Mineros ilegales devastan en cinco frentes de la frontera norte
PRIMICIAS recorrió Esmeraldas y Carchi por aire, mar y tierra, junto al Ministro de Defensa y al jefe de la Fuerza de Tarea Conjunta. Mineros ilegales expanden aceleradamente sus actividades.
La devastación causada por los mineros solo se evidencia en el lado ecuatoriano. Al frente está Colombia. Agosto de 2022
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El poblado fronterizo de Tobar Donoso, en Carchi, ha sido durante años una de las zonas más afectadas por la presencia de grupos armados colombianos que se dedican a la minería ilegal, con los recursos del narcotráfico.
En esta población que se levanta a orillas del río Camumbí, en el límite geográfico entre Esmeraldas y Carchi, viven unos 3.500 habitantes, buena parte colombianos. Casi todos se dedican al lavado de oro y a la explotación de madera.
A 40 minutos a pie de ese caserío, en la cima de un monte, está el destacamento del Ejército, perteneciente al Batallón de Infantería Motorizado N°13 Esmeraldas.
El 11 de agosto pasado este puesto militar fue visitado por el ministro de Defensa, Luis Lara, y el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), general Alexander Levoyer.
El desplazamiento fue parte de un recorrido que realizó Lara para constatar las operaciones militares y controles fronterizos, dos meses después de que se creara la FTC.
Durante dos días el Ministro visitó repartos militares de Esmeraldas y Carchi y mantuvo reuniones con comandantes del Ejército y la Marina, así como con autoridades civiles. PRIMICIAS lo acompañó en sus desplazamientos por aire y tierra.
"Los soldados están cumpliendo su misión con patriotismo, con lo poco que se tiene están haciendo mucho por el país y las poblaciones de la frontera", dijo Lara, de 65 años, al evaluar el desempeño de la FTC, que recibió una asignación de USD 6,3 millones de presupuesto para sus operaciones.
Durante los encuentros con jefes militares, oficiales y personal de tropa de las tres fuerzas, Lara dejo claro un mensaje: las Fuerzas Armadas entrarán de lleno en el combate al narcotráfico y otras actividades conexas como la minería ilegal, y deben orientar su entrenamiento a ese objetivo.
"Esa es la principal amenaza contra la soberanía, vivimos un momento de quiebre histórico".
Luis Lara
A inicios de los 80, cuando estaba a punto de gradarse de subteniente de Infantería en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, Lara era uno de los brigadieres más destacados.
Así lo recuerda el general Levoyer, quien por esos años también era cadete del Colegio Militar.
"La seguridad y defensa son problemas muy complejos en esta zona, los factores de riesgo se elevaron radicalmente, sobre todo por su situación geográfica", dice Levoyer, tras el aterrizaje en un helicóptero de la Fuerza Aérea en Tobar Donoso.
En este puesto hay 40 soldados al mando de un oficial, quienes realizan patrullajes permanentes, pero requieren más recursos para establecer un destacamento fijo en el poblado. El objetivo es tener una lancha para controlar las actividades de minería ilegal en los alrededores de este sector.
Lara dice que una de las prioridades será reforzar a este destacamento y dotarlo de más medios para controlar la minería que afecta cinco zonas en las riberas de varios ríos.
Decenas de hectáreas devastadas
Tras abandonar el destacamento, desde el aire, Lara y Levoyer muestran decenas de hectáreas devastadas por los mineros. Las más afectadas son:
- Tobar Donoso, en los ríos Camumbí y Mira.
- San José de Cachabí, con los afluentes Cachabí y Bogotá.
- La Ceiba y la Sirena, en el río Tululbí.
- El sector conocido como Los Ajos, en el río Balzar.
- El caserío Selvalegre, con el río Santiago.
Durante el recorrido aparecían extensas zonas arrasadas por los mineros ilegales, que han montado campamentos rudimentarios en las riberas. En todos los sectores operan grandes retroexcavadoras y maquinarias para triturar rocas.
Hay también lagunas formadas por los desechos de los químicos usados en la explotación minera ilegal.
Lara destaca que todos los informes de inteligencia coinciden en que esta actividad solo puede ser financiada con dineros ilícitos provenientes, sobre todo, del narcotráfico.
A ambos lados de la frontera, divididos por serpenteantes ríos, se ve la depredación de árboles y de vegetación, que es más evidente en el lado ecuatoriano.
Al frente, en el territorio colombiano, se observan amplias extensiones con plantaciones de coca en medio de caseríos y pequeñas fincas.
Las operaciones caen en Colombia
Como parte del recorrido, el ministro también visitó Carchi y el poblado fronterizo de Tufiño, donde tuvo un encuentro con soldados colombianos con quienes hay coordinación para el intercambio de información para enfrentar las actividades criminales en el cordón fronterizo.
Días antes de la posesión del presidente colombiano Gustavo Petro, Inteligencia ecuatoriana supo que los controles y decomisos de las Fuerzas Armadas y la Policía en los departamentos de Nariño y Putumayo se bajaron drásticamente.
Las acciones se redujeron, así como la detección de laboratorios de procesamiento de cocaína.
Hace un mes, según reportó un oficial del Ejército, en el Putumayo se localizaron ocho laboratorios y tres en Nariño. Pero en las últimas semanas solo hubo una captura de cocaína, una detención de una colaboradora de las disidencias y se descubrió un sitio para procesar cocaína en Putumayo.
A esto se suma la falta de puestos fijos de las fuerzas colombianas, por lo cual se prevé que la violencia podría incrementarse las siguientes semanas.
En Carchi, el contrabando tiene un impacto del 60%, y en especial hay capturas constantes de explosivos y municiones para la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En lo que va del año se han capturado 12 toneladas de cocaína en la provincia de Carchi, es decir, el 15% del contrabando.
Pese a que el Ejército ya tiene mapeadas varias estructuras delictivas, Lara dice que la decisión del Gobierno es fortalecer las tareas de inteligencia para frenar el paso de cocaína desde Carchi a otras provincias de Ecuador.
"Entraremos de lleno en la lucha contra el narcotráfico, porque ya es considerada una amenaza para nuestra soberanía. Debemos frenar el paso de drogas en el cruce a Ecuador, impedir que la droga llegue a Imbabura y otras provincias", explica Lara.
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