Netflix presenta al magnate de Tinder que resultó 'chiro', estafador y mujeriego
Simon, un refinado estafador, provoca indignación e impacto en las redes sociales. Aquí una historia de ciberdelincuencia en Tinder aderezada con romance.
Simon: un diablo vestido de seda que usaba el verbo para desfalcar a mujeres.
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Cuidado si ya hizo 'match' en Tinder, más que un pasaporte a una cita romántica podría tratarse de un boleto a una estafa millonaria.
Netflix, siempre a tino con las tendencias, muestra el documental 'El estafador de Tinder', un drama de nuestros tiempos, basado en hechos reales, que pone en la palestra el 'modus operandi' de las estafas virtuales.
Cecilie Fjellhøy (de Noruega), Pernilla Sjoholmy (de Suecia) y Ayleen Charlotte (de Holanda) son el triángulo amoroso de esta historia. Tres mujeres que viven una primera cita de perlas con un guapo magnate israelí llamado Simon Leviev, pero luego descubren que han caído en una trampa en la que no solo sufrirá su corazón.
En Ecuador, el tuitero Danilo Sebastián, analiza el caso y sostiene que la mujer latina tiene un olfato muy agudo para detectar a estos trúhanes.
Controversial en cada plano y testimonio, el documental muestra a tres víctimas que pusieron en juego algo más que amor: confianza a ojos cerrados.
David Revelo, precisamente, rescata el valor de la confianza, como eje de la interacción humana. Pero lastimosamente, entre los espectadores, ya surgen quienes culpan a las víctimas y no al victimario.
Ideal para los días precedentes a San Valentín, 'El estafador de Tinder’ saca a flote en redes sociales cómo los sentimientos se confunden con las ilusiones y nos dejan con la guardia abajo y hasta sin tarjeta de crédito.
Entre el humor y el drama, la tuitera Guaguaza se dirige a todas las chicas y cuenta que a ella 'le han puesto los cachos' mil veces, pero jamás los villanos han tenido el privilegio de ver su dinero.
Simon, el tinderista israelí, con astucia criminal y cinismo, se ganaba la confianza de las mujeres gracias a su carisma oscuro y a inventarse dramas con el fin de ser rescatado por las románticas.
De vestuario elegante, gafas costosas, puro en la mano, bigote y perilla, el timador mostraba sus lujos con desparpajo, su anzuelo era impresionar con cenas costosas, atenciones y vuelos internacionales en su avión privado. Siempre hallaba desprevenidas que caían en su cuento.
Su paso por la cárcel fue irrelevante y si usted quiere saber su paradero y qué pasó con Cecilie, Pernilla y Ayleen, para evitar cometer un 'spoiler', preferimos invitarle a ver este documental que está de moda.
Dato de El Chat: si en el siglo XX, 'La herencia de Eszter' (del escritor húngaro Sándor Márai) nos relataba como un hombre estafaba a una inocente mujer en una villa campestre; en el siglo XXI, el escenario cambia a Tinder, la cámara virtual donde surge un villano de sonrisa gentil que se aprovecha de la candidez de tres mujeres.
Sabio, inteligente, divertido, dueño de las artes de la seducción, este demonio moderno hizo de Tinder su telaraña para robarse el corazón y el patrimonio de las mujeres que aún creen en San Valentín y Cupido.
"No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos", decía el escritor alemán O. K. Bernhardt.
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