'La escuela del bien y del mal', fantasía juvenil con un toque de celos y glamour

Un grupo de amigas, atrapado entre la fantasía y los malentendidos, sumado al lujo y la moda, hacen de 'La escuela del bien y del mal', la película ideal para reír y para aprender lecciones de vida.

Aunque está dirigida a un público juvenil, también funciona con los adultos porque el despliegue escenográfico, el elegante vestuario y la ambientación son un imán para la retina del espectador.

'La escuela del bien y del mal', adaptación de la novela homónima de Soman Chainani, está producida por RK producciones en alianza con Netflix.

Con las actuaciones de Sophia Anne Caruso y Sofia Wylie, la película está dirigida por Paul Feig.

Desde las primeras imágenes se siente la herencia de otras producciones juveniles de corte sobrenatural como 'Crepúsculo' o 'Harry Potter'.

Guerras, espadas de fuego, celo, codicia, heroínas y galanes adolescentes, con brillosos abrigos de cuello alto, pasean en cada escena acompañados por efectos visuales de videojuego.

Aquí no hay mucho tiempo que perder y la historia se cuenta a toda prisa.

El humor fácil, las reflexiones juveniles sobre lo que es bueno y lo que es incorrecto y una galería de monstruos y hechiceros preparan el ánimo para la llegada de Halloween.

La escuela del bien entrena a los héroes; la del mal, a los villanos. Unos y otros visten a la moda y son carismáticos.