La violencia atada al narcotráfico se expande por Latinoamérica

"Estamos en el peor momento de la crisis de violencia en el país", reconoce Juan Zapata, ministro del Interior, sobre lo que ocurre en Ecuador.

La declaración -durante una entrevista con Teleamazonas, el viernes 14 de abril de 2023- sintetiza la que ha sido una de las peores semanas en términos de violencia e inseguridad en Ecuador.

Desde el 10 de abril de 2023, Ecuador ha vivido momentos trágicos. En una semana, hubo una masacre en el Puerto Pesquero de Esmeraldas, que dejó a nueve pescadores asesinados. Y, en la misma provincia, la cabeza de un empresario local fue hallada en su vehículo.

Tres guías penitenciarías fueron asesinadas en los exteriores de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil. En la misma prisión, el 13 de abril, seis internos amanecieron colgados en uno de los pabellones.

Y el viernes 14, en cambio, una balacera obligó a evacuar a todos los civiles que laboran en esa cárcel. Hasta el cierre de este artículo no se confirmó el número de víctimas por este nuevo motín.

Muertes violentas crecen

En Ecuador, las cifras de muertes violentas se ha disparado desde 2020. En 2022, la tasa de muertes por cada 100.000 habitantes cerró en 25. Y para 2023, según las proyecciones hasta finales de marzo, el número se acerca a los 34 casos.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra el Delito y el Crimen Organizado (Unodc), esta tasa es el mejor indicador para medir los niveles de violencia e inseguridad en un país o localidad.

En 2022, Ecuador fue el segundo país con mayor incremento en la tasa. La cifra subió 89% en relación con 2021, cuando la tasa de asesinatos por cada 100.000 habitantes fue de 13,7.

Pero este no es un fenómeno aislado. En Latinoamérica, según datos recopilados por InsightCrime, 15 países tuvieron incrementos en las tasas de muertes, entre 2021 y 2022. Y solo en 10 hubo reducciones.

Estos son los cinco países con mayores incrementos y los cinco con mejores reducciones:

Un inicio caótico en 2023

Si bien los datos de cierre de 2022, con relación a las muertes, ya evidenciaban un incremento de la violencia en la región, el inicio de 2023 no es alentador.

No solo Ecuador, con un incremento del 66% en el primer trimestre, ha visto empeorada la crisis de seguridad.

Según un reciente reporte de la Agencia EFE, "la mayoría de los países latinoamericanos se enfrentan a una crisis en materia de seguridad que se ha visto agravada en los últimos meses".

Y la tesis que se maneja en Ecuador se replica en el resto de países de la región: el narcotráfico es el mayor causante de la violencia y de las muertes. Esto porque el Covid-19 cambió el panorama del mercado de la droga y los grupos criminales están reacomodándose.

Uno de los casos que más llama la atención es el de Costa Rica, que era uno de los países con menores de tasas de violencia. Incluso, desde 1948, ese país ha funcionado sin Fuerzas Armadas. Pero ahora ese detalle genera aún más preocupación por la crisis de seguridad.

En 2022, se registraron 656 homicidios, un 11% más que en 2021, alcanzando la cifra récord, por encima de los 603 registrados en 2017. Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), seis de cada 10 homicidios estuvieron relacionados con el "ajuste de cuentas" por narcotráfico.

Algo similar ocurre en Chile, otro país con historia de baja violencia y criminalidad. Pero en las últimas tres semanas, los chilenos han enterrado a tres carabineros (policías), que fueron asesinados por el crimen organizado. Eso se suma al incremento de los homicidios en casi 30% en 2022.

También, al igual que en Ecuador y Costa Rica, detrás de estas cifras está el narcotráfico.

Por otro lado, según el reporte de EFE, en países como Brasil, Panamá, Puerto Rico, El Salvador, Argentina y Venezuela que registraron un descenso de homicidios durante 2022, la criminalidad sigue siendo un dolor de cabeza para las autoridades.

En Venezuela, por ejemplo, delitos como la extorsión, la trata de personas, los feminicidios y los abusos sexuales están cobrando mayor virulencia.

Mientras que Panamá se han registrado casos nunca antes vistos como el desmembramiento de víctimas o el ataque de sicarios dentro de una escuela, que le costó la vida a un joven de 15 años en la región de Colón, en octubre pasado.