Un joven solitario vence la tragedia: 'Fue la mano de Dios', la película de Netflix
Ambientada en Nápoles, la última película de Paolo Sorrentino rescata el valor de la familia, en tiempos de crisis y cambios sociales.
La familia, el leitmotiv, de la película 'Fue la mano de Dios'.
Netflix
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El Chat le da la bienvenida al director italiano Paolo Sorrentino, autor de la película 'Fue la mano de Dios', que engalana la cartelera de Netflix e irradia nostalgia por la ausencia de los padres.
Sorrentino ya nos tiene acostumbrados a un despliegue visual donde luminosidad, paisaje y cotidianidad son la fórmula de su cinematografía.
El realizador es un discípulo destacado del neorrealismo italiano, escuela estética impuesta por Roberto Rossellini, quien en 1945, con 'Roma, ciudad abierta' dejó sentado que el cine tiene una toma esencial para contar las historias: el GPG o gran plano general.
Pero, el 'as bajo la manga' de Paolo Sorrentino, ha sido seguir los pasos de Federico Fellini, emularlo sin empacho, recrear en sus filmes historias entretejidas por sueños, mujeres exuberantes, personajes existenciales y nihilistas, una pizca de surrealismo y grandes dosis de humanismo con el cuño de Francesco Petrarca, el gran poeta de Arezzo (Italia).
'Fue la mano de Dios' ha sorprendido a los espectadores de Netflix, pues quien iba en busca de la viva imagen del futbolista Diego Maradona, de golpe se topa con la presencia del cineasta Federico Fellini y con una tragedia filial que corta el aliento.
El internauta Marcelo Ariel Pantano advierte que 'Fue la mano de Dios' evoca a esa gran película de Fellini: Amarcord, de 1973.
Por su parte, la joven bibliotecaria María Cecilia Dávila, quien es una destacada internauta en redes sociales bajo el seudónimo de 'Primavera Cero', comentó la película del artista napolitano ante las cámaras de El Chat, de esta manera:
'Fue la mano de Dios' es una historia que continua la línea estética de 'La Gran Belleza', filme de 2013, en el que Sorrentino dejó sentado el pilar de sus paradigmas filosóficos: el placer es un oasis, pero efímero; apenas nos queda la fiesta y enamorarnos ilusamente; la tragedia suscita vitalidad; la risa es todo nuestro patrimonio en el presente; el verdadero arte (el que amaba Séneca, Cesare Pavese o Gabriele D´Annunzio) está exento de panfletos y activismos políticos...
Sorrentino, al igual que los escritores Jorge Luis Borges, Knut Hamsun o Richard Ford, cree que su arte solo le sirve a sí mismo.
"No me importa lo que digan los demás sobre mis películas", ha explicado con naturalidad.
Si aún no ha visto 'Fue la mano de Dios', está a tiempo para celebrar el milagro de la vida.
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