Hospital Teodoro Maldonado no tiene ni sistema contra incendios
El hospital del IESS, ubicado al sur de Guayaquil, ha paralizado, desde 2015, la repotenciación de 65 camas de hospitalización en cinco especialidades. Además, le faltan insumos como gasas, esparadrapos, sueros y bisturís.
Fachada del área de emergencia del Hospital del IESS, Teodoro Maldonado Carbo, sur de Guayaquil. Según sus registros, entre enero y agosto de este año, allí han atendido a 7.292 pacientes.
Teresa Menéndez / PRIMICIAS
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El Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Teodoro Maldonado Carbo, representa un dolor de cabeza para los usuarios. El problema más reciente lo vivieron los pacientes con cáncer cuando acudieron a realizarse hemodiálisis.
Es que en el Teodoro Maldonado no hay sueros ni solución salina, insumos necesarios para este tratamiento médico. Esto es parte del desabastecimiento que persiste desde hace meses, y en algunos casos años, en el hospital del IESS, ubicado al sur de Guayaquil.
Actualmente, el hospital tiene un abastecimiento de 55% de medicinas (del cuadro básico y especialidades) y un 35% de insumos médicos.
En un reciente comunicado, la gerencia informó sobre la compra de 621.055 sueros, 12.000 heparina (vital para las hemodiálisis), 29.657 unidades de solución concentrada y 19.088 unidades de bicarbonato de sodio.
Además de estos insumos en adquisición, al nosocomio le falta desde gasas, esparadrapos y hasta bisturís. Pero uno de los hospitales más grandes del país, luego del IESS Quito Sur, no cuenta ni con un sistema contra incendios.
El propio gerente general, Francisco Pérez García, lo confirmó a PRIMICIAS. "No tiene sistema contra incendios. Por el mismo problema de la regularización del Municipio (de Guayaquil), me enteré de eso".
Se refiere a que el Teodoro Maldonado no había sido regularizado desde su creación, en 1970. En los registros catastrales de la Alcaldía constaba con 1.000 metros cuadrados, cuando ya supera los 50.000 en la actualidad.
"En dos días se solucionó y el hospital ya está regularizado. Para el sistema contra incendios tenemos el proyecto y esperamos implementarlo en 2023", manifestó.
En cuanto al abastecimiento, aspira a que esos porcentajes suban al 80% hasta noviembre próximo. Algunos de estos productos están en proceso de adquisición, mediante ínfima cuantía para su pronta recepción.
El gerente ve un cuello de botella en la tramitología de los procesos de compras públicas. No obstante, afirmó haber reducido los tiempos.
"El proceso de compras en este hospital puede demorarse entre siete a 15 meses, y que no deberían de demorar más de 45 a 60 días. Para eso creamos equipos multidisciplinarios y pusimos a trabajar a 70 personas de otras áreas para tener un levantamiento de necesidades en siete días", dijo Pérez, quien lleva un mes y medio en funciones.
Áreas con 65 camas, a medio construir
Además de las denuncias recurrentes de pacientes, hay problemas internos que muchos desconocen, como la implementación de 65 camas de hospitalización en cinco especialidades, obra abandonada desde hace siete años.
"Desde 2015-2016 se tumbaron paredes y la obra se quedó en áreas grises", sostuvo.
PRIMICIAS tuvo acceso a estas áreas, que corresponden a las especialidades de nefrología, urología, endocrinología, neurología y traumatología, que están distribuidas en tres pisos.
La primera es la de nefrología, que está en el primer piso y permanece con candado. Desde una pequeña ventana se puede ver la obra inconclusa, sin tumbado y cables sueltos.
Similar panorama se evidenció en el segundo piso, que acoge el área de hospitalización para personas diabéticas, con problemas de tiroides y patologías hormonales.
En esa planta deberían estar las camas para pacientes de urología, endocrinología y neurología. En su lugar, hay carteles oxidados y hasta huevos rotos de aves que hicieron de esa zona su nido o guarida.
"Hice mi especialidad médica como urólogo en este hospital y cuando vine a hacer el posgrado, ya no había esa área. La vamos a recuperar", insistió Pérez.
En el cuarto piso está la obra pendiente de traumatología. Además de paredes picadas y sin enlucir, hay rezagos de baldes y materiales de construcción.
Los pacientes de estas especialidades que necesitan internarse, son derivados a otras áreas del hospital.
La gerencia general destinará USD 2,8 millones para su repotenciación, que estaría lista en 2023.
En contraste con esta realidad, está el área de quirófanos. Por fuera, todo parece estar en orden, pero 12 de 20 no funcionan. No se comprarán nuevos equipos, sino que se los reparará porque aún tienen vida útil. La repotenciación total se realizará en 2023.
La compra de nuevos equipos se realizará una vez concluida la repotenciación del hospital.
Al complejo escenario, se suma una deuda que se arrastra desde administraciones anteriores y que el exgerente general, Francisco Andino, cifró en USD 67 millones.
Según el actual funcionario, la deuda a proveedores asciende a USD 38 millones, más USD 9 millones que están en proceso de cancelación.
Sobre los casos de corrupción, con personal de esta casa de salud involucrado en muchos de ellos, Pérez dijo que no era sencillo desvincularlos. Lo que se hizo fue reubicarlos a áreas donde no tuvieran acceso, por ejemplo, a bodegas ni productos.
Los pacientes, y hasta el mismo IESS, perdieron la cuenta de cuántos gerentes generales han pasado por el Teodoro Maldonado Carbo, lo único que esperan es que el problema de desabastecimiento se solucione pronto.
Ante este clamor, Pérez García recordó que los procesos de adquisición tomarán su tiempo, pero reiteró que para su administración la prioridad es la compra de medicinas e insumos médicos.
El hospital cumplirá en octubre 52 años de creación, es el más grande del IESS en Guayaquil y atiende a un promedio de 6.000 pacientes mensuales en emergencia, consulta externa y hospitalización.
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