El 'Viejo Tarqui' dejó de ser el corazón comercial de Manta
Seis años después del terremoto del 16 abril de 2016, en Manabí y Esmeraldas, la parroquia Tarqui no ha logrado recobrar su antiguo ritmo comercial.
Mural pintado en una pared de Tarqui, en el centro de Manta, el 14 de abril de 2022.
PRIMICIAS
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Antes del sismo de 2016, caminar por las calles de la parroquia urbana Tarqui, de Manta, era presenciar un ajetreo comercial intenso. La mayoría de casas tenían locales comerciales y las calles estaban repletas de vendedores informales.
Allí se vendía de todo. Comida, víveres, útiles escolares, herramientas, materiales de construcción, implementos de aseo y oficina, o casi cualquier cosa que un mantense o un visitante podría necesitar para su vida diaria.
Pero 75 segundos del 16 de abril de 2016, a las 18:58 cambiaron esa realidad para siempre. Ese tiempo duró el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, que azotó Manabí y Esmeraldas, devastó varias ciudades en esas dos provincias.
Aunque el epicentro fue en Pedernales y en esa localidad los daños también fueron dramáticos, Tarqui -que está a unos 200 kilómetros de distancia- fue declarada la zona cero debido al impacto y al número de víctimas mortales.
La tragedia dejó 673 muertos y de ellos 200 fueron en Manta, la mayoría en Tarqui. Solo en el Centro Comercial Felipe Navarrete se contabilizaron 99 víctimas.
En ese edificio de cuatro pisos había decenas de locales y como la Costa estaba a punto de iniciar el año escolar, el lugar estaba abarrotado de compradores. Familias enteras estaban comprando útiles escolares cuando el inmueble se vino abajo.
También se derrumbaron las casas y edificios aledaños. Eran cuadras y cuadras de escombros y cientos de voluntarios trabajando en labores de rescate.
Seis años después, los escombros ya no están, pero tampoco esa vibrante actividad comercial, que caracterizó a Tarqui y que hasta ahora no logra recuperarse.
El viejo Tarqui está desolado
Luego de las labores de búsqueda de sobrevivientes, recuperación de cuerpos, demolición y limpieza de escombros vino la llamada reconstrucción.
El Gobierno del expresidente Rafael Correa impulsó la aprobación de la Ley de Solidaridad que incluía el incremento del IVA y otras contribuciones especiales. La cuenta de la reconstrucción llegó a tener USD 2.027 millones.
Pero, las obras de reconstrucción y reactivación todavía no terminan.
PRIMICIAS recorrió las calles de Tarqui los días 13 y 14 de abril de 2022. En contraste de lo que ocurría antes del desastre, al mediodía las calles se ven vacías, sin vendedores ambulantes y solo pocos comercios volvieron a instalarse.
Las casas se reconstruyeron y las que no tuvieron que ser demolidas fueron arregladas. Todavía hay casas deshabitadas, con sus accesos bloqueados y otras todavía muestran grietas y otras 'heridas' que les dejó el terremoto.
Graciela Domínguez reabrió su local de plásticos en la avenida 109, pero no ha logrado reactivarse. "Primero el terremoto, luego el coronavirus (...) todavía no vendemos ni la mitad de lo que se vendía antes", dice.
En el predio donde estaba el Centro Comercial Navarrete se abrió un nuevo complejo de locales y aunque una sola planta, todavía no se ha llenado. Es fácil encontrar letreros en los que se ofrecen locales en arriendo por USD 100 al mes.
Lucía Fernández De Genna, expresidenta de la Cámara de Comercio de Manta, dice que la reactivación ofertada por el sector público nunca se concretó. Ni el Gobierno Central ni la Alcaldía ha completado sus planes y promesas.
El primer paso, dice Fernández, sería reconstruir los 18 hoteles que funcionaban en Tarqui. "Esos hoteles eran los preferidos de la clase media serrana que venía de vacaciones. Sin esos turistas, es muy difícil que el comercio se reactive".
Pero, añade Fernández De Genna, para esto es necesario una intervención estatal que incluya condonación de deudas, intereses y nuevos créditos a plazos más amplios e intereses bajos.
La esperanza renace en el Nuevo Tarqui
Mientras en el Tarqui tradicional se recogían escombros y se volvían a parar las edificaciones, el comercio se reubicó en otro sector de la parroquia, a 10 minutos de la zona original, sobre la avenida de la Cultura.
La Alcaldía de Manta tomó la decisión de mantener ese predio que se bautizó como Nuevo Tarqui y que el regreso a la zona cero sea opcional. Son varias calles llenas de contenedores improvisados como locales comerciales.
Incluso, quienes eran informales ahora tienen un espacio en el que venden sus productos. Pablo Larco vende zapatos y uniformes escolares; antes del terremoto tenía un pequeño puesto bajo un parasol y ahora ocupa uno de estos contenedores.
Él vio a Nuevo Tarqui como una oportunidad. En su caso, agradece que no perdió a ningún familiar en el terremoto.
Pero no todos los casos son iguales. "No volvemos, no solo por qué acá estamos más cómodos, sino porque allá (el Tarqui tradicional) murieron nuestros esposos y nuestros hijos. Es duro volver a trabajar ahí mismo", dice Aida Velásque, quien tiene una heladería.
En Nuevo Tarqui la reactivación sí ha avanzado. Incluso, sus proyecciones apuntan a que el feriado de Semana Santa sea un éxito en ventas y, quizá, una de las mejores temporadas desde que se instalaron allí.
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