A un pelín de la libertad: tenemos bigotes y qué, gritan las mujeres
Cejas pobladas, bigote y hasta una femenina barba pintada de colores se imponen como un signo de aceptación y empoderamiento de la mujer.
Conchita Wurst, personaje creado por el cantante Thomas Neuwirth. Triunfador del Festival de Eurovisión, en 2014.
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La pandemia no solo ha provocado un cambio en el orden económico, sino también el surgimiento de nuevas libertades estéticas y la caída de muchos cánones de belleza.
Uno de estos cambios está empezando ya con la exhibición del vello facial femenino: algunas mujeres han decidido dejar que crezca y lo muestran en redes.
La influecer Joanne Kelly, por ejemplo, se suma a esta tendencia desde Instagram, donde muestra su bigote con un toque de color. Kelly es una constante animadora de la decisión de mostrar los cuerpos en su natural dimensión y belleza.
A este movimiento los activistas lo denominan: 'Body positive'.
Varios colectivos surgen mientras tiemblan las clásicas reglas de la belleza. Libertad y autenticidad riman en estos tiempos. Tener bigote ya no es símbolo de descuido, por falta de depilación, sino de naturalidad.
Y sino que lo diga el colectivo 'Somos Barbarie'.
Dato: atribuida a la cultura egipcia, la depilación ha sido normada por roles culturales. Se conoce que Cleopatra fue la primera mujer en ostentar una depilación total, para lo que usaba cremas de sílex.
Los tiempos no han cambiado tanto desde entonces, en los gabinetes de muchas mujeres no faltan las cremas para depilar.
De igual forma, los griegos marcaron su distancia con el vello: en un hombre era bien visto, en cambio entre las mujeres su ausencia era sinónimo de juventud e inocencia.
Elizabeth I, de Inglaterra, era otra habitué de la depilación radical. Ni siquiera cejas y pestañas se dejaba esta reina que, además, disimulaba las cicatrices que le dejó la viruela con una gruesa capa de base muy blanca hecha con, no lo van a creer, un venenoso polvo de carbonato de plomo diluido en vinagre.
Y en la era moderna, en los años setenta, las películas para adultos se encargaron de mostrar cuerpos femeninos sin un solo vello, con cejas pintadas a lápiz o tatuadas.
Pero 2021 se perfila como el año de la gran ruptura, el año de aquello que algunos llaman los 'ecosistemas humanos'.
Hasta un hombre clásico como Dick Tracy, en redes sociales, se muestra seducido por un bigote femenino.
"Quien tiene un problema con mi vello facial es el mundo, no yo", es la leyenda de combate. Y no hay que sorprenderse de que el nuevo grito de las mujeres sea: 'viva el vello'.
La doctora Pamela Vásquez (@dra.pamelavasquez), Máster en Medicina Clínica Estética, en exclusiva para El Chat, nos manifestó su opinión profesional desde su consultorio:
Ciertamente, este tema demanda una elección personal.
Conchita Wurst es la gran pionera de la combinación entre barba, cabello de reina y vestido de lentejuelas. Ella es un personaje/cantante que Tom Thomas Neuwirth creó y personificó en la escena artística, con un éxito descomunal.
Según Neuwirth, Conchita nació en Bogotá, Colombia. Esta mujer barbada simboliza la aceptación, el respeto y la tolerancia, en pro de rescatar al ser humano en su esencia. Escuchémosla cantar.
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