La violencia, el actor político que se subió a la tarima electoral
El asesinato de Fernando Villavicencio obliga a recordar los atentados contra los candidatos de las recientes elecciones seccionales. No es la primera vez que la violencia desestabiliza el tablero electoral.
Fernando Villavicencio en su último mitin político en Quito, momentos antes de su asesinato, el 9 de agosto de 2023.
API
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Las elecciones extraordinarias adquirieron un nivel mayor de excepcionalidad: es la primera vez, desde el retorno a la democracia, que un candidato presidencial es asesinado en Ecuador. A 11 días de las votaciones, Fernando Villavicencio fue víctima de un ataque mortal después de un mitin en Quito.
Aunque el país fue sacudido por la noticia y decenas de autoridades, actores políticos y sociales se pronunciaron al respecto, este crimen político no es el primero en la historia reciente del país. Ni siquiera en los últimos meses.
Menos de un año atrás, en diciembre de 2022, Javier Pincay recibió ocho tiros en Portoviejo, durante su campaña para la alcaldía de la ciudad. Pero el atentado no logró su cometido y ganó las elecciones.
Ese atentado fue el primero en una serie de eventos que, aunque han causado conmoción temporal, palabras de solidaridad y compromisos de justicia, han ido marcando el camino de esta carrera presidencial, manchada ahora con el asesinato de Villavicencio.
En la lista de otros candidatos que perdieron la vida están, por ejemplo, Julio Farachio (Salinas), Omar Menéndez (Puerto López) y Rider Sánchez (candidato a asambleísta por Esmeraldas).
Pero la escalada de violencia no se limitó a los candidatos. El crimen dio un nuevo paso con los intentos de asesinar autoridades electas: Luis Chonillo (Durán) y Agustín Intriago (Manta). Este último ataque fue mortal.
Así, a vista de las autoridades, las organizaciones políticas y la ciudadanía, las elecciones seccionales de febrero y las extraordinarias de este 20 de agosto han estado influenciadas por un nuevo actor político: la violencia.
Un asesinato político
El asesinato político tiene por naturaleza promover y prevenir políticas específicas, valores, percepciones ciudadanas, explica el analista de seguridad Luis Córdova. Por lo tanto, el asesinato de Villavicencio tendrá un impacto en el desenlace electoral e, incluso, en la ruta que tome el próximo gobierno.
Aunque el candidato del movimiento Construye no encabezaba las encuestas, Córdova explica que hay dos aspectos a tener en cuenta.
El primero es que, quienes estén detrás del atentado, previnieron que llegue al poder o que siga con sus denuncias públicas. Y el segundo, promueven la imagen de que la única forma de enfrentar este problema es con la mano dura y la guerra contra las drogas.
Para el experto, es necesario recordar la experiencia en Latinoamérica con estos fenómenos, especialmente la mexicana, demuestra que, después de la declaración de la guerra contra las drogas y la militarización de la seguridad, "comienzan a catapultarse los asesinatos políticos".
"Estos asesinatos son un eslabón más de la espiral de violencia criminal que hemos visto en otros espacios de América Latina".
Y explica que confluyen tres factores como la infiltración del crimen organizado en aparatos de seguridad del Estado, actores políticos que asumen el papel de denunciar y confrontar a estas estructuras, y que el crimen haya logrado mimetizarse en economías lícitas, más allá del narcotráfico.
El escenario político
La violencia atraviesa todas las esferas de la realidad ecuatoriana. Y, ahora, demostró estar ya instalada en la política electoral. El asesinato de Fernando Villavicencio es una muestra de la violencia política que ya se evidenció en las elecciones seccionales.
El analista político Pedro Donoso lamenta que los actores no pudieron ver antes que la violencia generó un punto de inflexión en la política. Lo que ahora es evidente.
Explica que los análisis y debates se concentraron en los actores que tercian en las elecciones y en los que influyen en ellas sin participar de la contienda. Pero que ahora saben que "la violencia es el gran elector que no está en la papeleta".
Sin embargo, Donoso hace memoria y dice que previamente ya estábamos en el punto de no retorno:
"El momento en que asesinan candidatos, el orden no constituido te está mandando un mensaje político potente: yo soy más poderoso que el Estado".
Esto empezó en diciembre de 2022, apunta. Pero señala como un golpe más grave aún el asesinato de una autoridad en funciones, con el caso del alcalde de Manta, Agustín Intriago.
Por eso es que el analista saluda la decisión de las autoridades de mantener las elecciones en firme y no cambiar el día de la votación. "Suspender es darle la razón al orden no constituido y decirles: ustedes ganaron".
Y agrega que, por el miedo y preocupación provocados, es lógico que se detengan también la campaña y sus eventos, pero que eso es parte de lo que el atentado buscaba. Por lo que el Estado y el Ejecutivo, especialmente, debe garantizar la seguridad de todos los candidatos y de los ciudadanos que ejerzan el voto.
Finalmente, sentencia que en el ámbito eleccionario este asesinato es un punto que "trastoca todo, hay que olvidarse de encuestas, de análisis y volvemos a un punto donde el escenario es absolutamente incierto".
Compartir: