La política de paz total de Gustavo Petro le pasa factura a Ecuador
El Frente Oliver Sinisterra se alió con la Nueva Marquetalia para controlar las rutas de cocaína en la frontera. Sus bandas aliadas se enfrentan en Esmeraldas. Ecuador contiene la violencia con 1.768 militares.
Militares patrullan todas las noches los barrios más inseguros de Esmerldas. Uno de ellos es La Guacharaca, bastión de la banda de Los Tiguerones.
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Mientras el presidente de Colombia, Gustavo Petro, apuesta a la paz total, dos de los nueve grupos narcodelictivos con los que quiere sentarse a negociar escalan sus combates en el fronterizo departamento de Nariño y causan problemas en Ecuador.
Desde finales de 2022, los disidentes del Frente Oliver Sinisterra (FOS) iniciaron una feroz contraofensiva contra la temida Columna Móvil Urías Rondón (CMUR).
En diciembre, el FOS retomó el control de parte de los territorios donde están las plantaciones y laboratorios de procesamiento de cocaína, así como las rutas para el transporte hacia el Pacífico, por el litoral de Colombia y Ecuador, según fuentes de Inteligencia de ambos países.
El FOS cobró fuerza en los últimos meses con el apoyo de la Nueva Marquetalia, considerado uno de los grupos disidentes de las FARC más poderosos, con incidencia en Nariño y Putumayo.
La Nueva Marquetalia es liderada por Iván Márquez, un jefe guerrillero que está refugiado en Venezuela.
Esta organización está aliada con otros disidentes de las FARC, incluidos los Comandos de la Frontera, que operan en la frontera de Putumayo y Sucumbíos, desde 2016.
Ambos grupos, que sumarían 1.500 personas armadas, fueron incluidos por el presidente Petro en el listado de blancos armados.
Esto quiere decir que solo serán vigilados y no perseguidos por el Ejército colombiano.
PRIMICIAS recorrió la zona fronteriza de Esmeraldas, junto a patrullas de Fuerzas Armadas, que han desplegado allí 1.768 uniformados de la Marina, Ejército y Aviación.
De este contingente, 1.648 son de tropa y otros 120 son oficiales.
Todo este contingente es parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Esmeraldas (FTCE), al mando del general Alexander Levoyer.
Los operativos de la FTCE se intensificaron en marzo de 2023, cuando el presidente Guillermo Lasso decretó por tercera vez el Estado de Excepción en Esmeraldas, tras otra ola de violencia desatada por bandas delictivas y disidentes de las FARC.
La Fuerza está desplegada en esta provincia desde hace nueve meses.
Realizan patrullajes y han tenido cinco enfrentamientos con el FOS y el Urías Rondón en territorio ecuatoriano, obligándolos a replegarse hacia el lado colombiano.
En este período han efectuado 121.371 operaciones y han capturado 218 personas con el apoyo de la Policía.
"Este dispositivo nos ha permitido contener la violencia. Pero revertir los índices delictivos solo se logrará a mediano y largo plazo, con inversión y planes sociales, que el Gobierno tiene previstos", dice Levoyer.
De otro lado de la frontera
El 13 de marzo de 2023, Petro anunció que su Gobierno y el Estado Mayor Central de las disidencias (ex FARC) establecerán conversaciones de paz, luego de que la Fiscalía anunció que se levantaron las órdenes de captura contra 19 miembros de ese grupo.
"Prácticamente, la mitad de las personas armadas hoy entran a un proceso de paz con el Gobierno. Aún falta la mitad (de las disidencias). Estamos esperando los acontecimientos que se deriven de esa otra mitad, que aún continúa en la violencia", dijo Petro.
Los grupos con los que Gustavo Petro intenta llegar a un acuerdo son las disidencias de las FARC, que no firmaron el Acuerdo de Paz impulsado por Colombia, en 2016.
Muchas de esas organizaciones han mantenido combates con el Estado y se dedican al narcotráfico, junto con los carteles mexicanos Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
El departamento de Nariño es el epicentro de esos choques, cuyas secuelas se sienten en Ecuador.
Por eso, entre militares y policías, la decisión de Petro despierta más dudas que certezas. Los uniformados consultados estiman que es poco probable que los grupos criminales que viven del narcotráfico dejen las armas, ¿de qué van a vivir?
Pese a la decisión de Petro, las coordinaciones con las fuerzas militares colombianas son permanentes, a través de las operaciones espejo, para enfrentar al narcotráfico.
En el último mes, gracias a esta cooperación, con intercambio de información, se descubrieron 85 laboratorios para procesar cocaína: 83 en Colombia y dos en Ecuador.
La última cita de los mandos castrenses fue el miércoles 15 de marzo de 2023, con la participación del jefe del Comando Conjunto, general Nelson Proaño, y el general Helder Giraldo, comandante de Fuerzas Militares de Colombia, en la Brigada de Infantería Motorizada No. 31 Andes, en Tulcán.
El objetivo de la cita era afinar las operaciones para neutralizar los enfrentamientos entre grupos armados por el narcotráfico y delitos conexos.
¿Por qué afecta a Esmeraldas?
El detonante de la violencia en Esmeraldas y Guayaquil es el aumento del volumen de cocaína desde Colombia, que sale a través de Ecuador.
En lo que va de 2023 se han capturado 30 toneladas de cocaína, lo que muestra una tendencia al alza del tráfico de este estufepaciente.
En 2022 se capturaron 173 toneladas de esa droga y en 2021 fueron 190 toneladas.
Ahora Ecuador, que antes era llamado la 'isla de paz', es el país que más cocaína captura en la región, después de Colombia.
La tasa de homicidios casi se duplicó en 2022, por segundo año consecutivo, llegando a 26 muertes por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de Latinoamérica.
Levoyer concuerda en que la mayoría de estos asesinatos se debe a enfrentamientos entre las bandas locales y los grupos armados colombianos.
En Esmeraldas, la tasa supera las 50 muertes por cada 100.000 habitantes.
En 2022 se reportaron 511 muertes violentas: 374 ocurrieron en la capital de esa provincia y 53 en San Lorenzo.
Las zonas más conflictivas y peligrosas están en barrios de la capital Esmeraldas, San Lorenzo y Río Verde.
En esas zonas se han enraizado las actividades criminales encabezadas por Los Tiguerones, Gangsters y Los Choneros, que se dedican al narcotráfico, a las extorsiones y al tráfico de combustibles.
El embate delictivo ha golpeado las actividades económicas y turísticas en Esmeraldas.
La situación es muy compleja. Muy pocos habitantes se atreven a hablar con la prensa sobre las bandas y las extorsiones, las amenazas. El miedo se ha instalado y se expresa en el silencio.
Un párroco de Esmeraldas, que trabaja con grupos vulnerables, dice que el Gobierno ha abandonado a su suerte a población.
"Ese abandono es ideal para el narcotráfico, ahí está la mano de la narcopolítica que, a través de sus silenciosos operadores en los gobiernos de turno, impide que se atiendan las necesidades de educación y trabajo. No hay ninguna intención de que esto se solucione, sino de que se agrave", dice.
Pese a su riqueza en el agro, la pesca, los minerales y las zonas turísticas, Esmeraldas es la provincia más pobre del país. El 52% de sus habitantes está en la pobreza y el 21% no tiene empleo.
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