Una década de la incansable búsqueda de la madre de David Romo
Desde el 16 de mayo de 2013, Alexandra Córdova no ha dejado de buscar un solo día a su hijo, David Romo. La Fiscalía no avanza en el caso.
Alexandra Córdova, madre de David Romo, durante el reconocimiento del trayecto que supuestamente hizo su hijo antes de su desaparición, el 8 de enero de 2020.
Twitter / @FiscaliaEcuador
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"Mi hijo tenía 20 años, estaba en cuarto año de la Facultad de Comunicación de la Universidad Central. Ese día se fue a clases, presentó trabajos y rindió un examen con su profesora de semiótica".
Así recuerda Alexandra Córdova el 16 de mayo de 2013, el último día que vio y habló con su hijo, David Romo y también el día que su mundo cambió. Su hijo lleva 10 años desaparecido y ella no ha descansado en tratar de encontrarlo.
Según el relato de Córdova, David Romo salió de clases, en la Facultad de Comunicación, a las 21:00 de ese 16 de mayo.
Normalmente, David Romo caminaba por la calle Bolivia con dirección hacia la avenida América. En ese sitio tomaba un bus alimentador que lo llevaba hasta la estación La Ofelia, en el norte de Quito.
Desde ahí, tomaba otro bus con destino a la Mitad del Mundo, donde generalmente su madre lo recogía para llevarlo a su casa.
Hoy, 10 años y más 3.000 diligencias después, todavía es una incógnita si Romo cumplió con esa rutina, pues el trayecto que hizo hasta que desapareció no se ha podido confirmar.
A las 22:10 de esa noche, Alexandra Córdova recibió la última llamada de su hijo. Le dijo que estaba en el bus, rumbo a casa y que le avisaría cuando sea tiempo para que lo saliera a recoger, como todos los días.
Córdova tiene grabados en su mente los segundos de esa llamada y cada palabra. Recuerda que su hijo hablaba normal, su voz no demostraba un estado de embriaguez, cómo en su momento se dijo en la investigación.
Pero sí había algo raro. El joven le susurraba a su madre, le habla en voz muy baja.
"Me dijo que si hablaba más alto lo bajaban del bus, unas personas que parecían ser policías. Esa es la única verdad del caso David Romo. Todo lo demás son especulaciones", dice Córdova.
La búsqueda y las investigaciones
Al siguiente día, el 17 de marzo de 2013, Alexandra Córdova intentó denunciar la desaparición de su hijo, pero la Policía no recibió el caso.
"Así empezó el trato cruel de parte del Estado. Esos servidores policiales nos dijeron que debe estar en la playa, que debe estar con la enamorada o con los amigos, que ya ha de llegar".
Ante esas respuestas, ella inició la búsqueda por su cuenta. Con su auto identificó un bus que hacía la ruta que habría seguido su hijo desde La Ofelia. Lo siguió hasta llegar a la última parada, en el sector de Rumicucho.
Revisó las cámaras de seguridad de una gasolinera del sector y conversó con los moradores de la zona. Pero, nadie había visto a David Romo y no había ningún rastro.
La Fiscalía y la Policía se sumaron a las investigaciones. Hicieron búsquedas, reconstruyeron el supuesto trayecto de Romo la noche de su desaparición. Pero ninguna diligencia tuvo resultados.
Luego vino una decisión que cambió el rumbo del caso. La Fiscalía lo declaró reservado y no se conocían las diligencias ni los avances. Finalmente, en 2018 se presentó una teoría del caso de asesinato con incineración.
Incluso, cinco personas fueron juzgadas por este presunto delito, pero un Tribunal de primera instancia los declaró inocentes. La Fiscalía apeló ese fallo y, en 2019, la Corte de Pichincha declaró nulo todo lo actuado desde 2015, ya que la declaratoria de reserva fue ilegal.
En ese momento, la causa regresó a investigación previa y desde ahí todo se ha estancado. "Cada cierto tiempo se hacen búsquedas, en los mismos lugares", según Córdova. Pero no hay nada nuevo.
La pericia que nunca llega
Hay una pregunta que Alexandra Córdova se ha hecho desde el día de la desaparición de su hijo y que nadie le ha respondido. ¿Por qué la Fiscalía no ha rastreado la llamada que su hijo le hizo esa noche?
Para Córdova esa sería la 'prueba madre' del caso.
Con ese detalle, se podría saber dónde estaba David Romo, si es verdad que esa noche cumplió con su rutina, o si estaba en otro lado. "Esa sería la primera pista real", dice la mujer.
Pero, los más de 10 fiscales que ha tenido el caso de su hijo, le han dado diferentes respuestas para negarse a practicar ese análisis. Que no hay la tecnología, que es imposible rastrear esa llamada o que no se podía contratar un experto extranjero para que lo haga.
Álex Bonifaz, abogado de Córdova, explica que en este aspecto hay un detalle todavía más preocupante. En cadena de custodia está un teléfono que supuestamente es de David Romo y al que habría que periciar.
Sin embargo, la familia de la víctima está segura que ese no es el teléfono de Romo. Aunque no han podido ver el teléfono personalmente, hay documentos que evidencian que se trata de otro equipo: como el historial de llamadas, el código IMEI, entre otros.
El caso -recientemente- fue asignado a un nuevo fiscal. Córdova y Bonifaz esperan que dé paso a esta pericia parar aclarar si se trata no del teléfono de David Romo. Y acercarse al rastreo de la última llamada entre Alexandra Córdova y su hijo.
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