Cárcel de Latacunga será un 'búnker' amurallado y con puertas blindadas
Fausto Cobo, director de la Snai, señaló que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y la Espe participarán en la reconstrucción de la cárcel de Latacunga.
La comandante de la Policía, Tannya Varela, recorrió la cárcel de Latacunga para verificar los daños provocados en el motín del 21 de julio de 2021.
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El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) quiere construir un búnker en la cárcel de Latacunga, en la zona que fue destruida durante el motín del pasado 21 de julio, y que dejó 22 muertos y medio centenar de heridos.
La idea, expresada por Fausto Cobo, director del SNAI, y ratificada por sus colaboradores, es hacer un centro de operaciones con paredes de concreto y puertas blindadas, en lugar de las mallas y accesos simples que tenía hasta ahora.
"Eso sobre todo en el filtro 3, para que existan mínimas garantías de seguridad, de que no vuelva a suceder, que no salgan de ese límite los privados de libertad en algún otro amotinamiento", señaló Cobo.
El encargado de la obra será el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, mientras que la Universidad de las Fuerzas Armadas se enfocará en el aspecto tecnológico, que también fue destruido.
"Son empresas públicas, para que no haya sospechas de nada", sostuvo.
Las dos instituciones trabajan desde el lunes 26 de julio en la evaluación de la obra y se espera que tengan un presupuesto hasta finales de la semana.
La obra se financiará con los fondos públicos que se deben entregar de manera expedita, según el decreto gubernamental que puso en emergencia al sistema carcelario de Ecuador.
El gobierno del expresidente Rafael Correa invirtió USD 200 millones en la construcción de centros regionales de rehabilitación en Cuenca, Guayaquil y Latacunga.
Solo esta última tuvo un costo de USD 23,7 millones y tiene una capacidad total de 2.400 presos.
Instalaciones de Latacunga, destrozadas
Las primeras evaluaciones al Centro de Detención Regional de Latacunga señalan que el lugar quedó seriamente afectado tras el motín del 21 de julio. Cobo calificó al lugar como un "campo de batalla".
"La destrucción es dramática", añadió.
Según versiones de los policías, los privados de la libertad afectaron las áreas de visita, las oficinas administrativas de los pabellones y las garitas.
La destrucción obedecía a la necesidad de los detenidos por conseguir armas cortopunzantes de los vidrios rotos, de los marcos de las puertas, de las rejas y hasta de los muebles.
Con este armamento atacaron a los guías penitenciarios, se enfrentaron a los policías que acudieron a la primera llamada de auxilio y recibieron a las unidades de élite de la policía nacional que llegaron al lugar.
"Está destruida la infraestructura administrativa, los filtros, la tecnología, está prácticamente en cero en tecnología", puntualizó Cobo.
El atentado reveló la falta de seguridades en la cárcel, ya que las puertas no eran seguras ni los vidrios blindados para proteger al personal carcelario.
En la propuesta de construcción de esta cárcel, elaborada en 2014 por el desaparecido Ministerio de Justicia, no se contemplaba que los inmuebles del área administrativa sean anti-vandálicos.
Por su parte Oswaldo Coronel, gobernador de Cotopaxi, calificó de "muy delicada" a la situación.
"Hay una gran destrucción en el centro carcelario porque se utilizaron explosivos y armas de grueso calibre", detalló.
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