Charlie Watts: todos nos podemos morir menos los Rolling Stones...
El inigualable baterista de los Rolling Stones deja un 'panache' y un ritmo de jazz que nunca más podrán ser igualados. Los seguidores de los Stones estamos inconsolables y los internautas no paran de llorar.
El músico inglés Charlie Watts fallece a los 80 años.
EFE
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Un baterista es el corazón latiente de la banda de rock. En este caso de La Banda de Rock. Nunca pensamos en que se nos iba a ir un Rolling Stone, pero acabamos de perder a Sir Charlie Watts, jazzista convertido en rockero, amante de los caballos: el Stone más moderado y más amado.
Al cielo de los bateristas se ha ido Charlie, ese hombre apacible, bello y de sonrisa afable que le pegaba con elegancia a los parches de la percusión.
Su muerte, a los 80 años, no es un fallecimiento cualquiera. Es la amenaza de amenazas a la legendaria inmortalidad de los Rolling Stones.
Porque cualquiera podría morirse, dada su condición efímera. Murió John Lennon, ha muerto una jovencísima Amy Winehouse, murieron los divinos Janis Joplin y Kurt Cobain, pero los Stones eran inmortales.
Venciendo el tiempo, la enfermedad, los excesos, las locuras, las caídas desde lo alto de una palmera (al estilo Keith Richards) y hasta los años, que son lo de menos...
BBC dice que ha muerto el más relajado de la banda. ¿Relajado? Nadie sabe lo de nadie.
Y los Rolling Stones tampoco se las pasaban tomando yogur en sus giras. Son famosas sus parrandas sin fin en las que, sin embargo, Charlie participaba de vez en cuando.
Era el chico bueno, el más querido, el preferido, hay que ver cómo se venían abajo los estadios a la hora de aplaudirlo. Daba miedo, el suelo temblaba como si un cataclismo se estuviera abriendo paso desde el centro de la Tierra.
Se venían abajo los estadios a la hora de aplaudirlo.
Charlie Watts, es un hijo más que légitmo del cruce ente el jazz y el blues. Sus compases favoritos, el cuatro por cuatro o la marcha (dos por cuatro), los acomodó a la perfección en el repertorio de la banda más famosa del rock de la historia (y perdonen los señores Beatles).
En medio de este dolor incurable, los cibernautas crean nuevos mitos en sus publicaciones: los Stones han sido unos viejos 're-tiernos', mire usted, acá las evidencias:
Por otro lado, la chulería de Mick Jagger no es novedad. Y en Argentina, su ego no cuajó. Por el contrario, es mítico el aplauso que la fanaticada le rindió más bien a Charlie, quien visiblemente incómodo apenas esbozó una sonrisa.
A veces, las despedidas son proféticas, y Charlie tuvo la suya. Hasta siempre, grande, inmortal, mágico Watts:
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