Así era el negocio de Nilsen Arias y sus 'guaguas' en Petroecuador
La Fiscalía investiga a tres personas que pertenecieron al círculo de confianza del exgerente de Comercio Internacional, Nilsen Arias. Fueron contratados como analistas, pero consiguieron cargos de subgerentes, con altos salarios.
Imagen referencial de un buque petrolero en el puerto de Balao.
Ministerio de Recursos No Renovables
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La Fiscalía cerrará la próxima semana la instrucción fiscal del caso Petroecuador, en el que investiga un esquema de corrupción en la asignación de los contratos de preventa del petróleo de Ecuador.
Este esquema era liderado por Nilsen Arias, el exgerente de Comercio Internacional de Petroecuador, que en los círculos petroleros era conocido como 'El Gordo'.
Hay 15 personas procesadas por el presunto delito de cohecho y, en las próximas semanas, la justicia deberá fijar fecha y hora para la audiencia preparatoria de juicio.
Entre los nombres inscritos en el proceso está el equipo que trabajaba con Arias en la Gerencia de Comercio Internacional de Petroecuador, además de los representantes de al menos cuatro empresas intermediarias o traders.
Las investigaciones de la Fiscalía nacen a raíz de al menos seis procesos judiciales en Estados Unidos. El propio Nilsen Arias está en manos de la justicia de Estados Unidos, con la que colabora tras aceptar su culpabilidad.
Según se reveló en la delación de Arias, firmada ante un juez de Nueva York en octubre de 2022, este exejecutivo de la mayor empresa del Estado ecuatoriano entregaba información confidencial y privilegiada.
La información se la pasaba Arias a las traders internacionales Gunvor, Vitol, Trafigura y Global Asphalt, para darles ventaja en sus negocios. Y no solo eso. Arias las ayudaba a cerrar contratos con Petroecuador.
Los guaguas de Nilsen
Nilsen Arias llegó a la gerencia de Comercio Internacional de Petroecuador en 2010. Desde entonces, empezó a armar un equipo de trabajo con tres funcionarios de confianza, que fueron asignados a las tres subgerencias estratégicas:
- Miguel P., subgerente comercial de Productos Derivados.
- Galo G., subgerente de Operaciones.
- Andrés R., subgerente de Aduanas.
Los tres, junto con Arias, manejaban la contratación petrolera. Y para llegar a esta estructura, hicieron varios cambios organizativos hasta controlar esas tres subgerencias.
Internamente, Arias llamaba a ese equipo con el cariñoso apelativo de 'mis guaguas'.
Arias y los tres 'guaguas' participaban en reuniones de alto nivel en Petroecuador, que les permitían tener información privilegiada sobre los negocios de la empresa.
Información que habrían utilizado para otorgar ventajas, a cambio de sobornos, a las empresas intermediarias que se encargaban de mover el petróleo ecuatoriano en los contratos de preventa con firmas del exterior.
Reescribiendo las normas
El poder que tenían dentro de Petroecuador lo usaron también para ajustar a sus intereses la normativa interna de la empresa en varias ocasiones, con el argumento de buscar un beneficio para el país.
Y estos cambios eran aprobados por el Directorio de Petroecuador.
Las investigaciones de Fiscalía hallaron que los tres 'guaguas' llegaron a Petroecuador como analistas, un cargo de bajo escalafón, con salarios de alrededor de USD 1.000.
Sin embargo, a través de encargos de las subgerencias, 'los guaguas' pronto llegaron a ganar sueldos de hasta USD 5.000 mensuales.
Los tres exfuncionarios son parte del primer grupo de procesados en el caso, junto con Lenin A., exasesor de la Gerencia de Petroecuador, y a William V., ex subsecretario del Ministerio de Finanzas.
Todos ellos participaban en las reuniones internacionales, muchas veces viajando en el avión presidencial.
Mails y mensajes
Dentro de la información que tiene Fiscalía hay millones de documentos, enviados como parte de una asistencia penal internacional desde Estados Unidos.
El Departamento de Justicia estadounidense envió tres discos duros, con mensajes de texto, de voz y de WhatsApp, correos electrónicos, videos e imágenes.
Entre la información que figura en estos documentos están los archivos del teléfono de Nilsen Arias, que entregó como parte de su colaboración con la justicia estadounidense.
En los chats y mensajes encontrados hay conversaciones entre Arias y los traders o intermediarios también procesados en la investigación en Ecuador.
Según la delación de Arias en Estados Unidos, él recibió unos USD 20 millones en sobornos a través de empresas de papel en Singapur, Portugal, Panamá y Estados Unidos.
Una parte se la cobró a través de la empresa Administraciones Carey del Sur, administrada por su esposa, que recibió transferencias de las empresas de los hermanos Peré Ycaza, quienes a su vez intermediaban en el esquema de sobornos.
Nilsen Arias era quien detentaba realmente el poder en Petroecuador. Fue, por ejemplo, quien firmó o supervisó más contratos de preventa de petróleo con las empresas chinas: para un total de seis contratos y ocho adendas.
Dónde está la plata
La Fiscalía trabaja con una línea del tiempo para establecer dónde estaba el perjuicio para Ecuador y dónde estaba la ganancia para las empresas intermediarias (traders).
Los contratos de preventa petrolera que se investigan en este caso corresponden a las empresas Unipec (de China), Petrotailandia, Oman Trading y la uruguaya Ancap.
De momento, la empresa estatal Petrochina queda fuera del esquema porque se usaban otros intermediarios con ella.
Las mencionadas empresas firmaban los contratos de preventa de petróleo con Ecuador, es decir, le adelantaban dinero al Gobierno ecuatoriano a cambio de su pago con embarques petroleros.
Todo bajo la coordinación de Nilsen Arias y su equipo. El discurso del gobierno de Rafael Correa es que esto era bueno para Ecuador porque estaban negociando el petróleo en acuerdos de estado a estado, lo que eliminaba a los traders, como Trafigura.
Pero los contratos eran de libre entrega, es decir, que Petroecuador entregaba los barriles de petróleo o fuel oil en el puerto de Balao a quien los recogiese, sin importar el destino.
Originalmente, estaba previsto que las mismas empresas que firmaban el contrato fueran las que se llevaban el petróleo para refinarlo, sin intermediarias.
Además, se preveía que Flopec (Flota Petrolera Ecuatoriana) debía llevar el petróleo desde puertos ecuatorianos a su destino en Asia, pero no.
Las empresas beneficiarias de las preventas petroleras habían contratado a las siguientes intermediarias:
- Omán Trading (OTI), que trabajaba con Vitol.
- Unipec y Petrotailandia, estatales chinas que trabajaban con Gunvor.
- Ancap, que trabajaba a través de Trafigura.
En realidad, las intermediarias recogían el petróleo ecuatoriano y se lo llevaban a otros puertos, para venderlo a precios más altos que el que le pagaban a Ecuador.
De esta diferencia entre el precio del petróleo ecuatoriano en contratos y el precio real de venta, salían los sobornos que se repartían entre los intermediarios petroleros, los intermediarios financieros y los funcionarios ecuatorianos.
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