Vargas Llosa detalla su amor a Francia en 'Un bárbaro en París'
'Un bárbaro en París' fue publicado para celebrar la incorporación de Mario Vargas Llosa a la Academia Francesa. El libro reúne textos sobre la cultura del país que tanto ha honrado al escritor peruano.
'Un bárbaro en París' evidencia la devoción de Mario Vargas Losa por la cultura francesa.
Archivo Mundo Diners
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Esta nota está basada en el artículo 'Un bárbaro en París', de Alfonso Reece Dousdebés, publicado en la Revista Mundo Diners.
La obra de Mario Vargas Llosa revela una consistencia notable en sus novelas, sin embargo, su desempeño como ensayista muestra cierta irregularidad. A veces, debido a su tendencia a pontificar, puede cometer deslices. No obstante, en esta selección afortunadamente predominan hermosos textos y pasajes profundos.
'Un bárbaro en París' se inicia con una declaración de amor a Francia y explica las razones de ese sentimiento. Estos son los argumentos de un joven provinciano deslumbrado por la rica cultura monumental de ese país. Será en la Alianza Francesa de Lima donde aprenderá el idioma que, para muchos latinoamericanos, es considerado como la máxima expresión de la lengua culta.
Luego vendrá el viaje de iniciación a París, que dura siete años y que él considera “los más decisivos” de su vida. Es una narración enternecedora precisamente porque no oculta esa fascinación algo naíf por la gran civilización y su centro rutilante, la 'Ciudad Luz'.
Plumas pesadas y tendencias
En 'Un bárbaro en París', Vargas Llosa se refiere también a Molière y su encuentro con él en excelentes representaciones. Por otro lado, los textos sobre Hugo y Flaubert son monumentales y explican algo que oído parece obvio, pero había que oírlo dicho por Vargas Llosa: su enorme deuda con la novela realista decimonónica francesa.
Hay páginas dedicadas al pintor Delacroix, a la anarquista Flora Tristan, relacionada con Perú y abuela de Paul Gauguin, quien también merece un capítulo.
En esta publicación, Vargas Llosa no podía olvidarse del surrealismo y su resonancia mundial. Sigue un análisis sobre Céline que explica algunas situaciones francesas muy actuales, como la base social de la ultraderecha.
Grandes monstruos
Son sugestivas las largas aproximaciones a “grandes monstruos” como Malraux y Bataille, que anteceden al paradigmático ensayo sobre Sartre. De hecho, lo contrapone al otro gran existencialista, Camus, con el que se identifica más allá de la literatura y de la ideología.
Frente a las posiciones de Sartre rescata a grandes pensadores liberales. La solvencia de los teóricos de la libertad franceses apenas es igualada. Cita a Jean-François Revel, cuyo “combate fue, también, bastante incomprendido y solitario”. Y es que su pensamiento, como el de Raymond Aron y el de Tocqueville, también evocados en esta obra, se oyó en Francia, pero jamás se aplicó en la política práctica de su país.
Finalmente, hay otros ensayos en los que se vuelve sobre la grandeza y la neta superioridad de la cultura francesa. Algunas de estas valoraciones las incluye en el discurso de incorporación a la Academia.
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