"Los líderes del crimen no están en los barrios, ni en las cárceles"
Luis Córdova Alarcón, director del programa de investigación Orden, conflicto y violencia, analiza la estructura del actual panorama criminal en Ecuador.
Cinco cabecillas de bandas delincuenciales fueron trasladados de Turi a La Roca. Guayaquil, 4 de abril de 2022.
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Ecuador atraviesa la peor crisis de seguridad de su historia. La influencia del narcotráfico y de las bandas narcodelictivas han generado una ola de violencia sin precedentes.
Según informes policiales y gubernamentales, en Ecuador operan actualmente unas seis bandas criminales, con conexiones con grupos internacionales. A la vez, estas bandas tienen decenas de brazos armados distribuidos en todo el territorio.
Luis Córdova Alarcón, director del programa de investigación Orden, conflicto y violencia de la Universidad Central, explica que todos estos grupos no pueden ser analizados en bloque.
Ya que cada uno actúa de una forma diferente. Él identifica al menos tres estructuras del crimen organizado operando en el país:
Tres niveles de criminalidad
El Gobierno y la Policía dicen que en Ecuador operan seis bandas narcodelictivas, que tienen 25 brazos armados. ¿Desde su perspectiva como se dividen estos grupos?
En primer lugar, lo que habría que considerar es que el enfoque y el estudio del crimen organizado es un objeto de análisis muy disputado en términos conceptuales. Porque normalmente se habla de forma muy genérica sobre el crimen organizado transnacional, sin llegar a caracterizarlo adecuadamente.
Para hacerlo, uno de los que mejor desarrolló un marco teórico al respecto es el criminólogo de origen italiano, profesor en Oxford, que se llama Federico Varese.
¿Y qué plantea Federico Varese?
Él plantea que una de las claves para interpretar o entender el fenómeno de la criminalidad organizada es analizar, no solo la producción o la comercialización de bienes y servicios ilícitos, sino también la gobernanza de esas organizaciones.
Es decir, qué mecanismos utilizan para brindar protección, para regular y resolver conflictos entre los mismos miembros de las organizaciones y para mantener el control.
¿Bajo este análisis, cómo está constituido el mundo criminal en Ecuador?
Tomando en cuenta este marco analítico tridimensional de analizar la producción, la circulación y la gobernanza del mundo criminal, uno comienza a observar que en el país está mostrándose que al menos hay tres tipos de organizaciones bastante diferenciables.
Las pandillas
¿Cuál es el primer tipo?
El primero son grupos pandilleriles que operan en las calles y en las cárceles. Están conectados evidentemente, pero que su naturaleza no solo está en torno a una rentabilidad económica criminal.
A estos pandilleros no les moviliza solo la capacidad de tener dinero. A ellos les moviliza un conjunto de expectativas simbólicas que van afirmando un sentido de pertenencia a la estructura de las pandillas.
Pero estas pandillas no son nuevas en Ecuador.
Esto es un fenómeno que ya teníamos en el Ecuador, pero se ha recrudecido fuertemente por la ausencia de políticas que atiendan las demandas y le den un sentido de futuro a la vida de los jóvenes.
Usted habla del sentido de pertenencia a estas pandillas. ¿A qué se refiere?
Las pandillas construyen un sentido de pertenencia y construyen una cultura compartida.
Por eso es que los territorios que controlan las pandillas son además territorios emocionales, en el sentido de que hay una frecuencia emocional que hace que ellos defiendan con sus propias vidas la posibilidad de reivindicar a sus grupos de pandillas.
Por eso, las muertes y las masacres tienen que inscribirse en esos rituales violentos que ejercen las pandillas como un mecanismo de afirmación, de identificación y, sobre todo, de reconocimiento en su entorno social.
Las redes criminales
¿Cuál es el segundo tipo?
La otra estructura, que tiene una característica muy distinta. Son estas redes criminales dedicadas a la producción de bienes y mercancías ilícitas.
En el caso del mercado de las drogas, me refiero a la cocaína, a la heroína o la marihuana.
¿Por qué son de distinta naturaleza estas estructuras?
Porque ahí su estructuración y su forma de organización, ya no es la de la pandilla, en donde hay células que actúan con gran nivel de autonomía. Lo que se observa es una red muy solvente que ha logrado generar una estructura muy sofisticada de organización.
Está vinculada y conectada al mundo empresarial privado y cuyos líderes y cabecillas no están ni en las cárceles, ni en los guasmos. Ellos viven en los barrios más 'aniñados' de Guayaquil, Esmeraldas, Quito y de otras ciudades.
"Los líderes y cabecillas no están ni en las cárceles, ni en los guasmos. Ellos están en los barrios más aniñados"
Como Leandro Norero.
El ejemplo es, precisamente, Leandro Norero, un tipo que no vivía en Cristo del Consuelo. Vivía en una de las urbanizaciones más exclusivas de la ciudad, cuyo modo de vida -si es que no hubiese sido descubierto- perfectamente pasaba como la de un alto empresario, un gran ejecutivo, o un hombre de negocios.
¿Los líderes criminales, entonces, están mezclados en las clases altas?
No se puede buscar al cabecilla de las redes de narcotráfico en los guasmos y en las cárceles como pretende el Gobierno, desarticulando bandas de pandilleros.
Para eso, necesitan hacer un trabajo profundo de análisis de lavado de activos, inteligencia financiera, inteligencia empresarial.
¿Cómo funcionan estas redes criminales?
Estas son redes que mimetizan su función empresarial privada con el delito. Muchas veces a través de camaroneros exportan cocaína, a través de bananeros exportan cocaína, a través de agroindustriales talan bosques ilegalmente o hacen minería ilegal.
Este es otro mundo, es otro nivel, es otra caracterización.
Entonces estas redes ni siquiera están identificadas
Por supuesto, esa es una de las claves que hay que tomar en cuenta. No es que los líderes de estas redes van a ser tan ingenuos para que digan "saben que yo soy del cartel de Sinaloa", es absurdo.
La mafia
¿Cuál es el tercer nivel de organizaciones criminales?
El tercer tipo de organizaciones, en cambio, son lo que se conoce, clásicamente, como mafia.
La mafia es un tipo de crimen organizado que se especializa en la provisión de un bien criminal que es la protección. La mafia existe para proteger a las redes criminales de las que hablamos en el segundo momento.
¿Cómo operan estas mafias en Ecuador?
En el Ecuador existen estructuras mafiosas que funcionan desde el Estado. No hay otra forma de proteger, para que salga la droga, sino teniendo influencia en las aduanas, en los puertos y sobre la Policía.
¿Es la corrupción en la fuerza pública?
Por eso es que usted observa la participación de muchos policías y militares. Pero esos policías y militares no son necesariamente miembros ni de las pandillas, o de las redes de la producción.
Nuestros policías y militares son parte de estructuras mafiosas que brindan protección y seguridad para que el cargamento de droga, que entra por Tumaco, termine en en el puerto de Guayaquil.
¿En medio de esta lógica, por qué hay tanta violencia?
La violencia está dada por la protección. Lo que nosotros observamos es que en Ecuador, al momento se va expandiendo el mercado de la cocaína.
Es decir, que hay mayor demanda y mayor oferta por el fenómeno de Colombia que ha incrementado los cultivos y por la presencia de elementos de redes criminales albanesas, mexicanas y colombianas.
¿A más cocaína, más violencia?
Cómo se expande el mercado de la cocaína, entonces también crece la demanda de protección y seguridad. A nivel general, cuando hay una sola organización que brinda esta protección -cómo eran Los Choneros, en la época del correísmo- no se necesita entrar a la violencia criminal.
Pero cuando esa organización se fractura y aparecen grupos rivales, como es el escenario actual, la violencia comienza a ser más frecuente y visible.
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