Dos bandas estarían detrás de ataque a clínica en Guayaquil

Rodeado de maleza y lodo se encuentra el inmueble de la cooperativa 'Los Paracaidistas', del distrito Nueva Prosperina, que funcionaba como supuesta clínica de rehabilitación. La lideraba Joel Eliseo Duarte Calero, conocido desde hace seis años como 'Harta Demencia'.

Las autoridades clausuraron la clínica, luego del atentado del 23 de febrero de 2023, que dejó cuatro fallecidos y dos heridos, uno de ellos el propio Duarte.

Versiones preliminares de la Policía confirmaron lo que se escuchó en grabaciones en redes sociales. Esto es, que 'Harta Demencia' había recibido advertencias de que dejara de rescatar a jóvenes con adicción a las drogas.

Sin embargo, ahora surge otra hipótesis: el joven recogía a los consumidores para inducirlos a que trabajaran para él.

Fabary Montalvo, subcomandante de Policía en la zona 8, recordó que el caso está en investigación y que hasta el momento no hay ningún detenido.

Además investigan si detrás de los responsables están bandas criminales, como Los Choneros o Los Tiguerones, que operan en este sector del noroeste de Guayaquil.

Fuentes de Inteligencia policial informaron que el ataque a la vivienda sería un mensaje de las organizaciones delictivas para perpetuar el negocio del microtráfico de drogas en el sector.

"(Duarte) no comunicó a la Policía sobre ninguna amenaza y tampoco recibimos alertas de este atentado", dijo el subcomandante Montalvo a PRIMICIAS.

En la Fiscalía tampoco consta una denuncia sobre las presuntas amenazas contra el principal blanco del ataque.

Audios sobre las amenazas

Un día después de la masacre en la clínica clandestina, circularon videos con grabaciones sobre lo ocurrido.

Uno de ellos recoge dos audios. El primero hace alusión a siete "pelados" consumidores, rescatados por Duarte.

Y en el segundo, mencionan que a "ese man ya le habían dicho, le habían advertido que se deje de estar llevando a los pelados".

También dicen que "antes lo respetaban (a 'Harta Demencia') porque también consumía, ahorita plata y plomo", concluye la grabación.

La Policía prefiere no pronunciarse al respecto hasta concluir las investigaciones. Sin embargo, Montalvo recordó los orígenes de Duarte, aunque no registra procesos penales en el sistema judicial.

La víctima tampoco se ha pronunciado luego del atentado. La última publicación en sus redes sociales invita a comunicarse o acudir a la casa de reposo 'Abrigo del Altísimo', como se denomina la clínica clandestina a su cargo y cuyo inmueble arrendaba.

Nadie responde en el número de contacto publicado. Ahora, en la puerta del inmueble hay un sello de clausura, pero por dentro aun tiene las huellas de la masacre.

"Cuando llegamos, ya estaba vacío, pero nos informaron que había dos jóvenes más que estaban en el interior. Encontramos colchones en el piso, en un dormitorio con un baño, en condiciones infrahumanas", dijo el subcomandante zonal de Policía.

E hizo un llamado a los moradores del sector a colaborar con información que les permita dar con el paradero de los responsables de este hecho violento.

Clínicas clandestinas

La cifra de cuántas clínicas clandestinas operan en Ecuador es casi imposible de determinar. La Policía afirma no tener registros del funcionamiento de estos centros en los territorios, mientras que las autoridades sanitarias hablan de los controles.

"Resulta complicado detectarlos. Nos activamos frente a denuncias, visitas de control y vigilancia", explicó a PRIMICIAS, Roberto Ponce, director Ejecutivo de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess).

En 2022, la Agencia clausuró 82 establecimientos clandestinos en todo el país, 22 de ellos en Guayaquil. Y en enero de 2023, cerró 10, seis de ellos en la ciudad porteña.

Hay 70 establecimientos de salud que funcionan de forma regular como clínicas de rehabilitación en Ecuador, cuatro están en Guayaquil.

"No es fácil tratar problemas de adicción a las drogas. El primer paso es la aceptación, reconocer el problema. Muchas veces, las personas recluidas formaban una red de narcotráfico y, en su mayoría, son menores de edad", detalló Ortega.

El funcionario agregó que al estar recluidos contra su voluntad, son más vulnerables a depresiones extremas, que terminan con la quema de colchones y hasta suicidios.

Sin protocolos

Sobre el centro clausurado en Nueva Prosperina, manifestó que no tenía condiciones de infraestructura. "Los internos estaban en hacinamiento, no había protocolo ni tratamiento médico comprobado, ni personal de salud", dijo.

De las cuatro Centros Especializados en Tratamiento a Personas con Consumo Problemático de Alcohol y otras drogas (Cetad) registrados en Guayaquil, solo uno tiene permiso vigente; el resto está en trámite para su renovación.