Holguín: Ecuador exige visa a los ciudadanos de Albania
El canciller, Juan Carlos Holguín, revela que por motivos de seguridad, los ciudadanos de 37 países, incluyendo Albania, necesitan visas para entrar a Ecuador.
La Policía incautó tres toneladas de cocaína en uno de los puertos de Guayaquil, el 1 de abril de 2022.
Policía Nacional.
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El canciller Juan Carlos Holguín revela en entrevista con PRIMICIAS que se fortaleció la cooperación con la Unión Europea y Estados Unidos para frenar a mafias encabezadas por albaneses en naciones europeas, como Bélgica y Países Bajos, así como en Ecuador, Colombia y Perú.
Recalca que ahora, por motivos de seguridad, ciudadanos de 37 países, incluyendo Albania, necesitan visas para entrar a Ecuador.
La cooperación para temas de seguridad y defensa, así como el intercambio de información de inteligencia, ha aumentado entre Ecuador, Gran Bretaña y España.
Mientras que el Gobierno de Ecuador apoya la demanda de México contra varias empresas que producen armas en Estados Unidos.
¿Cuál es su visión del problema en las fronteras de Ecuador, Colombia y Perú?
En todos los foros regionales y mundiales, Ecuador ha dado un mensaje muy claro. La lucha contra las organizaciones criminales del narcotráfico solo puede darse desde una visión transnacional.
Precisamente, por una solidaridad compartida, porque estas mafias operan de manera global, con equipamiento y capacidades muchas veces superiores a las de algunos estados.
La única manera de abordar este problema es con un control efectivo de estas organizaciones, compartiendo capacidades, especialmente de inteligencia e infraestructura.
Hay una multiplicación de actores que operan en varios países como Ecuador, desde donde sale una parte importante de la cocaína colombiana hasta naciones europeas. ¿Cuál es la expresión de este nuevo fenómeno?
Hoy vemos con preocupación algo que Ecuador ha venido alertando desde hace varios meses. Y es que estas estructuras criminales ya no operan solo en países de la región, tienen sus bases de operación en naciones de Europa.
Por ejemplo, lo que estamos viendo en Bélgica y Países Bajos tiene una correlación directa con lo que sufrimos en nuestros países con la inseguridad y altos niveles de violencia. Enfrentamos problemas comunes.
¿Existe ya una respuesta regional o internacional? ¿Hay indicios de que se puede revertir esta tendencia?
Sí, en medio de todo, veo con mucho optimismo la respuesta de la comunidad internacional, especialmente después de la pandemia, la Unión Europea (UE) ha tomado más consciencia del tema.
Hace pocas semanas, la policía belga desactivó un posible secuestro de su ministro de Justicia, esto ocurrió por información compartida de Europol.
Las mafias que operan en Albania y, desde ahí, en otros países europeos, también actúan a través de varios cabecillas de bandas y operadores desde las cárceles de Ecuador, Colombia y Perú.
Hay conciencia a escala global de que este es uno de los temas prioritarios para las relaciones internacionales en los siguientes meses.
Estoy optimista porque, en este momento, hay apoyo concreto. Inclusive se han ido subiendo los montos de cooperación, por ejemplo para el programa PACTO, de la UE, que tiene una incidencia directa sobre la operación contra el crimen organizado en Latinoamérica.
Un problema concreto que preocupa en Europa es el poder que han cobrado los albaneses. ¿Se restringió el ingreso de ciudadanos de ese país a Ecuador, así como de ciudadanos de otros países?
Así es. Entre 2007 y 2017, el Gobierno de Ecuador tomó una serie de medidas y de decisiones que nos llevaron al estado en que se encuentra el país.
Revisemos algunas: el retiro del requisito de visas, bajo ese concepto equivocado de ciudadanía universal. Esto permitió que individuos de mafias, cuya llegada era muy difícil a este hemisferio, tuvieran una puerta de entrada y de permanencia en Ecuador.
Delincuentes de Albania y, de hecho, ciertas mafias de Haití y de África, se asentaron en nuestro país.
En segundo lugar, bajo un falso concepto ideológico de soberanía, se decidió la salida de la Base de Manta.
Finalmente, y sobre todo, el desmantelamiento del aparato de inteligencia ecuatoriana.
Estos y otros factores explican, en gran medida, porque estamos viviendo esta ola de inseguridad. Hoy nuestra responsabilidad está en que ninguna mafia opere en este país.
Se han puesto visas a 37 países, incluidos Albania, Uzbekistán y Tayikistán desde septiembre pasado y se analiza en el Consejo de Seguridad del Estado cuáles son las medidas que se deben adoptar desde la óptica de relaciones exteriores y de movilidad humana.
Delincuentes de Albania y, de hecho, ciertas mafias de Haití y de África, se asentaron en nuestro país.
Hay, por ejemplo, temas directos de cooperación con otros países para compartir información sobre personas que están acá y que tienen antecedentes criminales.
La pregunta de la extradición en la consulta popular es muy importante, pues está relacionada con la operación de crímenes transnacionales.
En Ecuador hay armas y munición capturadas a las bandas criminales dentro y fuera de las cárceles, vienen de empresas en Estados Unidos y países como Brasil y Perú. México impulsa una demanda contra 11 fabricantes estadounidenses de armas, alegando que son causantes de miles de asesinatos. ¿Ecuador qué posición ha asumido?
Vale la pena mencionar ciertas acciones que hemos tomado como parte de nuestra política exterior ecuatoriana de apoyar a México en el juicio que sigue en Estados Unidos contra empresas privadas, que son proveedoras de armas para ciertos grupos delictivos.
Hay armas, balas que llevan el nombre de carteles mexicanos, y son las que se encuentran en operatividad de casi todos estos carteles en la región.
¿Existe cooperación específica con México para la lucha antidrogas y el combate a los carteles?
Sí, pero no puedo dar detalles por seguridad y porque no soy vocero en ese frente. Puedo mencionar que estamos colaborando en inteligencia y en el tema penitenciario.
Armamento, municiones y explosivos ingresan por Perú, mientras la cocaína entra a Ecuador desde Colombia. ¿Cómo está la relación con estos dos países?
La lucha contra el crimen y el narcotráfico es compartida. Más allá de los cambios políticos que han tenido ambos países, hay una coincidencia en que el objetivo debe ser desterrar a estas estructuras criminales. Con ese antecedente hay una cooperación efectiva.
En relación con lo que ocurre con Colombia y con Perú, desde la perspectiva de las estrategias de defensa que aplica cada país, podemos tener diferentes posiciones y metodologías, la clave está en apuntalar una sola línea en el trabajo que realizamos desde las relaciones exteriores y la defensa.
Ecuador tiene una situación compleja, por su ubicación geográfica, en las rutas que usan los narcotraficantes y traficantes de armas y de personas.
Además, el dólar lo vuelve un país atractivo para las operaciones de las estructuras criminales. Tanto el ministro de Defensa, Luis Lara, como el secretario de Seguridad, Diego Ordóñez, tienen una visión clara sobre cuál debe ser el posicionamiento de Ecuador en este triángulo.
El Gobierno pide apoyo a Estados Unidos, pero en Perú se pueden vender armas y municiones libremente, hay un arsenal que se roban de las Fuerzas Armadas peruanas, que es vendido a las bandas en Ecuador. En Colombia, el presidente Gustavo Petro suspendió las fumigaciones de sembríos ilegales de coca. ¿Estamos solos?
Ecuador está recibiendo mensajes muy positivos de los cooperantes más importantes del mundo. Estados Unidos y la Unión Europea, como macro cooperadores, han aumentado sus niveles de ayuda y han reforzado el trabajo conjunto a nivel operacional.
Si pudiera desagregar diría que con Estados Unidos estamos trabajando sobre algo más profundo que es una especie de doctrina conjunta, es estrategia por la seguridad y la paz. Es un proceso largo, que ha tenido acciones concretas con la Casa Blanca, con la Secretaría de Estado, la Secretaría de Defensa y el Senado. Vamos por muy buen camino.
Con la Unión Europea tenemos una hoja de ruta clara para el trabajo preventivo y de control en cuanto a puertos y centros penitenciarios, de fortalecimiento de nuestras fuerzas públicas y de intercambio de información.
Con Israel estamos trabajando en la dotación de capacidades, en especial ligadas a inteligencia.
Son procesos largos. En términos de seguridad, las cosas no se dan de la noche a la mañana. Destaco la cooperación con Reino Unidos en inteligencia y con España en ciberseguridad y ciberdefensa.
Otro tema grave es la minería ilegal, pues es manejada por las mismas estructuras, así como el tráfico ilícito de personas, que es una de las industrias criminales más grandes del mundo después del narcotráfico.
Todo esto genera problemas sociales mucho más graves como la trata y el abuso sexual, especialmente de mujeres.
Otro tema grave es la minería ilegal, pues es manejada por las mismas estructuras.
¿Impulsará Ecuador una política regional para enfrentar estas amenazas criminales, a través de organismos regionales como la Comunidad Andina de Naciones?
Se discute esa posibilidad a escala regional, en todos los mecanismos de integración. Las amenazas a la seguridad por la operación del crimen organizado fueron parte del discurso de varios presidentes en la Asamblea General de la ONU, no hay que pensar en este problema como si fuera de un solo gobierno.
Es un problema de Estado, que requiere un mensaje sólido con relación al combate al crimen transnacional.
Hoy tenemos un presidente cuya primera acción el 24 de mayo de 2021 fue llamar al Cosepe y revisar información que no se proporcionó en la transición. El Presidente ha puesto en la agenda el tema de seguridad como prioridad uno. Eso lo percibe nuestra fuerza pública.
Sin embargo, veo que el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, intenta utilizar políticamente los lamentables sucesos de las últimas semanas, con los atentados que cobraron la muerte de cinco policías. Él exige, por ejemplo, que exista cooperación de Estados Unidos.
El Gobierno venía trabajando en una hoja de ruta con ese país. Como mencioné, hay que tener al senado estadounidense como parte de esta visión, así es como funciona la estructura institucional de Estados Unidos.
Pero fue la misma Asamblea, con el voto de su presidente, la que rechazó que Estados Unidos hiciera una ley que priorizara a Ecuador. No se comprende que esta es una lucha de Estado, que deben intervenir la justicia, el Legislativo, la Fiscalía, que recibe mucha cooperación internacional.
El presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, intenta utilizar políticamente los lamentables sucesos de las últimas semanas.
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