Explosivos para los atentados en Ecuador llegan desde Perú
Según la investigación policial, las bandas delictivas están usando un explosivo llamado emulnor, que generalmente se utiliza en la minería.
Procedimiento del Equipo Antiexplosivos del GIR, el 16 de abril de 2023, en el sector de El Condado, en Quito.
Twitter / @CmdtPoliciaEc
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En cinco años, el terrorismo aumentó y evolucionó en Ecuador. El 27 de enero de 2018, un carro bomba explotó en las inmediaciones del Cuartel de la Policía de San Lorenzo, en Esmeraldas.
Esa fue el primer atentado terrorista que hubo en Ecuador. El ataque se atribuyó al Frente Oliver Sinisterra (FOS), disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FOS). A partir de ese momento, los incidentes con explosivos en Ecuador se han incrementado.
Así lo reflejan las cifras de la Policía Nacional. En 2022, hubo 419 incidentes, de los cuales 60 fueron amenazas reales. Mientras que, en los tres primeros meses de 2023, ya ha habido 46 incidentes con artefactos explosivos.
Del amatol al emulnor
Cuando los atentados con explosivos empezaron en Ecuador, en 2018, las pericias determinaron que los ataques, como el de San Lorenzo, se hicieron con un explosivo llamado amatol.
Este explosivo era de fabricación casera y sus componentes de fácil acceso y bajo costo.
Sin embargo, ahora este tipo de delitos ha evolucionado, y en los últimos ataques cometidos en 2023, la Policía halló una característica similar. Las bandas usan como explosivo secundario el emulnor.
Este es un explosivo gelatinoso, maleable y que generalmente se utiliza en la minería. En las canteras se usa para romper rocas. Además, soporta la humedad, lo que facilita su transportación y almacenaje.
Según el rastro seguido por la Policía Nacional, este explosivo es de fabricación peruana. Es decir, está ingresando a Ecuador a través de la frontera sur.
Dentro de las bandas criminales hay miembros que se dedican a la fabricación y montaje de los explosivos. Estas personas son conocidas como 'artificieros'. En algunos casos, se ha conocido que las bandas los envían a otros países para aprender sobre esta actividad.
En lugares en donde los atentados empezaron hace muchos años, como Colombia y México, los 'artificieros' ecuatorianos aprenden sobre los explosivos. Sin embargo, su conocimiento sigue siendo empírico y artesanal. Cada vez que arman una bomba, el artificiero tiene un alto porcentaje de posibilidad de morir en el intento.
Atención con los paquetes sospechosos
Gabriel Bautista, jefe del Área Antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional, explica que los explosivos -generalmente- son camuflados por las organizaciones delictivas en paquetes sospechosos.
Estos paquetes, dice el oficial, pueden estar en cualquier parte, sobre todo en los espacio de trabajo. Por lo que, es primordial que las personas tengan el control total de su espacio y conozcan todos los implementos a su alrededor.
De manera que, si miran algo ajeno a su normalidad, puedan identificarlo de inmediato y tratarlo como un paquete sospechoso.
Por ejemplo, el lunes 20 de marzo de 2023, cinco periodistas de diferentes medios de comunicación recibieron sobres. Al interior de esos sobres estaban dispositivos USB con cargas explosivas. Solo una detonó, en Ecuavisa.
Para identificar si se trata de un paquete que podría tener explosivos, lo primero que se debe hacer es leer quién es el remitente. Y, de preferencia, llamar a la persona a confirmar el envío. Otros signos de alerta son cables o hilos colgando del paquete, manchas de aceite u olor a combustible.
En esos casos, al hallar un paquete explosivo, la Policía recomienda manipularlo lo menos posible, tratar de aislarlo y llamar de inmediato al ECU-911 para que se coordine la asistencia del Equipo Antiexplosivos del GIR.
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