La calle más europea de Quito se toma Twitter: todos tienen un recuerdo
No es extraño para los quiteños el mito urbano de que por 'la Juan Rodríguez' han fluido los mejores versos, los suspiros existenciales y también los amores más tórridos.
Calle Juan Rodríguez, en el barrio La Mariscal de Quito.
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Calle favorita de escritores y poetas, de pintores, de turistas y de filósofos y de adolescentes que, 'escapados' del colegio, han ido a descansar en sus bancas bajo la sombra gentil de sus árboles frondosos.
Fue el joven David Revelo, sonoro trinador de mensajes que se vuelven tendencia, que cautivan a los internautas debido a su poética naturalidad, puso en la palestra a esta entrañable calle quiteña.
De inmediato, los internautas dijeron "presentes" y sacaron del bolsillo esos poemas concebidos en este 'bulevar de los sueños rotos', como diría Joaquín Sabina.
Aclaremos, la Juan Rodríguez (en Quito se la llama así, con el artículo por delante) no tiene el tumultuoso caos de Khao San, en Bangkok, ni la bullanga y el colorido de La Rambla de Barcelona.
Todo lo contrario, la Juan Rodríguez, es un tránsito solitario y sosegado, ubicado en el centro norte de la capital, en el barrio La Mariscal, entre la avenida Seis de Diciembre y la calle Reina Victoria. Su nombre corresponde a uno de los primeros clérigos españoles llegados con la conquista.
Varios casos se han reportado de personas agobiadas por un peso existencial, que han ido a parar a esta calleja y sentados en sus bancas, mirando la hojarasca del tiempo, hallan meditación y luz para sus infinitos pensamientos y problemas.
Kimberly, una colegiala del Idrobo se hizo presente con un trino nostálgico y Diana lo hizo con uno veraniego:
Ah, imposible dejar de mencionar que los mochileros que llegan de Boston, de Oslo, de Verona, de Vladivostok o desde cualquier otra ciudad del planeta, caen directamente en la Juan Rodríguez, que alberga los hostales más acogedores.
Selma Merino se encargó de mencionar al histórico hostal El Maple, y también Al Arupo.
En esta hermosa calle también hay cafés, mesones y muy cerca se hallan los bares para saciar la sed de diversión.
Con un diseño de casas que combinan el diseño estilo victoriano y las fachadas de los chalés holandeses o suizos, el paisaje de esta calle se despega de la arquitectura colonial de Quito. Y, claro, los errabundos y paseantes pueden fantasear que están dando una vuelta por algún pequeño poblado europeo.
"Está de salirnos a dar una vueltita" por la Juan Rodríguez, postea el tuitero David Revelo. "Cerca hay algunas cositas para tomar y comer".
Vamos entonces a pasear este viernes 'Por el bulevar de los sueños rotos'.
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