Ecuador, a la expectativa por el giro de la política antidrogas en Colombia
En medio de la crisis de seguridad agravada por el narcotráfico, Ecuador tendrá que lidiar con los cambios anunciados por el presidente colombiano, Gustavo Petro, entre ellos otro abordaje frente a la extradición de narcotraficantes.
Un integrante de la Policía colombiana fumiga un cultivo de coca durante una jornada de erradicación de cultivos ilícitos en zona rural de Tumaco, en diciembre de 2020.
EFE
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Actualiza con declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, sobre la extradición.
Gustavo Petro, el nuevo presidente de Colombia, ha cambiado el enfoque de lucha contra el narcotráfico, a la que calificó como un fracaso.
Se trata de un giro de 180 grados en la política antinarcóticos desplegada por Colombia en los últimos 40 años.
Petro le ha propuesto a Washington un cambio en la política de extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.
El presidente colombiano propone que los narcotraficantes que se nieguen a negociar con el Estado sean extraditados a Estados Unidos, al igual que los que negocien, pero reincidan en su actividad delictiva.
Mientras que los que acepten negociar con el Estado y se rindan no serán extraditados y recibirán beneficios jurídicos. Estados Unidos ha dicho que continuará negociando y discutiendo la nueva propuesta.
Pero el 23 de agosto de 2022, ya tuvo lugar la primera señal de cambio en la política colombiana.
El general Henry Sanabria, que asumió la dirección de la Policía colombiana el 19 de agosto de 2022, anunció que se priorizará la erradicación manual y la sustitución voluntaria de los cultivos de coca.
La propuesta es reunirse con las comunidades y acordar con ellas la erradicación voluntaria y la sustitución de este cultivo, según dijo Sanabria en una entrevista con el diario El Tiempo de Bogotá.
¿Adiós al glifosato?
La primera medida tomada por Petro tiene que ver con la polémica fumigación de los cultivos de coca con el herbicida conocido como glifosato.
El anterior Gobierno, presidido por el uribista Iván Duque, estaba tramitando el permiso ambiental para el uso de glifosato para la fumigación aérea.
Según Sanabria, la administración de Petro no dará continuidad a ese trámite.
Con ello busca cumplir con uno de los puntos del acuerdo de paz que firmó el gobierno de Juan Manuel Santos con la desmovilizada narcoguerrilla de las FARC.
Para el general Sanabria, la cadena de siembra, cultivo y recolección de hojas de coca no debe ser la prioridad de la política antinarcóticos. El objetivo debe ser perseguir a las grandes mafias.
Con apoyo de Estados Unidos
El Gobierno de Estados Unidos reconoció que las políticas de lucha contra el narcotráfico del pasado han marginalizado a algunas comunidades.
Rahul Gupta, director de la Oficina de Política de Control de Drogas de la Casa Blanca, anunció que Washington cooperará con Colombia en lo que llamó "una nueva era".
"El presidente (Joe) Biden es consciente de que algunas políticas del pasado han marginalizado a algunas personas y no han funcionado para muchas poblaciones", dijo Gupta.
Gupta, quien visitó oficialmente Colombia el 22 y 23 de agosto, sostuvo una reunión con el presidente Petro y con varios de sus nuevos ministros.
La administración Biden se halla en una "nueva era en la política de drogas" y ve el problema del consumo como un asunto de salud pública, según Gupta.
Y el nuevo Gobierno colombiano coincide con esa visión. ¿Pero qué dice Ecuador?
El impacto en Ecuador
Ante el anuncio de Colombia, Ecuador aún no ha hecho pública su posición.
Oficiales a cargo de la Dirección Antinarcóticos de la Policía no se pronunciaron al ser consultados por PRIMICIAS al respecto.
Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia Militar de Ecuador, no cree que la decisión colombiana vaya a tener repercusiones positivas en Ecuador.
Si bien la política anterior, que incluía la erradicación obligada de cultivos, elevó la producción de coca, hacer lo contrario no implicaría el final del narcotráfico, agrega Pazmiño.
Al contrario, generaría un "desbordamiento más rápido hacia territorio ecuatoriano de los carteles y centros de procesamiento" de cocaína, dice Pazmiño.
Con la erradicación forzosa, explica Pazmiño, las narcoguerrillas se encargan de garantizar la producción de coca del lado colombiano.
Pero si se termina con ella en Colombia, el riesgo es que las narcoguerrillas migren hacia Ecuador para continuar aquí sus actividades ilegales.
El negocio de la cocaína
Según las Naciones Unidas, en 2020 el área sembrada con coca en Colombia alcanzó las 143.000 hectáreas.
Esta cifra representa una reducción del 7% con relación a 2010 y de 27% con relación a 2017.
Claudia Navas, experta de la consultora Control Risks, dice que si bien se han reducido las hectáreas de sembríos de coca, los narcotraficantes incrementaron la producción, cultivando tres veces al año en lugar de dos.
Eso explica, además, la mayor cantidad de decomisos. Navas y Pazmiño señalan que los grupos delictivos requieren más logística y por ello hay más disputas violentas.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga reportó que los tres países donde se incautaron más cargamentos de cocaína, en 2020, son Colombia, Estados Unidos y Ecuador, en ese orden.
De las casi 1.500 toneladas incautadas ese año, el 6,5% se decomisó en territorio ecuatoriano.
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