Cinco monstruos que viven en la mente loca y aterradora de David Lynch

"Todos cargamos monstruos, fantasmas y pesadillas en la cabeza", dice David Lynch, pero él nos supera realmente.

A lo largo de su carrera ha dejado por sentado quién es y qué tipo de cine le gusta hacer y cómo quiere dejarnos traumados para siempre. Nadie queda en sus cabales después de ver 'Mulholland Drive'.

Acuariano, nacido en Montana, ganador de la Palma de Oro por su película 'Wild At Heart' o 'Salvaje de Corazón', Lynch cumple ya 76 años y las redes lo festejan.

David Lynch asusta y asombra a quienes gustan de un cine más convencional. Confunde y desorienta a los críticos y al público. Y a los miembros de la Academia de Hollywood les sigue pareciendo demasiado incorrecto, extraño.

Alguna vez un periodista le dijo al director italiano Michelangelo Antonioni que no sabía cuál era el mensaje de sus películas. A lo que el italiano respondió: "yo tampoco lo sé".

Cosa parecida sucede con David Lynch, cuyos argumentos han sido calificados de mil maneras, tratando de encasillarlo para, finalmente, ponerle un membrete que no encaja en su terror kitsch.

Creo que lo mejor sería tomar en cuenta lo que el propio Lynch ha dicho de su obra: "Existen el sueño y la realidad. Mis películas están en la mitad".

Y qué mejor manera de celebrar el cumpleaños de Lynch citando los cinco monstruos que viven en su cabeza:

1: El grito

No es gratuito que David Lynch sea fanático de la obra del pintor noruego Edvard Munch, cuya obra más conocida se titula 'El grito'.

En sus películas, el director estadounidense trae bocas exasperadas por el terror y gritos que convocan la violencia o el caos. Aquí una escena de 'Laura Palmer':

2: La pesadilla

Los viajes oníricos siempre fueron obsesión de dadaístas y surrealistas, como Luis Buñuel, director de la célebre 'El perro andaluz'.

Para David Lynch la pesadilla es el espacio para levantar niebla, caballos, arcángeles, fantasmas o personajes que esconden revólveres o puñales. Contemplemos este conmovedor momento de 'Blue Velvet':

3: La carretera

Según el psicoanálisis, la obsesión por una carretera o la carretera en nuestros sueños o los sueños de Lynch denota una personalidad obsesiva y ansiosa.

En todas las películas de David Lynch la carretera es un símbolo de muerte, de violencia o de la inminencia de la fatalidad. Recordemos a Sailor y Lula en 'Wild At Heart':

4: Amores imposibles

Quizá este sea el rasgo más shakesperiano de Lynch sea pensar en el amor como un imposible y como una lucha platónica.

Al final, los enamorados terminan destruidos. 'Disfrutemos' del sentimiento en 'Mulholland Drive':

5: La música

Junto con Angelo Badalamenti, David Lynch ha sabido descubrir cómo suenan las pesadillas, los bosques o los pasos del suspenso.

Escuchemos la macabra tonada de la famosa serie de televisión 'Twin Peaks', que ha servido de ejemplo para los 'thrillers' contemporáneos.

Feliz cumple, 'mister Lynch'.