El poderoso fogón manabita se adueña de Féminas en España
La chef manabita Valentina Álvarez, con su horno en España.
Ignacio Medina.
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"Cuando el horno manabita está encendido, se activa la memoria. Cuando el horno se apaga, no sucede nada, se hace el silencio".
La frase, pronunciada por la cocinera manabita Valentina Álvarez (Cocosolo, Pedernales y Restaurante Iche, San Vicente), ha formado parte de su exposición el miércoles, 25 de abril, en el transcurso de Féminas.
Se trata de un congreso dedicado a la gastronomía, a las mujeres y el medio rural que se celebra cada año desde hace tres en Asturias, una región privilegiada del norte de España.
Este año contó con profesionales de la altura de la japonesa Natsuko Shoji, chef de Été (Tokio), la danesa Kamilla Seidler (Lola, Copenhague) o la italiana Isabella Poti (Bros, Lecce) la estrella Michelin más joven de Italia, con 27 años.
Valentina Álvarez llegó hasta España con un fogón manabita desarmado y distribuido en cinco valijas y allí la esperaban 140 kilos de arcilla y diez kilos de ceniza. Su viaje fue una epopeya y su arribo se retrasó hasta unas horas antes de su participación.
No importó el retraso. A última hora de la noche anterior, el horno manabita -posiblemente el primero llegado a España- quedó armado y dispuesto para su ponencia.
Presentó una ponencia fecunda y vibrante, que se apoderó de la última jornada del congreso y que todos pueden ver pinchando aquí.
Todas las ponencias del Congreso pueden seguirse en esta misma dirección de Internet de forma gratuita.
Este horno, contaba Valentina, "no es sólo el lugar en el que se cocina, es nexo de unión con nuestros ancestros, riqueza cultural y transmisor de conocimientos; es el núcleo transmisor de la cultura y la identidad manabita".
Y siguió: "ocupa un espacio esencial en las casas y la protagonista de este espacio es la mujer. Ella es la portadora de los saberes, la dominadora del fuego, la que establece una relación simbiótica con su horno. Cada mujer tiene su horno y lo conoce, entiende cómo funciona y transmite luego ese conocimiento".
La segunda parte de su presentación fue al aire libre, ante el horno a pleno rendimiento, mostrando algunas de las dieciséis técnicas culinarias que se pueden aplicar en esta joya ancestral.
En ese mismo horno, preparó un encocado de pescado para los asistentes a esta última jornada.
La parte más emotiva de la presencia de Valentina Álvarez en Feminas se concretó al finalizar su participación.
Convocó junto a ella a las cocineras que integran la Asociación de Guisanderas de Asturias, una agrupación de cocineras populares comprometidas con perpetuar los saberes y los sabores de la cocina de Asturias.
Fue emotivo, pero no era el final esperado. Desde Ecuador, la propia cocinera escribió a la Embajada de Ecuador en España para ofrecerle el horno, de forma que pudiera utilizarse en alguno de los muchos eventos gastronómicos que, de manera creciente, reclaman la presencia ecuatoriana en Europa.
¿Qué es un horno manabita?, respondieron desde la Embajada.
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