La cocina siempre gana
Rafael Mora, emprendedor del restaurante D La Calle. Quito, 11 de agosto de 2023
Rescatando Sabores
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Ha terminado rescatando sabores con Rafal Mora, creador del restaurante D la Calle, como ganador absoluto, y Tatiana Rodríguez, de La Chichería de Cuenca, con un segundo lugar en el ranking.
Esta vez, lo mío ha sido también lo de muchos. Las buenas audiencias han situado 'Rescatando Sabores' entre los más vistos de la televisión generalista.
Las buenas audiencias, y la repercusión que el programa ha ido teniendo en los restaurantes, se mostraron desde que empezamos a emitir, a mediados de junio.
'Rescatando Sabores' fue más que un concurso o un reality amable, del que todos salieron ganadores. Han podido transformar sus restaurantes y han aprendido. Aceptar sus equivocaciones también es decisivo, aunque en algún caso terminaron el rodaje sin entender las consecuencias de sus errores.
La vida de un pequeño restaurante siempre es incierta. El éxito no depende solo de una buena idea, un decorador de moda, un buen manejo de redes o un administrador cabal.
La supervivencia de un restaurante es su mayor triunfo -menos del 5 % sobreviven a los primeros cinco años- y es una batalla diaria que se libra en muchos frentes. Y nunca tiene fin, por muy importante, reconocido y triunfador que se sienta.
En 'Rescatando Sabores' todos han ganado, pero tengo algunos nombres que son muy especiales.
Voté a los dos ganadores -estos votos no son secretos; están grabados- y por el orden en que se resolvió.
Por Rafael Mora, en respuesta a lo que era, lo que construyó y lo que le costó llegar a serlo, aunque no me guste el derrotero que trae el éxito: la pérdida de la barra a la vista del cliente, el anuncio de otro negocio con otra cocina, que distraerá su atención del que le ha llevado donde está.
Hay consecuencias que no me agradan, pero debíamos valorar lo que había, no lo que podía suceder.
De Tatiana Rodríguez me impresiona su compromiso con la identidad, que va mil veces más allá de utilizar una u otra variedad de maíz. Y me gusta su cocina. Por fuerza, por coherencia, y porque no cocina mirando a la fama, ya es una de mis referencias en Ecuador.
Pude votar por Seleny Bermúdez (Seleny, San Vicente), por la fuerza y la resolución de una mujer que está llamada a llegar donde quiera. O por Rebeca Donoso (Lupe, Engabao) y la cordura de su restaurante.
Zingaro (Matteo Rubbettino) es un lugar que recomiendo, pero tiene demasiados frentes abiertos y algunos de los importantes siguen por resolver. También sucede con Amapola: nuevo, interesante y tan necesitado de un golpe de timón en la cocina.
Hagamos lo que hagamos, la cocina siempre avanza. También la reacción frente a una mala gestión provoca reflexión y ayuda a mejorar.
La cocina es una fuerza viva, dinámica que en tiempos de adversidad lanza mensajes de normalidad, convivencia y resistencia. La comida nunca dejará de ser el centro de una gran fiesta que nadie puede echar abajo. Especialmente en tiempos tan complicados como los que vive Ecuador.
No lo olviden, la cocina siempre gana.
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