Ecuador se enfrenta a la inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) está cambiando nuestra relación con la realidad y el mundo. Por eso, ante sus posibilidades y peligros, surge esta pregunta, en clave de humor, ¿qué va a pasar con ella en un país tan caótico como el nuestro?
Ecuador, listo o no, se enfrenta a los cambios de la inteligencia artificial (IA).
Archivo Mundo Diners
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Esta nota está basada en el artículo Ecuador versus la inteligencia (artificial), publicado en la Revista Mundo Diners.
La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) ya no es una promesa. A diario vemos cómo nos enseñan programas avanzados que pronto reemplazarán muchas tareas que no hace mucho eran ajenas a la capacidad del “cerebro” de una máquina.
Por ejemplo, hoy vemos perplejos todo lo que ChatGPT puede hacer.
Es decir, ¿Cómo va a reaccionar un grupo de algoritmos cuando se entere de que subimos arriba y bajamos abajo, que tenemos “sol de aguas” y que cuando un ecuatoriano sale se puede “ir a volver”?
¿Cómo va a procesar que cuando la gente ve un policía tiende a asustarse en lugar de sentirse más segura? ¿Cómo va a entender que podamos votar por políticos que fueron encontrados culpables en casos de corrupción y que en redes sociales aún hay gente defendiéndolos… gratis?
Inteligencia artificial, allá vamos
Nunca hemos sido buenos para conectarnos bien y rápido con los juguetes de Silicon Valley. ¿En Ecuador, tenemos las suficientes armas para enfrentar los raudos cambios que se avizoran? Y la pregunta que más atormenta estos días: ¿no será mejor dejar que gobierne la máquina? Porque los que han liderado el país hasta ahora no han demostrado tanta inteligencia.
No es un asunto para tomárselo muy a la ligera.
Gente como Elon Musk (dueño de Twitter) y Steve Wozniak (cofundador de Apple) pide una pausa en los avances descontrolados de esta tecnología. Bill Gates ha dicho que “cambiará la forma en que las personas trabajan, aprenden, viajan, reciben atención sanitaria y se comunican entre sí”.
Estamos cerca de hacer un giro cerrado hacia otra dirección, pero, como conductor irresponsable, aún no sabemos poner direccionales.
Conexión con la realidad: fuera
En este rincón del mundo olvidado por Dios, hace mucho tiempo que nos cuesta diferenciar la realidad de la ficción. Una muestra: Guayaquil se incendió e inundó el mismo día a causa de lluvias torrenciales y ladrones de poca monta robándose cables de cobre del piso.
Además, perdimos contra Bolivia en fútbol playa.
El asesinato que más le preocupa al Presidente es el de su reputación. Afuera del estadio, en un partido de la selección de fútbol, como ya no se venden entradas físicas, sino digitales, los revendedores gritaban a todo pulmón: “Vendo códigos, compro códigos”. A veces este 'paisito' parece una falla gigante de la Matrix.
Aunque lo parezca, no es el pesimismo. Es la esperanza de que, si la Gran Máquina decide rebelarse contra sus creadores, aquí no va a poder ganar la batalla. Veo dos posibilidades: o nunca va a entendernos o va a acabar yéndose atemorizada por algún vacunador.
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