamente 2 se estrena este 13 de junio en Ecuador.
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Por: Eneko Ruiz Jiménez
Pixar empezó su historia ante muchas cejas levantadas y desconfianza en cada mesa de dibujo.
Su fundador, John Lasseter, era un viejo conocido de la oficina Disney, pero quería ir un paso más allá. Veía la animación digital como el futuro.
El salto hacia ese mundo, sin embargo, sonaba alienígena a los dibujantes, pero hoy ya forma parte del día a día de cualquier animador. Ese proceso se intenta explicar la exposición La ciencia de Pixar, en CaixaForum de Madrid (hasta el 8 de septiembre de este año).
El visitante descubrirá que cualquier decisión, todo pixel, cuenta. Tanto es así que, cuenta la exposición, en Pixar animaron individualmente 202 dientes al Bruce de Buscando a Nemo o que para Ratatouille crearon 270 alimentos por ordenador.
La influencia de Pixar fue tan grande que eso, tan trabajoso y caro, se convirtió en lo habitual en cualquier empresa de animación. Antes del estreno de Intensamente 2, esto es solo un ejemplo de cómo revolucionó Hollywood.
Toy Story y el trono del digital
Con 28 películas a sus espaldas, parece fácil dar por hecho que un filme hecho completamente por animación digital iba a triunfar.
En las Navidades de 1995 nadie preveía que lo hiciera de esta manera. Y menos si llegaba de un estudio desconocido erigido en las entrañas de la empresa de efectos especiales de George Lucas.
Disney, que la distribuía, de hecho, había retrasado varias veces el proyecto, y se negaba a aceptar que el futuro sería por ordenador (los pases de prueba fueron desastrosos).
Algo que se convirtió en innegable cuando se atestiguó la acogida de Toy Story. Se publicaba que se había rodado con 300 procesadores y 800.000 horas de computación.
Después de las aventuras de Woody y Buzz, la creación virtual de personajes iba a dejar de ser un recurso utilizado puntualmente, o en cortos más baratos, y convertirse en la principal técnica para hacer largometrajes de las próximas tres décadas.
Superó cualquier tipo de expectativas. Tanto que, hasta ahora (aunque actualmente parece que hay un salto en sentido contrario), la animación en dos dimensiones casi ha desaparecido de las grandes producciones animadas de Hollywood.
Toy Story 2 y las secuelas
Durante los noventa y principios de los 2000, Disney estrenó secuelas de Aladdín, La sirenita, Bella y Bestia y El rey león, entre otras. Siempre directas a video y sin el nivel de animación requerido para una superproducción.
Los grandes directores nunca hicieron secuelas. Toy Story 2 lo cambió todo, para bien y para mal, porque no solo se estrenó en salas, sino que algunos críticos incluso consideraron que era mejor que la original.
El alma seguía ahí, había un motivo para hacerla y, cinematográficamente, capturó uno de los mejores instantes de la animación: la reconstrucción de Woody.
Sería la primera secuela de muchas (no todas buenas). Con ella, la empresa de la lámpara saltarina se convirtió también en un icono propio que superaba sus películas.
La mejor muestra no solo es el merchandising, sino las decenas de exposiciones que atraen a niños y padres sedientos por saber cada detalle de su magia.
Esta película, además, tiene el récord de animación creada en una semana de producción: cinco minutos y 42 segundos. Por si había dudas, es un trabajo arduo y lento.
La regresión nostálgica de Ratatouille
Cada pelo de las ratas de Rataouille lleva un enorme trabajo de modelado. Ese trabajo hizo evolucionar cómo se construye cualquier personaje realista.
Pero la octava película de Pixar destacaba por un momento decisivo que hizo plantearse si estas obras eran para niños.
Hacia su final, el crítico gastronómico Anton Ego vivía una regresión a su infancia que le llevaba a sentir todo lo que significaba el manjar que le había confeccionado Remy.
Un flashback construido en cada zoom y movimiento de cámara, entre sombras, colores y texturas cambiantes. Una proeza técnica y sentimental que hacía entender en una corta secuencia al villano de la película. Porque los malos son algo que el estudio nunca estuvo muy interesado.
Los siete minutos más tristes de Up
Pete Docter es el actual presidente de Pixar, después de que John Lasseter saliera de la empresa acusado por el movimiento de Me Too de sobrepasarse con sus empleadas.
Su labor al frente de la compañía ha sido muy criticada, pero hay algo intachable en su trayectoria como director: uno de los comienzos más tristes de la historia del cine, la secuencia de unos siete minutos que narra la vida, el matrimonio y el luto del Carl de Up.
Solo con música y animación. Un cortometraje que es una emocional proeza.
Los increíbles superhéroes
Aunque parezca extraño, puede decirse que Pixar fue una de las compañías que puso a los superhéroes en el mapa cinematográfico.
Lo hizo en 2004 Brad Bird, otro de los alumnos graduados en la universidad donde estudió Lasseter, en la que para muchos sigue siendo una de las obras claves del subgénero.
Los increíbles bebía mucho de Marvel antes de que la compañía lo inundara todo. Al fin y al cabo, esta familia no se diferenciaba demasiado de la de Los cuatro fantásticos.
Bird, tras no poder triunfar en el cine de acción real con experimentos como Tomorrowland, ha vuelto a la animación junto a su amigo Lasseter en Skydance. Porque Pixar ha dado también a grandes cineastas.
El salto a Disney+
Ha sido una de las decisiones que más ha transformado Pixar, una de las más controvertidas y a la que algunos achacan al fin de la compañía tal y como la conocíamos.
En plena pandemia, y con las salas cerradas, Disney pensó que lo mejor para las películas de Pixar era mandarlas al streaming.
Hablar en retrospectiva es más sencillo que entonces, pero pronto se vio que, Luca, Red y Soul no solo iban a perder el dinero en taquilla, sino que estrenar directo en casa iba a hacer que esas obras fueran vistas como filmes menores, pese a haber explotado la originalidad de sus propuestas mucho más que otros proyectos recientes.
La realidad hoy es que Pixar acaba de despedir a 175 trabajadores de su estudio, el 14%, que Lightyear y Elemental no funcionaron como debían, y que el futuro depara nuevas secuelas.
No es su mejor momento, y la decisión de no esperar a las salas fue el desencadenante. En todo caso, Pixar también tiene derecho a sufrir altibajos, como los ha tenido a lo largo de su historia Disney.
En 2025, hará 30 años que estrenó su primer largometraje, y los hitos siguen siendo mayores que los fracasos. Citando a la gran filosofía del fondo del mar: hay que seguir nadando.
Artículo publicado el 2 de junio de 2024 en El País, de PRISA MEDIA. Lea el contenido completo aquí. PRIMICIAS reproduce este contenido con autorización de PRISA MEDIA.
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