El terrorismo sume en la tristeza al alegre barrio de Cristo del Consuelo
Las cinco personas que murieron en el atentado de la Calle 8, del sector Cristo del Consuelo, en el suroeste de Guayaquil, son víctimas inocentes, asegura la Policía.
Familiares de Roxana Montaño velan sus restos en Cristo del Consuelo, Guayaquil, 15 de agosto de 2022.
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La música sonaba a todo volumen en una de las casas del sector conocido como la Calle 8, en el barrio Cristo del Consuelo, al suroeste de Guayaquil, la madrugada del domingo 14 de agosto, cuando ocurrió un atentado terrorista.
Era feriado y la calle se caracteriza por sus fiestas que pueden durar todo el fin de semana, "vienen personas de todas partes, hasta famosos, y la música no deja de sonar hasta el lunes", narra Lucía, una de las moradoras del sector.
La música que sonaba ese día provenía de una discoteca clandestina que pertenece a Juan Carlos C., a quien llaman 'Cucaracha', y que se ha convertido en el primer sospechoso ante las autoridades por la detonación de una carga explosiva que cegó la vida de cinco personas y dejó a otras 23 heridas.
"Presumimos que el atentado era contra él y una posible vinculación con la banda de los Tiguerones", dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo, a quien la familia de Carlos C. le pidió que se retractara.
Según la esposa de Carlos C., Rosa Salas, "él no tiene antecedentes penales y que tenga una discoteca clandestina, no quiere decir que sea un delincuente".
'Cucaracha' resultó herido y se recupera en un hospital en Guayaquil, su discoteca estaba a tres casas de donde dos hombres en moto dejaron un saco de yute con explosivos, "si lo querían matar a él, lo hubiesen matado directamente", dice Rosa.
Los sujetos dejaron la carga explosiva frente a una vivienda y se alejaron a una distancia suficiente para disparar contra el saco y encender los explosivos, compuestos por químicos procesados de manera casera, según dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo.
Eran cerca de las tres de la mañana, cuando la ráfaga de tiros despertó a Roxana Montaño, de 36 años, quien tenía dos hijos de seis y ocho años. Había pasado el día trabajando como empleada doméstica y en una fiesta infantil con su hijo.
"Ella estaba con su ropa de dormir, parece que se levantó a ver a su madre, cuando los explosivos detonaron justo en el portal de su casa", dice un familiar que prefiere no ser identificado.
Su madre sufrió heridas en el rostro, y su hijo de seis años algunos cortes en la cabeza. Ahora, malheridos, asisten al velorio de Roxana en una casa cercana. La madre llora y grita de dolor por la pérdida de su hija.
La onda expansiva alcanzó los 70 metros, dañando ocho casas y provocó un foramen de 1,6 metros y 40 centímetros de profundidad.
Los otros cuatro fallecidos estaban comiendo y bebiendo en uno de los puestos que atiende toda la madrugada en la Calle 8. Solo uno de ellos tenía antecedentes penales por tenencia de sustancias ilícitas.
Jean Carlos Camposano, de 26 años, es la más joven de las víctimas, estaba en una de las fiestas cuando los vidrios se incrustaron en su cuerpo.
Ellos son "víctimas colaterales de este hecho terrorista", dijo Víctor Zárate, comandante de la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán).
Sin embargo, "estamos valorando si dentro de los heridos, alguien pertenecía a una banda o tenía antecedentes", añadió Zárate.
La Franja de Gaza
La Calle 8, en el barrio Cristo del Consuelo, ganó fama a partir de las fiestas que aglomeraron a cientos de personas en el Fin de Año de 2021.
Crecía la pandemia de Covid-19 y Guayaquil pasaba por un nuevo brote del virus, pero en ese sector, la gente, sin ninguna medida de bioseguridad, bailaba y cantaba salsa choke.
El Municipio de Guayaquil llegó unos días después a clausurar las discotecas que no contaban con permisos, y multó con USD 2.800 a 40 familias de la zona.
A mediados de enero de ese mismo año, la Policía intervino el Distrito 9 de Octubre, donde habitan alrededor de 250.000 personas e incluye sectores como Cristo del Consuelo, Antepara, Venezuela y Garay, a esas zonas las denominaron 'la Franja de Gaza', comenta una fuente policial a PRIMICIAS.
"Los patrulleros iban en convoy a todos esos barrios, ningún carro o moto entraba a la Calle 8 sin ser revisado, el patrullaje era intenso y se logró reducir los delitos. Colocamos patrulleros en los sectores que usaban para huir", explica la fuente.
Según el ministro del Interior, el crimen organizado está detrás del atentado con explosivos, una de las hipótesis que se investiga es si existe relación con la incautación de 250 kilos de cocaína en Chongón, en los días previos al atentado.
Esa zona del Cristo del Consuelo es estratégica para el tráfico de drogas, porque se encuentra orillas del estero y se une con el Distrito Portete, otro de los lugares más complejos de la ciudad, donde las bandas pelean por el territorio para moverse en lanchas y por su conexión con el Puerto de Guayaquil.
Algunos moradores de la zona aseguran que allí no operan bandas delictivas, pero reconocen que las fiestas pueden tornarse violentas por el consumo excesivo de alcohol.
Mientras otros, los que viven más alejados de la Calle 8, aseguran la explosión ya se veía venir, por los enfrentamientos entre bandas, pero no dicen cuáles: "las balaceras se escuchan todo el tiempo, aquí anda mucha gente armada", dice un habitante.
El lunes 15 de agosto, la Calle 8 amaneció de luto, cercada de carros de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas y de funcionarios del Municipio de Guayaquil.
Brigadas médicas instalaron carpas y funcionarios del Ministerio de Inclusión Económica y Social hablaban con los habitantes.
Al mediodía solo una docena de policías quedaron para resguardar la zona. Los demás se habían ido del lugar, "aquí nos quedamos con miedo de una nueva explosión y de que vuelva a suceder algo parecido", dice Narcisa.
La Policía ha realizado 11 allanamientos y ha detenido a cinco personas por la explosión en la Calle 8, pero ni las autoridades, ni los moradores pueden decir con certeza por qué y quién está detrás de este horrendo atentado terrorista.
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