Oficiales y tropa se someterán a la prueba del polígrafo en la Marina
En entrevista con PRIMICIAS, el comandante de la Marina, John Merlo, revela que para investigar delitos de sus uniformados empezó la creación unidades de Contrainteligencia y Asuntos Internos.
John Merlo, comandante de la Marina. Quito, 31 de enero de 2023
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La Marina soporta una fuerte tormenta, en el contexto de la participación de uniformados, en servicio activo y pasivo, en diferentes delitos, como narcotráfico, tráfico de armas y municiones desde 2022.
El vicealmirante John Merlo, comandante de la Armada, capea el temporal y asegura que investigan la relación de algunos marinos con un grupo delictivo.
Sancionar al personal no es una tarea fácil: 10 marinos enjuiciados y separados por delitos y faltas graves han sido reincorporados por orden de los jueces.
Merlo asegura que, frente al riesgo de que los marinos sean contaminados por acciones criminales, llevan adelante la creación del departamento de contrainteligencia y de Asuntos Internos.
Esto como parte de una directiva desde el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa.
Para reforzar los controles internos se aplicarán pruebas del polígrafo de manera regular a quienes estén en tareas de control y manejo de información sensible.
Merlo comenta que en todos los casos identificados con información de Inteligencia de la fuerza Naval, en cooperación con la Policía, han sido separados y enjuiciados más de 20 militares y otros tantos sancionados disciplinariamente.
Con base en informes de Inteligencia, PRIMICIAS reveló que 43 marinos, entre activos y pasivos, han sido identificados por su supuesta participación en casos de narcotráfico, tráfico de armas y municiones. Y la presunta relación de unos 12 uniformados, la mayoría infantes de Marina, con Los Chone Killers. ¿Tenía conocimiento de ese caso?
No, la agencia de Inteligencia que trabaja con la Armada, ante la sospecha, empezó a hacer el relacionamiento de las personas que estarían en esta condición y hoy son investigadas. Pero, no hemos tenido información de que esos uniformados estén involucrados o sean parte de esa banda.
¿Entonces no han recibido información concreta sobre ese caso?
No.
¿Se necesita mejorar la coordinación entre los sistemas de inteligencia para cruzar y complementar la información? Los datos de la relación de algunos marinos con Los Chone Killers son de Inteligencia de Fuerzas Armadas.
Por esa razón, el Ministerio de Defensa ha pedido la creación de grupos de contrainteligencia en cada una de las fuerzas. Vamos a crear el departamento de contrainteligencia y relacionarlo con lo que en la Policía se conoce como Asuntos Internos.
¿En qué etapa está ese proceso?
Estamos en formación. Primero viene la fase administrativa que ya está organizada, tenemos que cambiar eso dentro de la organización institucional. Ese cambio debe ser reportado al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas para que lo apruebe y empiece a operar.
¿Cómo se articularán las unidades de contrainteligencia?
Dentro de Dirección de Inteligencia de la Armada estamos buscando la creación de este departamento de contrainteligencia.
¿Y de qué se encargará concretamente?
De ubicar a los elementos que cometan delitos y se les hará seguimientos para identificar cómo están operando.
Dentro del grupo de Inteligencia de Fuerzas Armadas existen agencias de inteligencia naval que tienen personal que se dedicará no solo a la búsqueda de información para la parte operativa, sino a investigaciones internas. Estamos creando esa unidad dentro de la Dirección de Inteligencia.
¿Aplicarán pruebas de confianza con polígrafo?
Sí, todo el personal de clases y oficiales que esté en operaciones de control de narcotráfico y otros delitos en el mar o en los puertos y capitanías deberá pasar por pruebas de confianza, del polígrafo.
¿Qué está haciendo la Marina en los casos de los uniformados que han sido identificados por estar involucrados en diferentes delitos?
A raíz del sonado caso de Galápagos, tras la captura de 500 kilos de cocaína en 2022, con información de Inteligencia Naval se determinó que existía droga que había quedado oculta en la lancha Darwin. Con la Policía se hizo una requisa y se encontraron cuatro kilos de cocaína.
Presentamos la denuncia en la Fiscalía, luego se revisó el mal procedimiento en el traslado de la droga para corregirlo e identificar a los responsables.
Nueve involucrados en este caso fueron separados de la Marina y están enjuiciados, dos tienen orden de prisión.
Nueve involucrados en este caso fueron separados de la Marina.
¿Hay dos casos más que trascendieron?
Así es. Uno que fue en un medio oficial, porque era un vehículo de la Armada en una camioneta que transportaba 18 kilos de cocaína en la ruta hacia Guayaquil desde la frontera.
Ese vehículo fue seguido con información de inteligencia de la Armada y de la Policía. Una vez capturado, el tripulante fue puesto a órdenes de la Fiscalía y fue separado de la institución.
La Inspectoría abrió procesos al oficial de guardia, y a los encargados de los vehículos. Todos fueron sancionados disciplinariamente.
El tercer caso ocurrió a inicios de 2023, cuando un cabo fue encontrado con marihuana. Fue puesto a órdenes de la Fiscalía y separado de la institución.
En total son 11 miembros que fueron desvinculados por tener relación directa con estas actividades ilícitas.
Son 11 miembros que fueron desvinculados por tener relación directa con estas actividades ilícitas.
Sobre la detención de los marinos que robaron la droga de la embarcación Darwin, uno de ellos ya había sido detenido antes por otro delito, pero un juez ordenó que lo reintegraran a la Armada.
Sí, se han dado esos casos. Han regresado aunque están enjuiciados.
¿Y cómo lidian con esos problemas?
Con de la Dirección de Talento Humano se busca no ponerlos en cargos que tengan que ver con aspectos operativos o que estén relacionados con operaciones en unidades navales en la frontera norte o sur.
¿Entonces los aíslan o encapsulan?
Sí, para evitar cualquier riesgo de filtración de información o temas sensibles que tengan que ver con operaciones navales. Están siempre bajo observación hasta que se resuelvan los procesos judiciales.
¿Cuántos marinos involucrados en delitos han regresado por orden de los jueces a la institución?
Alrededor de diez personas han sido reincorporadas pese a que cometieron delitos o por asuntos administrativos, interponiendo diferentes recursos.
¿Qué pasa con las investigaciones sobre el tráfico de armas?
Tenemos un caso en que hubo pérdida de munición de Infantería de Marina, alrededor de 600 municiones. Y tres casos por la pérdida de ocho a 12 proyectiles en dos unidades guardacostas.
Todos fueron denunciados en la Fiscalía. Yo hice la denuncia del primero, pero hasta ahora no pasa de la investigación previa, no hay un juicio formal. El personal militar responsable del control y uso de ese armamento fue sancionado por faltas graves y leves.
Yo hice la denuncia del primero, pero hasta ahora no pasa de la investigación previa.
¿Qué consecuencias hubo por el robo de 12 fusiles AK-47 en la Base de San Eduardo?
Cuando se pasó revista del armamento en el pañol, en el sitio donde estaban almacenados los fusiles, yo estaba realizando una inspección en la Infantería de Marina. Mientras regresaba a Quito me informaron sobre la pérdida de los fusiles.
Inmediatamente, se puso la denuncia en la Fiscalía y, de igual manera, con la Inspectoría se iniciaron los procesos administrativos.
Fueron separados el comandante, el encargado del pañol de artillería y personal de la tripulación en puestos de armeros.
Mientras regresaba a Quito me informaron sobre la pérdida de los fusiles.
¿Cuántos marinos fueron sancionados en este caso?
Alrededor de nueve personas. Todas están enjuiciadas por la pérdida de material bélico.
¿Qué más necesita la Marina para fortalecer el control porque parece insuficiente frente a lo que está ocurriendo con esta arremetida del crimen organizado?
La Marina tiene una situación diferente a las dos otras fuerzas. Aparte del control de la soberanía e integridad territorial, tiene la competencia de policía marítima, que realiza con unidades de superficie y guardacostas.
¿Es decir, se quedan cortos en recursos para el control frente a lo que está pasando con el crecimiento sostenido de actividades criminales en el mar?
El control en el agua requiere de exploración constante, de información de inteligencia en espacios acuáticos, de medios que nos permitan cubrir todos los espacios y tener un rápido desplazamiento a un sitio donde se esté cometiendo un ilícito.
Para eso se requiere de embarcaciones costeras, marítimas y oceánicas, porque debemos cubrir hasta Galápagos.
¿Qué problemas enfrentan en Galápagos relacionados con hechos irregulares?
Lo que estamos profundizando en Galápagos es sobre las rutas de tránsito que se dan para el narcotráfico y tienen puntos de abastecimiento y control a lo largo de aguas internacionales, continentales, como insulares.
Para esto se requiere de medios con capacidad de más de 15 días navegando; si sumamos la segunda parte de la pesca ilegal, no reglamentada, que se da en meses específicos alrededor de Galápagos, requiere controles exhaustivos en aguas jurisdiccionales y no jurisdiccionales.
¿Hay recursos previstos desde el Gobierno para apoyar en estas operaciones?
Sí, hay la decisión del Gobierno de dar apoyo en la potencialización de medios que se requieren para cubrir estas áreas.
¿Cómo está funcionado la cooperación con agencias internacionales para contar con información y coordinar operaciones?
Es constante con Colombia, Perú, México y Estados Unidos. Nos dan información sobre lo que ha ocurrido y salido de sus sectores, y luego llegan cerca de nuestras aguas territoriales.
¿Cómo ve usted el escenario para la Marina con esta amenaza creciente del narcotráfico?
Estamos trabajando como Fuerzas Armadas en el control y vigilancia de las fronteras norte y sur. Y la frontera marítima, que es nuestra parte fundamental.
La frontera norte tiene relación directa con Colombia, en cuanto al traslado de la droga hacia Ecuador; esto se da por tierra y agua, en su mayoría.
La idea es destacar la mayor cantidad de unidades y tener un perenne control de los espacios en Esmeraldas, una zona muy conflictiva.
Usted estuvo en Esmeraldas como jefe del Mando Único durante la crisis de seguridad de la frontera norte, en 2018. ¿Qué ha pasado con la dinámica criminal?
Ha aumentado la cantidad de droga que estamos capturando, de hecho hay más control, pero también es mayor la cantidad de droga que se está produciendo en Colombia y que ingresa a Ecuador por diferentes rutas.
Es mayor la cantidad de droga que se está produciendo en Colombia y que ingresa a Ecuador.
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