Claudia Garzón: "Necesitamos que la tolerancia al hacinamiento sea nula"
Una de las nueve integrantes de la Comisión de Diálogos Penitenciarios y Pacificación, Claudia Garzón, conversó con PRIMICIAS acerca del trabajo de esta instancia.
Claudia Garzón (izquierda), en una reunión de la Comisión de Diálogo Penitenciario y Pacificación, en el Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi, el 20 de diciembre de 2021.
Flickr / Ministerio de Gobierno
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A mediados de diciembre de 2021, el presidente Guillermo Lasso firmó el decreto para la creación de la Comisión de Diálogos Penitenciarios y Pacificación.
Una de sus miembros es la colombiana Claudia Milena Garzón. Ella es la directora de la Unidad de Análisis Criminal de su país. Tiene 25 años de experiencia en el tratamiento de sistemas penitenciarios.
Garzón explicó a PRIMICIAS cómo han sido las primeras semanas de labores, cuáles son sus objetivos y el mecanismo de trabajo.
¿Cuáles son sus primeras impresiones de la situación carcelaria que vive Ecuador?
Ya tuvimos un primer acercamiento. Primero fue conocernos a las nueve personas que conformamos la Comisión y un primer acercamiento a algunos centros penitenciarios.
¿Qué encontraron en este acercamiento?
Hemos encontrado diálogos internos que hemos hecho con personas privadas de libertad, donde nuestro foco y propósito es esa convivencia, esa pacificación.
Si me pregunta qué hemos encontrado, pues desafortunadamente los centros penitenciarios, no solo en Ecuador sino en muchos países, han carecido de algunas infraestructuras y la tolerancia al hacinamiento es lo que más predomina en la mayoría de los centros.
¿Qué hacer ante eso?
Es el momento en que uno pueda darles un eje para empezar a trabajar desde allí. Si vamos a trabajar en una dignificación humana, pues necesitamos que la tolerancia al hacinamiento sea nula.
¿Qué más han hecho en estos días?
En segunda medida, pues acercamientos de diálogo. Hemos empezado a hacer unas referenciaciones en territorio en algunos centros y la idea es poder hacerlo en todos los centros penitenciarios.
Porque la idea es hacer unos comparativos de centros penitenciarios y encontrar aquellas debilidades y fortalezas que tienen porque tampoco todo es negativo, necesitamos mirar también algunas direcciones donde fortalecer bastante el tema penitenciario.
¿Hasta qué parte de los centros han podido ingresar? ¿A los pabellones ya pudieron llegar?
Vamos a empezar en los pabellones ya en las próximas referenciaciones que hagamos. Hemos ingresado a los centros, pero de una forma más prudente en el sentido de reuniones con los directores.
También con algunas personas que están privadas de la libertad, pero el recorrido a pabellones no lo hemos empezado a hacer. Sin embargo, ya se han hecho algunos acercamientos, ya otros comisionados han podido entrar a algunos lugares y ya en nuestro próximo encuentro lo vamos a hacer.
¿Por qué es importante ingresar a las celdas y a los pabellones?
Porque como comisionada pienso que es importante conocer la realidad y la única manera es trabajar en territorio, conocer lo que pasa, cómo viven.
Eso es necesario también porque una cosa es hablar de percepción de seguridad penitenciaria y otra hablar de la sensación. Y la sensación es cuando lo vives, cuando entras, cuando conoces y eso es diferente.
¿Bajo que circunstancias será el ingreso a los pabellones, teniendo en cuenta que hay algunos que no son controlados por las autoridades?
No podría adelantarme a esto. Pero no se trata de pedir una autorización. Cuando entras pacíficamente y las personas saben que somos una mesa totalmente independiente y autónoma, entonces se crea confianza.
Con seguridad no vamos a tener ningún inconveniente para el ingreso. Se necesita tener un propósito lleno de sentido y de allí sabemos que vamos a poder hacerlo.
¿Cómo visualiza ese acercamiento?
Es ingresar, pero no con esos miedos ni temores, es conociendo. Y, justamente, ese bagaje que vengo trabajando con otras penitenciarias y penales de otros países hace que busquemos esas estrategias y una configuración de escenarios mucho más anticipativo en la seguridad penitenciaria y eso pasa por un pensamiento estratégico.
¿Hay un cronograma para el trabajo de la comisión? ¿para cuándo se esperan resultados?
En este caso yo puedo decir que llegamos a 2022 y ya hay un resultado muy bueno, ¿cuál es? No repetimos las masacres que vivimos en septiembre y en noviembre. Y eso hace también que haya un paso grande.
Otro resultado grande es que se hizo la designación de unos comisionados y eso nos da un primer resultado que es el acercamiento que se puede tener con las personas privadas de la libertad y la aceptación de ellos.
¿Pero hay un cronograma?
Estamos trabajando en una hoja de ruta que ya la va a conocer el Ministerio (de Gobierno) y la Presidencia y eso será público.
Pero en esta hoja de ruta la idea es que los resultados van de acuerdo a objetivos propuestos desde varios ejes.
¿Cómo suceden en la práctica esos diálogos? ¿cuál será el rol de los comisionados?
Me gusta mucho la palabra mediadores. Cuando hablamos de pacificación estamos hablando de que nuestro propósito es trabajar por las personas privadas de la libertad, humanizando un sistema penitenciario porque eso hace que tengamos una sociedad.
¿Cómo se hace eso en la práctica?
Ser mediadores implica escuchar. Cuando escuchas, por supuesto que inmediatamente podemos tener estrategias. Pero aquí tenemos algo muy claro: en medio de situaciones complejas que se viven intramuros necesitamos trabajar por la dignificación humana.
Muchas personas piensan que hablar de humanidad o de dignificar, es decir que aplaudimos los actos delictivos y monstruosidad humana que pueda existir. Pero yo los invito a pensar en algo, no todas las personas que están allá son malas ni todas las personas que estamos aquí afuera somos buenas.
¿Cuál es la parte del Gobierno en este diálogo?
Necesitamos un Gobierno que voltee con sus ojos a ver las situaciones reales de un sistema y en este caso el Presidente (Guillermo Lasso) lo empezó a hacer. Entonces ahora el Presidente dice hagamos una mesa de diálogo y eso es voltear la mirada a un sistema penitenciario porque le importa.
¿Hay casos de éxito de otros diálogos de pacificación con grupos criminales en otros países?
En el tema penitenciario he encontrado muchos casos exitosos y le llamaría más que casos exitosos, casos muy humanos que han dignificado. Traigo a colación a la Penitenciaría de Puente Grande en México, en Jalisco.
¿Al pacificar las prisiones se controla también los brotes de violencia que hay en las calles?
Los centros penitenciarios son una radiografía de lo que es la sociedad y la sociedad es un escáner de lo que se vive en las cárceles. Esto es cíclico.
Si nosotros trabajamos una muy buena seguridad ciudadana y pública afuera, en las cárceles también se van a mitigar las violencias y, lo mismo, si se trabaja en una mesa de pacificación, en la dignificación de personas privadas de la libertad, eso también va a repercutir y hacer eco afuera.
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