Crimen organizado acorrala a Yaguachi por estar en la ruta de la droga
Yaguachi es un cantón ubicado en el centro de Guayas, es decir, con una posición estratégica para el crimen organizado puesto que sus vías conectan al sur y a los puertos.
Imagen del cantón San Jacinto de Yaguachi, que está ubicado a una hora de Guayaquil. Yaguachi, 21 de octubre de 2022.
Carolina Mella
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Las actividades diarias y el comercio intentan fluir con normalidad en el cantón Yaguachi, en Guayas, pero sus habitantes lo hacen con temor y en silencio.
“Esta violencia se incrementó desde hace dos años, sabemos lo que pasa, pero es peligroso hablar”, dice María (nombre protegido), quien tiene un pequeño negocio en el cantón.
Un tema de preocupación en las calles es el secuestro de cuatro personas el pasado 20 de octubre. Los ciudadanos especulan dónde pueden estar y quiénes serían los captores.
Y en general a los habitantes de Yaguachi ya no les asombran los secuestros, ni los helicópteros patrullando el cantón. Y dicen que tampoco confían en que el Estado logre cambiar la situación.
"A veces vienen los militares, cuando las cosas se ponen peor. Están un rato y después vuelven a desaparecer, no hay un plan permanente", añade José, otra persona que pide ocultar su identidad.
San Jacinto de Yaguachi está a una hora de distancia de Guayaquil y tiene cerca de 78.000 habitantes. La Policía divide al cantón en cinco circuitos donde se han cometido 32 crímenes violentos hasta el 20 de octubre.
Eso significa 11 asesinatos más que en el mismo periodo del año pasado, según datos de la Policía.
El 75% de los asesinatos está relacionados con la violencia criminal, el resto ocurrió por riñas interpersonales.
La crueldad de los asesinatos
A la población y a las autoridades no solo les preocupa la elevada cifra, sino también la violencia de los crímenes, dice una fuente de la Policía a PRIMICIAS.
Por ejemplo, la noche del 9 de octubre, seis miembros de una misma familia fueron masacrados en su casa.
Los delincuentes buscaban a un sujeto que había participado en un intento de sicariato unas horas antes. Pero este hombre no cumplió con el objetivo, solo los hirió y la banda tomó venganza.
Como no encontraron al sicario mataron a su familia, con más de 50 balas.
Días antes, el 2 octubre de 2022, una balacera dejó dos fallecidos, cuatro heridos y vehículos incinerados en la vía principal. Todo sucedió cerca del puente sobre el río Yaguachi sin importar el lugar y la hora.
Se encontraron cerca de 100 evidencia balísticas, y la crueldad con la que se cometen los crímenes no tiene precedentes, dicen autoridades.
¿Qué ocurre en Yaguachi?
La zona de mayor conflicto es la parroquia rural Virgen de Fátima, cercana al kilómetro 26, un sector conocido por sus locales de venta de comida, frutas y verduras.
Solo ahí han ocurrido 10 de los 32 asesinatos del cantón.
Yaguachi, cuya población se ha dedicado a la agricultura y el comercio, está ubicada geográficamente en el centro de las vías que unen a la Sierra y la Costa.
Las carreteras que cruzan por Yaguachi van hacia Cuenca, Puerto Inca, Milagro, Guayaquil, Naranjal y Machala.
Por ello, junto a El Triunfo, La Troncal y Naranjal, el cantón es parte del triángulo del crimen organizado, es decir, un sector por donde transita la droga desde la frontera norte hacia los puertos.
La disputa por el control del territorio ocurre entre los bandos de los ChoneKillers bajo el mando de 'La Diabla', como se conoce a Joselyn de la Torre.
Y del otro lado está el grupo delictivo de los ‘Águilas’, una fracción de los Choneros. El encargado de la logística es Darwin Campuzano, alias ‘Mole’, que cuenta también con los refuerzos de los Águilas que hacen base en El Triunfo, ciudad natal de Junior Roldán, alias ‘JR’.
Estas organizaciones delictivas se dedican al microtráfico, extorsiones, asaltos de carretera y las traiciones entre miembros de las bandas.
"Algunos de ellos son personas que los hemos visto crecer desde niño en el cantón, por lo que es muy duro ver lo que están haciendo al pueblo", dice José (nombre protegido).
La comunidad permanece en alerta por las balaceras y se encierra en las casas, las cuales ya están cercadas con rejas de metal. Atrás ha quedado la tranquilidad de un pueblo dedicado al comercio y la agricultura de arroz, maíz, cacao y frutas.
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