Aeropuerto de Cuenca recupera pasajeros y regresa a los niveles de 2015
El aeropuerto Mariscal Lamar, empieza a recuperar pasajeros con las frecuencias que se han incorporado en los últimos 10 meses. Latam inauguró la ruta Cuenca-Guayaquil el 1 de julio de 2022 y Avianca retomó la ruta Quito-Cuenca en octubre de 2021.
Pasajeros descienden de un avión en el aeropuerto Mariscal Lamar de Cuenca, en junio de 2022.
Xavier Caivinagua
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En junio de 2022, el aeropuerto de Cuenca registró 37.699 pasajeros que llegaron y salieron desde esa terminal. Esa es la cifra más alta de viajeros desde diciembre de 2015, cuando hubo 38.787 pasajeros.
Con la diferencia que ahora la cifra está en crecimiento y en 2015 marcó un pico que fue seguido de una caída sostenida de pasajeros y frecuencias. En algún momento, incluso la misma operación del aeropuerto estuvo en entredicho, por la baja cantidad de pasajeros.
El Mariscal Lamar es administrado por la municipal Corporación Aeroportuaria Cuenca.
La recuperación inició en abril de 2022 y se ha mantenido hasta junio, lo que coincide con los problemas de conexión vial por el invierno, además de una reducción de las tarifas, según Marcelo Carvallo, director de la Corporación Aeroportuaria (Corpac).
El regreso de la ruta Cuenca-Guayaquil
La expectativa crece con el regreso de la ruta Cuenca-Guayaquil, luego de cuatro años sin conexión aérea entre estas dos ciudades. Latam oferta cinco frecuencias de lunes a viernes, en un Airbus 319, con capacidad para 138 pasajeros.
“Esta ha sido una ruta muy esperada y, por esa expectativa, lo más importante es que se mantenga”, augura Emilia Rivadeneira, subgerente de Asuntos Corporativos para Ecuador y Perú, de Latam.
Cuando los vuelos de Tame se suspendieron, en 2018, pesaron varios factores, entre ellos el auge del servicio de furgonetas turísticas que hacían el viaje en apenas tres horas y por una tarifa similar a la de los buses interprovinciales.
Los gremios productivos y el sector turístico gestionaron ante las autoridades nacionales el regreso de esta ruta, pues el último año la conexión terrestre entre Cuenca y Guayaquil se volvió intermitente por el estado de las vías.
Actualmente, el viaje de 200 kilómetros puede tomar hasta cinco horas en vehículo particular.
Pese a esa necesidad, la aerolínea admite que es una ruta compleja, por lo que es importante tener una buena estrategia comercial para que funcione. Latam ajustó sus horarios a tres tipos de público, explica Rivadeneira.
- Ejecutivos que viajan por negocios.
- Turistas que van hacia la Costa o que quieren visitar Cuenca los fines de semana.
- Viajeros de todo el Austro con una conexión internacional
El objetivo es que la demanda aumente para en el futuro incorporar nuevas frecuencias.
10 años de una caída pronunciada
2012, fue un buen año para el aeropuerto Mariscal Sucre. Ese año recibió 7.794 vuelos y tuvo 75 frecuencias semanales. Pero esa ocupación fue en descenso y para 2019, justo antes de la pandemia, el Mariscal Lamar recibía solo la mitad de vuelos: 3.889.
Tras la pandemia, la ya precaria situación del aeropuerto cuencano se agudizó con la salida de operaciones de Tame, que en 2018 ya había abandonado los vuelos entre Cuenca y Guayaquil.
Es así como 2021 cerró con apenas 1.778 vuelos y 17 frecuencias semanales. Hasta octubre de ese año solo voló Latam y solo cubrió la ruta entre Quito y Cuenca.
La polémica Aeroregional, que cubría la ruta Guayaquil-Quito-Cuenca, operó de forma irregular entre el 2019 y 2021 y canceló los vuelos alegando baja demanda.
También hubo un intento de una aerolínea cuencana, LAC, que inició sus operaciones en el 2013 con la ruta a Quito, pero las cerró el mismo año.
Ítalo Román, jefe de Operaciones del aeropuerto Mariscal Lamar, explica algunos de los factores que incidieron en la caída de pasajeros y vuelos.
- Un decrecimiento, a escala mundial, de la demanda local doméstica a partir de 2012.
- La inauguración, en el 2013, del aeropuerto de Quito en Tababela. “Al inicio no había rutas rápidas para llegar y llegar a la ciudad tomaba hasta dos horas en horario pico”, por lo que los ejecutivos y empresarios optaron por otras opciones, como las reuniones a distancia.
- En el 2016 los repuestos aeronáuticos tuvieron un incremento por las salvaguardias.
- Ante la disminución de la demanda de pasajeros y el incremento de los gastos, las aerolíneas empezaron a subir los precios de los pasajes.
- En el caso de los vuelos a Guayaquil, además de que existían alternativas más económicas por tierra, influyeron los horarios, que no eran atractivos.
La falta de oferta provocó que los precios de los pasajes se elevaran significativamente.
Marcelo Carvallo, director de Corpac, recuerda que hubo meses de alta demanda en los que un pasaje Cuenca-Quito-Cuenca costó hasta USD 400. En octubre de 2021 Avianca retomó esa ruta y eso permitió que los precios vuelvan a bajar.
Además, eso permitió un nuevo incremento de pasajeros.
Un aeropuerto con limitaciones
El aeropuerto Mariscal Lamar acarrea otros problemas que impiden una normal operación, como el tamaño de la pista (apenas 1.900 metros de largo y 15 de ancho), junto a su ubicación en una zona densamente poblada de la capital azuaya.
En abril de 2016, un avión de Tame se salió de la zona de aterrizaje en la cabecera sur. Ese hecho alertó sobre los riesgos que tiene la pista del Mariscal Lamar que ha llevado a las autoridades locales a plantearse la posibilidad de construir un nuevo aeropuerto.
El reglamento ecuatoriano dice que los aeródromos deben tener 140 metros para la clave de referencia (espacio a los costados de la pista), pero el de Cuenca tiene 50 metros en el lado oriental y 80 metros en el occidental.
Esa condición, por ejemplo, es algo que “no podemos cumplir, porque tenemos emplazadas viviendas a los costados de la pista. En lugar de eso, implementamos medidas de mitigación, que son procedimientos aeronáuticos”, detalla el jefe de operaciones.
La pista requiere trabajos integrales, que están planificados para junio de 2023: reemplazo de la carpeta asfáltica que se ha colocado en los últimos 30 años, reconformación de áreas verdes, nivelación de la pista, mejora del sistema de drenaje y del sistema de ayudas visuales, entre otros.
Esta intervención le dará a la pista un tiempo de vida útil de otros 10 años.
Juan Pablo Proaño, exgerente de operaciones de la Corpac y experto en turismo aéreo, explica que el aeropuerto de Cuenca apenas cumple los requerimientos mínimos para vuelos domésticos y para una conexión interfronteriza.
Eso limita que las aerolíneas con aviones grandes se interesen, pese al potencial que tiene la región del Austro para los vuelos internacionales.
Además, considera que la terminal aérea de Cuenca tiene una desventaja al ser administrada por un consorcio municipal y no por una empresa privada con experiencia en aeropuertos, como ocurre en Quito y Guayaquil.
“Estas empresas tienen vínculos con grandes aerolíneas y concesiones con marcas reconocidas, en este caso Cuenca se queda rezagada”, sostiene.
Además, según Proaño, al estar bajo el mando del gobierno local, las decisiones pueden pasar “por cuestiones políticas y no técnicas” y la administración tiene limitaciones en los procesos de contratación pública.
En cambio, el gerente de la Corporación Aeroportuaria, Marcelo Carvallo, cree que hay ventajas al no tener una concesión privada, como los beneficios que da el Gobierno a estas terminales aéreas: subsidio del 40 % al combustible y una reducción en la tasa ecodelta.
“No se ha visto la necesidad de concesionar a un privado, tal vez habría que analizar el escenario hacia futuro pensando un nuevo aeropuerto para la región Austral”, explica Carvallo.
Por ahora, la Corpac quiere aprovechar esas ventajas para aumentar las frecuencias y los destinos. Se piensa en Manta, Santa Rosa o Loja, además hay un viejo plan para iniciar vuelos interfronterizos con Perú.
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