'Bad Boys: Hasta la muerte' limpia todos los pecados de Will Smith
La cuarta película de la saga 'Bad Boys' es la primera aparición de Will Smith desde la bofetada del premio Óscar.
Will Smith y Martin Lawrence, en una escena de 'Bad Boys: Hasta la muerte'.
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El actor Will Smith regresa al cine después de su tristemente célebre bofetada a su colega Chris Rock en plena ceremonia del premio Óscar de 2022. Y vuelve a lo grande en 'Bad Boys: Hasta la muerte', la cuarta película de una saga que ha durado nada menos que 30 años.
Es natural que Will Smith busque redención aquí, porque los Chichos Malos le permiten desarrollar todo su carisma, contar chistes y, como si fuera catártico, disparar como si realmente su vida dependiera de ello. ¡Cómo mata, Dios nos ampare!
Peo no solo eso. 'Bad Boys: Hasta la muerte' satisface a los seguidores de la saga porque mantiene todos los ingredientes que se han visto desde el primer filme (1995). Nuevamente, estamos ante una comedia de amigos, en este caso dos detectives de narcóticos de Miami, de personalidades opuestas, pero que se complementan a la perfección, como el queso crema con el salmón.
Ahora deben huir de las autoridades y limpiar el buen nombre del difunto capitán Howard.
El motor vuelve a ser la química que Will Smith desarrolla con Martin Lawrence, que recuerda muchísimo a la que disfrutamos entre Mel Gibson y Danny Glover en las películas de 'Arma mortal'. Se aman y se recriminan con tanta naturalidad y camaradería, que es imposible preguntarse si realmente Will Smith fue capaz de golpear a Chris Rock en la vida real.
'Bad Boys: Hasta la muerte', también conocida como 'Bad Boys: Ride or Die', es comedia y se permite algunos excesos (el diálogo en el cabaret no puede ser más desconcertante), pero también es acción dura. Algunas escenas son alucinantes y las tomas imitan a los videojuegos de disparos. También es la más violenta de la saga.
Pero la película realmente funciona porque, aunque la química del dúo protagónico es el alma del relato, los personajes secundarios también ayudan a que la función se vuelva mucho más entretenida. Hay historias entrelazadas y emociones particulares que afloran, y personajes antiguos que tienen su momento para brillar. Por ejemplo, el yerno de Martin Lawrence (o sea, de Mick), se luce al defender su casa.
Además, hay detalles de producción que comprueban la seriedad de sostener el espíritu de la función. Porches velocísimos, cocodrilos albinos, pistas escondidas a la vista, la pegajosa canción de Inner Circle ("Bad boys, bad boys, whatcha gonna do, whatcha gonna do when they come for you") y un traidor en las sombras logran que nos entren unas ganas enormes de perdonar todos los pecados de Will Smith.
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