Banda liderada por alias 'el Tío' imprimía armas en 3D, en Manabí
Una operación conjunta entre Ecuador y Estados Unidos permitió desmantelar una organización que se dedicaba al tráfico y producción de armas.
Detenidos en la Operación Transnacional 3, en Manabí, el 17 de abril de 2023.
Cortesía / Policía Nacional
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La investigación por tráfico de armas comenzó en 2022 y duró ocho meses. Fue un trabajo coordinado entre la Policía de Ecuador y organismos de Estados Unidos, como la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés).
Las autoridades identificaron y empezaron la búsqueda de los integrantes de una estructura transnacional, que operaba entre los dos países y se dedicaba al tráfico de armamento pesado o de grueso calibre, desde Estados Unidos hacia Ecuador.
¿Cómo operaba?
El 'trabajo' empezaba con los integrantes de la banda delictiva que residían en Estados Unidos. Ellos compraban armas y piezas en armerías de Miami, Florida.
Ellos camuflaban las armas y sus componentes en material industrial, como compresores de aire, y entre prendas de vestir. Los enviaban a Ecuador a través de empresas de courier y de paquetería, área y marítima.
Cuando las armas llegaban a Ecuador, los miembros de la organización las almacenaban en viviendas y talleres en Portoviejo, capital de Manabí.
Desde ahí las comercializaban y transportaban a sus destinos en Guayas, El Oro y Los Ríos, a través de transporte terrestre de encomiendas, transporte interprovincial o vehículos particulares.
Primera sentencia en EE. UU.
La investigación del caso inició en Estados Unidos. En ese país, las autoridades identificaron a tres hombres -dos ecuatorianos y un estadounidense- que se dedicaban al tráfico ilegal de armas.
Jorge Chica-Giler, ecuatoriano conocido con el alias de 'Tío', era el cabecilla de esa organización. En noviembre de 2022, el hombre -oriundo de Manabí- recibió una sentencia de 22 años de cárcel en Estados Unidos.
El sospechoso estadounidense, identificado como Alexei Pupo-Abrahantes, también es parte de un proceso por tráfico de armas.
Mientras que el otro ecuatoriano, llamado Nicolás Ayala y originario de Guayas, escapó. Lo recapturaron en Emiratos Árabes, lo extraditaron a Estados Unidos y ahora está detenido en San Diego, California, en espera de su juzgamiento.
Según la justicia de Estados Unidos, Chica-Giler conspiró para traficar y contrabandear armas de fuego fuera de Estados Unidos.
Él ordenó a sus cómplices que las compraran en su nombre, las oculten en tanques de aire comprimido y las envíen a un contacto en Ecuador.
El 'Tío' admitió haber hecho ocho envíos con 35 armas de fuego, incluidos varios rifles de asalto.
La contraparte ecuatoriana
Tras la detención de los tres hombres en Estados Unidos, vino el capítulo ecuatoriano de la investigación.
Tras meses de investigación, el 13 de abril de 2023, la Policía arrestó a siete miembros de la organización. Ese operativo se denominó 'Operación Investigativa Transnacional 3'.
Estas siete personas, de entre 27 y 57 años, están procesadas por el presunto delito de delincuencia organizada:
- Christian Andrés T. A., alias 'Guerra'.
- Michael Joel R. N., alias 'Michael'.
- Arquímides Pedro B. T., alias 'Arquímides o Peter'.
- José Armando S. L., alias 'Armando'.
- José Ramiro P. P., alias 'Paco'.
- Darío Germán A. V., alias 'Álava'
- Jhonny René M. R., alias 'Jhonny'
De ellos, Christian Andrés T. A., alias 'Guerra', era el contacto de Chica-Giler, en Ecuador.
Así lo reveló el propio Chica-Giler en su delación en Estados Unidos. Además, en su teléfono se encontraron conversaciones con alias 'Guerra', a través de la plataforma WhatsApp.
Según la Fiscalía de Ecuador, 'Guerra' gerenciaba la estructura en el país y se encargaba de coordinar las operaciones para transportar las armas desde Estados Unidos. Así como establecer las líneas de comercio hacia las bandas narcodelictivas.
Una impresora de armas
La Policía logró establecer que, hace unos cuatro meses y medio, a finales de 2022, alias 'Guerra' importó desde Estados Unidos una impresora 3D, de marca y modelo Tormach 1100M.
Su objetivo era hacer réplicas exactas de las armas que recibió desde Estados Unidos y venderlas en Ecuador a las bandas narcodelictivas.
Para lograr este 'negocio', junto con las armas, Chica-Giler enviaba a Ecuador los manuales, que incluían características técnicas, medidas y demás especificaciones.
Estos datos se ingresaban a la impresora, que reproducía réplicas exactas de los partes.
Estas partes eran armadas y puestas en funcionamiento por alias 'Arquímides', otro miembro de la organización. Él es militar en servicio pasivo y tiene experiencia y conocimientos en armería.
Armas para Los Choneros y Norero
Una fuente policial explicó a PRIMICIAS que la organización se dedicó a replicar fusiles MP15, que eran idénticos a los originales. Los hacían con polímero.
La diferencia es que estas armas, por ser artesanales y con menos tecnología, se vendían en un 30% de lo que cuesta un fusil original. Es decir, en unos USD 3.500 a USD 4.000. Mientras que un original puede llegar a costar unos USD 15.000.
Además, estos fusiles son considerados desechables: no pueden soportar más de dos o tres enfrentamientos.
El precio, el tiempo de duración para su uso y su fabricación artesanal, que no incluía series y otras características rastreables, generaron un alto interés entre las bandas criminales.
Según la Policía, esta agrupación no tenía exclusividad con ninguna banda.
Pero, hay datos que revelan que vendieron las armas impresas en Manabí a Los Choneros y sus aliados. En la información recopilada del teléfono de Chica-Giler, en Estados Unidos, se encontraron seudónimos como "Fito", cabecilla de Los Choneros.
También aparece "Leandro", que coincide con el nombre del 'Patrón' Norero, quien era el financista de Los Lobos y Los Tiguerones, bandas rivales de 'Los Choneros', y quien fue asesinado el 3 de octubre de 2022, en la cárcel de Cotopaxi.
Según el cálculo de la Policía, este grupo pudo haber ingresado al mercado ilegal unos 130 fusiles, teniendo en cuenta que la organización lleva imprimiendo piezas por más de cuatro meses.
Cuando hicieron el allanamiento, los uniformados encontraron la máquina funcionando. Los detenidos tenían previsto hacer ocho fusibles esa semana, por lo que se podría inferir que producían unas 32 armas al mes.
La Policía sospecha que estas armas fueron utilizadas en asesinatos y masacres ocurridas en Ecuador, en los últimos meses.
Pese a no tener número de serie, lo que imposibilita cotejar las armas con los crímenes, la Policía está haciendo los estudios balísticos con base en las agujas percutoras de las armas. Así, en 30 días, esperan conocer en qué crímenes se usaron esos fusiles.
Por esta razón, además, a los siete sospechosos detenidos en Ecuador se los procesó por delincuencia organizada, pero la Policía espera que la investigación cambie luego de estas pericias y que estas personas puedan ser juzgadas como autores coadyuvantes de los asesinatos.
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