Esmeraldas: extorsiones y narcos en crisis desatan ola de violencia
La sobreoferta de cocaína causa disputas entre 36 bandas en Esmeraldas. La reciente masacre de nueve pescadores destapa una guerra por las extorsiones y el control territorial en esta provincia.
Cerca de 2.000 militares y 500 policías patrullan en Esmeraldas.
Comando Conjunto
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La acelerada mutación de decenas de bandas en microcarteles del narcotráfico y su incursión en otras actividades criminales conexas, como las extorsiones y los secuestros, están por detrás de la nueva ola de violencia en Esmeraldas.
El cruel asesinato de nueve pescadores en el puerto artesanal de la capital esmeraldeña, ocurrido el 11 de abril de 2023, da pistas de una feroz rivalidad entre las organizaciones delictivas locales.
Y evidencia, sobre todo, la disputa por el control de rutas y territorios para el transporte de los cargamentos de cocaína que llegan de Colombia.
Las disputas entre bandas y microcarteles también ocurren por el control de zonas para hacer extorsiones en todos los cantones de esa y otras provincias, como Guayas, Pichincha y Manabí, según informes policiales y testimonios de empresarios, comerciantes, agricultores, administradores de camaroneras y pescadores.
Bandas grandes, como los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones, también están extorsionando a los mineros legales e ilegales que operan en Esmeraldas, según Inteligencia de la Policía.
En Esmeraldas hay 36 grupos delictivos, entre otros, los Latin King, Ñetas, Águilas, Los Z y Los NN. Un dato que fue corroborado en 2022 por el entonces comandante de la Policía de Esmeraldas, coronel Pablo Ramos.
La Policía ha identificado como cabecillas de algunas de esas bandas a alias 'Berraco', 'El Negro', 'Yugur', 'Cevallos', 'La Burra', 'Holmer' y 'Puti'.
El puerto en disputa
El puerto de pesca artesanal de Esmeraldas ha sido controlado silenciosamente por miembros de las bandas aliadas de Los Gansters y Los Patones, que extorsionan a los pescadores.
Algunos pescadores han sido reclutados como cooperantes para el transporte de cocaína, combustible y armamento, o son parte de las redes de informantes, según un agente de Inteligencia.
Ninguno de los nueve pescadores asesinados la semana pasada tenía antecedentes delictivos ni juicios, según el parte policial revisado por PRIMICIAS. Y sus edades oscilaban entre los 44 y 74 años.
Fueron baleados por al menos 15 sicarios que llevaban el rostro cubierto con pasamontañas y eran parte de Los Tiguerones, según confirmó el Gobierno luego de la captura de alias 'Coco', uno de los criminales que participaron en la masacre.
Los Tiguerones es la banda más violenta de Esmeraldas. Surgió en 2019, como un grupo criminal aliado de Los Choneros, bajo el liderazgo de William Jofre Alcívar Bautista, alias 'negro Willy', un exagente penitenciario.
Triple alianza criminal
En 2020, tras el asesinato del cabecilla de Los Choneros, Jorge Luis Zambrano, alias 'Rasquiña', Los Tiguerones tomaron su propio rumbo y se convirtieron en socios de Los Lobos y de Los Chone Killers.
Estas tres organizaciones y otras más pequeñas ofrecen en Esmeraldas 'servicios' de transporte de droga, seguridad, sicariato y acopio, al mexicano cartel Jalisco Nueva Generación.
Y en la frontera con Colombia trabajan para el grupo armado colombiano Urias Rondón, que saca la cocaína desde los laboratorios de procesamiento con rumbo a Esmeraldas.
Con cerca de 900 integrantes, Los Tiguerones son una de las organizaciones de mayor expansión y crecimiento, según la Policía.
Los Tiguerones son enemigos naturales de Los Choneros, Gansters y Patones, que trabajan con el grupo armado colombiano denominado Frente Oliver Sinisterra (FOS).
A su vez, el FOS hace negocios y transporta la cocaína adquirida por el mexicano Cartel de Sinaloa.
Según Inteligencia, miembros del FOS también se encargan de transportar la droga por corredores de Ecuador, de almacenarla y de llevarla hacia los puertos de Esmeraldas y Manabí.
Hacen estas operaciones cuando se trata de mover grandes cargamentos de cocaína.
La rivalidad entre Los Tiguerones y Lobos contra Los Choneros y sus grupos afines llegó a su punto crítico en 2021, cuando protagonizaron enfrentamientos en las cárceles, en los que murieron más de 270 personas.
Sobreoferta de cocaína
La reciente matanza en el puerto pesquero de Esmeraldas no solo es otro capítulo de la sangrienta disputa entre bandas, según un oficial de Inteligencia.
Esta tragedia saca a la luz el hecho de que las bandas están buscando fuentes de ingresos porque hay una sobreoferta de cocaína en el mercado internacional.
"Se están quedando sin plata. Los recursos no están fluyendo como en años anteriores. Los pagos están represados. Eso explicaría este ataque a los pescadores, para obligarlos a que les paguen por su seguridad", dice el agente.
"Les están pagando con cocaína y con armamento, pero ya no tienen efectivo, por eso las bandas buscan otros ingresos".
Agente de Inteligencia.
La paz de Petro
El FOS y sus grupos aliados han ganado terreno en los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo, desplazando en combates armados a Urias Rondón desde finales de 2022.
Han tomado el control de más rutas y laboratorios con el apoyo de las disidencias de las FARC, Segunda Marquetalia y los Comandos de la Frontera, grupos con los cuales el gobierno de Gustavo Petro quiere negociar un acuerdo de paz.
Para Fernando Murillo, exjefe de la Dirección de Investigación Judicial de la Policía de Colombia, la escalada de violencia en Esmeraldas es un efecto de lo que ocurre en las zonas cocaleras y laboratorios en Nariño.
"Lo sucedido en Esmeraldas es preocupante. Es una consecuencia de lo que está pasando en Colombia, en esas zonas que están sin Dios ni Ley", dijo Murillo en entrevista con PRIMICIAS.
El excomandante colombiano asegura que un posible acuerdo de paz difícilmente bajará la intensidad de la violencia.
"Como el narcotráfico financia a estas estructuras, es muy difícil que se desarmen y sometan a la justicia", concluye.
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